A Itzel Jasmín N. le arrebataron de la forma más violenta el sueño de culminar sus estudios universitarios y ejercer la profesión en enfermería.
El pasado fin de semana, tres sujetos (uno de ellos ya detenido) la privaron de la vida y, con ello, sus ilusiones de darle una mejor vida a su hija de 4 años de edad, quien ha quedado en la orfandad.
Su hallazgo no solo ha sido un duro golpe para sus familiares, sino también tiene indignada a toda la sociedad tlaxcalteca y grupos colectivos de mujeres, quienes unidos exigen justicia por este nuevo feminicidio en Tlaxcala.
La joven madre, de apenas 22 años, apareció envuelta en cobijas y enterrada en un predio de San Felipe Cuauhtenco, municipio de Contla de Juan Cuamatzi; prácticamente en las faldas de La Malinche.
Con flores y rezos, sus restos mortales son velados en su natal Chiautempan, mientras que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) inició la investigación para esclarecer el móvil de los hechos.
LA DESAPARICIÓN
Itzel laboraba como pasante en el Centro de Salud de la comunidad de Benito Juárez, Huamantla.
Desde hace 10 meses, ella viajaba todos los días de su casa al trabajo para culminar su pasantía y titularse en la carrera de enfermera. Sin embargo, el pasado viernes 28 de mayo ya no regresó a su vivienda ubicada en el barrio de Tlapacoya, municipio de Santa Ana Chiautempan, como era costumbre.
Desde entonces, sus familiares perdieron comunicación con ella y cerca de un día permaneció como ilocalizable; empero, en las últimas horas de ese viernes recibieron una llamada para indicarles que su hija había sido privada de la libertad. Después, ya no recibieron notificación alguna.
LA INVESTIGACIÓN
Los progenitores de Itzel acudieron a la Fiscalía Especializada en el Combate al delito de Secuestro, adscrita a la Unidad de Investigación de Delitos de Alto Impacto de la PGJE para el comienzo de las investigaciones.
No obstante, la noche del día siguiente (29 de mayo), su cuerpo fue hallado debajo de un árbol en las faldas de La Malinche, esto después de un reporte hecho al Servicio de Emergencias 911.
ME QUITARON LO MÁS PRECIADO
“Mi hija era tranquila, no era una persona problemática, era muy reservada y alegre”, así describió con lágrimas Alejandra L. a la segunda de sus hijos, y quien le dio la oportunidad de ser abuela de la pequeña Andrea.
Con sed de justicia, agregó que “ella tenía muchas ilusiones y planes, pues estaba muy contenta de que ya iba a culminar su carrera; estaba ilusionada de que por fin iba a ejercer en lo que tanto le apasionaba; la voy a recordar de una manera muy linda, era lo máximo, era mi amiga, mi confidente, era mi vida”.
Por su parte, Gerardo C., padre de la víctima, exigió a las autoridades hacer un trabajo impecable para que la muerte de su hija Itzel no quede impune y que la pena máxima se le conceda a el responsable y a sus cómplices.
“Era una persona muy calmada, no sé por qué le quitaron la vida, no le hacía daño a nadie”, manifestó con el corazón hecho trizas.
Una vez dado a conocer su deceso, a través de las redes sociales compañeros de la occisa y sociedad en general condenaron este hecho y convocaron a una nueva marcha para el próximo jueves 3 de junio para evitar el carpetazo de la PGJE.
- Desde hace 10 meses, ella viajaba todos los días de su casa al trabajo para culminar su pasantía y titularse en la carrera de enfermera.
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