La nueva normalidad trajo esperanza de trabajo a comerciantes informales quienes, a causa de la contingencia sanitaria, han tenido que salir de sus estados de origen para comerciar sus productos a pesar de que solo obtengan dinero para comer y costear el viaje.
A primera hora de la mañana, a partir del pasado uno de junio, Aarón Mendoza Calderón, quien radica en Texcoco, Estado de México, trazó un itinerario para salir a Puebla, Hidalgo y Tlaxcala para vender los espejos que elabora.
Dijo que el arranque de la nueva normalidad y en cierta medida relajarse las restrictivas de confinamiento social, viajar a otras entidades le dará recursos suficientes para tener al menos para comer.
Aunque no conocía Tlaxcala, y a pesar de que sabe que la entidad se mantiene en semáforo rojo, señaló que no encontró mayores obstáculos para poder vender sus productos de manera ambulante.
Acompañado de un amigo, llegó antes del mediodía a la entidad con la gasolina justa para ir y regresar a su hogar, esperando que la venta sea buena para obtener para la comida y pagar algunos de los servicios de su vivienda y negocio.
En 12 años, dedicado al corte y fabricación de espejos para baño, es la primera vez que tiene que salir a otros estados a vender en las calles.
Aarón, junto con su acompañante, adoptó las medidas sanitarias, usan cubrebocas, se colocan gel antibacterial de manera regular, y cuando les es posible aprovechan para lavarse las manos.
Antes de llegar a Tlaxcala fueron a Puebla e Hidalgo donde prácticamente les fue imposible vender por las restricciones que han impuesto los gobiernos de aquellas entidades.
7 horas caminan por las calles para poder vender sus productos.
12 años Aaron Mendoza se ha dedicado al corte y fabricación de espejos para baño.
- Comerciantes de otros estados acuden a Tlaxcala para obtener ingresos. Obtienen ingresos mínimos para comida y transporte
Llegan de Puebla para vender chile
Abel Hernández, sentado en la acera de una de las calles aledañas al Centro Histórico de Tlaxcala, junto con su esposa e hijo (menor de edad) apuradamente llena bolsas con chiles secos. Provenientes del estado de Puebla, vienen desde hace un mes a vender sus productos, pues en su ciudad natal no lo pueden hacer.
Con seis bocas que alimentar, para Abel y su familia la opción fue trasladarse a Tlaxcala, donde no se han visto limitados para comerciar.
La llegada del mes de junio cambió las cosas, pues la afluencia de gente ha incrementado al igual que sus ventas, y permanecerán en Tlaxcala unos meses para reunir un poco de dinero y regresar a su natal Huachinango Puebla, pues han tenido que transportarse a Texmelucan para no estar tan lejos de Tlaxcala.
Más de 10 horas caminan, la intención es acabar con las bolsas de chiles que preparan para la venta, con la confianza de que para fin de mes tendrán para comprar café, producto que prefieren más sus clientes.
La llegada del mes de junio cambió las cosas, pues la afluencia de gente ha incrementado al igual que sus ventas.
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