Familiares, amigos y seres queridos sí podrán darle el último adiós a Alberto N. en su natal San Miguel Canoa, Puebla, luego de que rescatistas lograron extraer la tarde de ayer sus restos mortales de un barranco de aproximadamente 800 metros de profundidad de la montaña Malinche.
Un intenso operativo de rescate, que duró seis días y por momentos se figuró difícil al grado de no descartarse la posibilidad de abandonar en el vacío al fallecido de 20 años de edad, finalmente tuvo éxito.
La voluntad y persistencia de los socorristas de la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC), Policía de Montaña de la Comisión Estatal de Seguridad (CES) y el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) -de la Ciudad de México-, aunado al apoyo de Protección Civil de la capital, Panotla y Totolac, nunca se vino abajo y su único objetivo era rescatar al occiso del barranco.
La lucha de los voluntarios contra la adversidad de la naturaleza desde la cima fue por más de 144 horas, y pese que algunos de ellos estuvieron a punto de sufrir un trágico accidente, no abortaron en ningún momento el operativo.
Los trabajos de rescate fueron coordinados por el titular de la CEPC, José Antonio Ramírez Hernández, al estar en constante acercamiento con los elementos y dotarlos de víveres y equipo, además de brindar la atención necesaria a los familiares del ahora extinto.
LA TRAGEDIA
El pasado 31 de diciembre, alrededor de las 18:00 horas, Alberto salió de su domicilio junto con otras tres personas, quienes iniciaron la excursión hacia el volcán para recibir el año nuevo en la parte alta, tal como lo hizo en años pasados.
De acuerdo con los acompañantes del fallecido, al llegar a la cima Alberto intentó tomarse una fotografía, pero presuntamente perdió el control de su cuerpo al vencerse una piedra y cayó a la barranca conocida como “La Cañada”.
En ese momento una llamada hecha al Servicio de Emergencias 911 alertó a efectivos de la Policía de Montaña y de inmediato subieron para corroborar el reporte.
La mañana del primer día del 2019 los uniformados hallaron el cuerpo sin vida e informaron a sus familiares y a las autoridades competentes.
EL RESCATE
Tras corroborarse el hallazgo del cadáver, Policía de Montaña de la CES y elementos de la CEPC iniciaron las maniobras para la extracción.
Sin embargo, durante las primeras 48 horas los voluntarios no contaban con el equipo necesario y fue así que solicitaron el apoyo de corporaciones de la Ciudad de México.
Las labores de los socorristas de Tlaxcala y Ciudad de México fue positiva el pasado sábado 5 de enero, pues ascendieron el cadáver más de 700 metros, sin embargo, las labores tuvieron que ser suspendidas al caer una ligera lluvia, además de que la cima fue cubierta en su totalidad por neblina.
Fue hasta ayer alrededor de las 15:00 horas que el cuerpo fue rescatado del barranco y, acompañado de sus familiares, fue descendiendo hasta el paraje de “Las Antenas”.
Ahí, una unidad del Servicio Médico Forense espero los restos mortales de Alberto Rojas y los trasladó al anfiteatro para practicarle la necropsia de ley.
APOYA GOBIERNO CON GASTOS FUNERARIOS
El Gobierno del Estado, a través del Fondo de Ayuda y Protección a las Víctimas del Delito, otorgó apoyo funerario de forma gratuita a la familia de los deudos a través de los servicios de la funeraria “La Cruz”.
Se estima que hoy 7 de enero los restos mortales sean velados en privada 5 de Mayo número 39 de la Tercera Sección de San Miguel Canoa, Puebla.
Después de una misa de cuerpo presente, los familiares le darán el último adiós y será sepultado en el panteón municipal de la demarcación.
RECONOCE FAMILIA APOYO DE LAS AUTORIDADES
Don Lorenzo Rojas Sánchez, padre de Alberto, agradeció a los elementos de la CEPC y la CES las labores que realizaron durante los seis días para extraer el cadáver del vacío. Aunado a ello, reconoció las atenciones a José Antonio Ramírez Hernández, titular de la CEPC, al brindarle a él y a sus familiares apoyo con víveres y equipo para acampar a la altura del albergue del Centro Vacacional La Malinche, en espera del cuerpo.
MONTAÑA DE RESPETO
Los más de 100 rescatistas que participaron en las labores de extracción coincidieron que la Malinche es una montaña de respeto, toda vez que sus laderas y barrancos “son de cuidado”, de ahí que exhortaron a los excursionistas a ascender con el equipo necesario y con las debidas medidas de precaución.
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