Ante la emergencia sanitaria del Covid-19, este domingo transcurre con poca gente en la capital tlaxcalteca.
Capillas, iglesias y parroquias cerradas, algunos restaurantes abiertos, no hay aseadores de calzado, el transporte público disminuyó.
La fachada de la parroquia de San José, que apenas el jueves conmemoró a su santidad, lleva 30 meses cerrada.
A las 11:00 horas, funcionarios del Gobierno del Estado dan cumplimiento a sus guardias, hay suficiente lugar para estacionarse.
Ahí, un vagabundo veterano deambulaba en la céntrica ciudad. "Dicen que anda un virus, pero yo no tengo casa", expresó a este Diario.
Este hombre, cada amanecer despierta buscando que alguien le regale alimentos para subsistir.
"Me llamo Gustavo, no me acuerdo de mi edad, pero nací en el 56, soy de San Simón Tlatlahuiquitepec, municipio de Xaltocan", dijo.
Tras otra noche de dormir en el piso de un estacionamiento, empieza a recorrer las calles y descansa frente a la parroquia de San José.
Ahí, una empleada de la dirección de Gobernación le obsequia café y un sándwich. Tras saciar el hambre expresó: "(ella) es mi ángel que me da de comer, le agradezco a ella y a Dios".
Refirió que se llama Gustavo, originario de San Simón Tlatlahuitepec, municipio de Xaltocan y comentó que tiene una hermana, pero vive en Tamaulipas.
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