Familiares, amigos y aficionados al ciclismo despiden la mañana de este sábado 1 de febrero a Miguel Arroyo Rosales, último ídolo del ciclismo mexicano fallecido el pasado jueves en un hospital de Puebla por problemas de salud.
La Basílica de Nuestra Señora de La Caridad, en su natal Huamantla, ha lucido abarrotada para participar en la misa de cuerpo presente, para después acompañar sus restos que serán sepultados en el panteón municipal.
Miguel Arroyo fue inspiración de muchas generaciones, pero lograrlo no fue fácil ni lo hizo contemplando su realidad, sino entregándose en cuerpo y alma a una meta y esa es la enseñanza que nos deja y el llamado a nuestra juventud para que retomen esos valores que, pese a carencias o problemas de su entorno, salgan adelante de forma decidida, persigan sus sueños a partir de ser creativos para demostrar nuestras capacidades y dones que como seres humanos tenemos cada uno, expresó el sacerdote quien agregó que el exciclista profesional emprende la carrera más importante, su viaje hacia el reino de Dios.
SU TRASCENDENCIA
La Ruta México fue el magno evento nacional. Amigos del ciclismo de Tlaxcala y otras partes de la República Mexicana han arribado al “Pueblo Mágico” de Huamantla para acompañar al tlaxcalteca que se dio a conocer en la carrera Maya Caribe de 1987 en la que Greg Lemon, un ciclista estadounidense consolidado, participó como preparación.
Tras el retiro de Raúl Alcalá, conocido como “El Duende de Monterrey”, Miguel Arroyo destacó en Europa con actuaciones relevantes en el Tour de Francia, en el que asumió el liderazgo entre los mexicanos.
Fue Alcalá quien vio correr a Arroyo e invitó, por medio de Otho Jácome, a unirse a su equipo y es cuando el tlaxcalteca se integra al ciclismo profesional.
El huamantleco incursionó en las principales competencias del viejo continente entre 1989 y 1997 con dos actuaciones en el Tour de Francia, una ocasión en el Giro de Italia y también la Vuelta a España.
En 1998 se le dio el triunfo absoluto en el principal evento disputado en suelo mexicano con reconocimiento de la Unión Ciclista Internacional de (UCI), ante corredores de países de los continentes americano y europeo.
HABRÁ HOMENAJE PÓSTUMO EL 7 DE FEBRERO
La despedida de los restos mortales de Miguel Arroyo Rosales, de 53 años de edad, ha sido de manera discreta pues así lo ha decidido la familia que se encuentra devastada por la repentina muerte.
No obstante, el Gobierno de Huamantla ha programado un homenaje póstumo a la memoria del ciclista conocido como “El Halcón de Huamantla”, el próximo 7 de febrero en el Gimnasio II de la Unidad Deportiva que lleva su nombre y donde se espera la presencia de autoridades gubernamentales, personalidades deportivas, familiares y sociedad en general.
Lo anterior, para reconocer su trascendencia como uno de los ciclistas tlaxcaltecas más importantes a nivel mundial que puso en alto el nombre de Huamantla y de México.
- Moisés Morales | El Sol de Tlaxcala
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