Con concursos de piropos, albures y levantamiento de tarro, como coloquialmente se le conoce al que termine primero su cerveza, así como unas ricas carnitas, es como los trabajadores de la construcción celebraron el Día de la Santa Cruz en el capital del estado.
Cuartos de cuchara, media cuchara, maestros y hasta ingenieros, como se identifican entre ellos, convivieron a gusto por esta tradicional celebración.
“Aquí vamos a celebrar como Dios manda”, dijo don Álvaro, quien fue uno de los más socorridos para todos los concursos, pues se trató de quien más participó, después de que se colocó la Santa Cruz en la construcción del albergue de la Federación de Estudiantes Revolucionarios, en Atempan, sitio en el que laboran y de escucharse los cohetones que marcaron el inicio de la festividad.
Junto con sus compañeros de trabajo dieron paso al concurso de piropos, donde al menos siete trabajadores de la construcción se anotaron para participar.
Fue el piropo: “Aunque soy maestro, me gustaría ser chalán, para poder mojarte tus tabiques”, el que más convenció a la mujer que fungió como receptora de estos halagos, al que calificó como directo y atrevido.
Después dieron pasó al concurso de albures, donde los contendientes se lucieron en su encuentro para ver quién contaba con mejor oído, agilidad mental y conocimiento del lenguaje para salir avante de esta competencia asidua entre los mexicanos.
Otro de los concursos que generó interés fue el de levantamiento de tarro, donde los ganadores fueron reconocidos y se convirtieron prácticamente en los héroes de sus compañeros por la habilidad mostrada para acabarse una cerveza de un solo trago y en escasos ocho segundos.
Una vez concluidos los concursos, dieron paso a la comida consistente en las tradicionales carnitas de puerco, acompañados de salsa verde y roja, arroz y tortillas de comal, así como el baile con canciones de Vicente Fernández, Carro Show, La Arrolladora, entre otras. “Como Dios manda, replicó don Álvaro”.