“No queremos que nos deporten donde hay hambre y muerte, buscamos la libertad hacia Estados Unidos con la familia”, expresó José N. un migrante de origen haitiano que forma parte de la caravana de unos 450 indocumentados que fue detenida por el Instituto Nacional de Migración (INM).
Expresó que no han comido desde hace varias horas y no tienen agua para hidratar a los infantes.
Incluso, denunció que personal de Ferrocarriles del Sureste (Ferrosur) retiró la máquina para detener el avance y que fueran entregados al INM.
Y enfatizó que: “Cristo ya resucitó y nos protege a pesar de las calamidades”.
Los migrantes de al menos seis países de Centro y Sudamérica permanecen varados en góndolas del tren a bordo de Ferrosur, provienen de Puebla donde permanecieron dos días.
En medio de un fuerte operativo con elementos de la Guardia Nacional, Ejército Mexicano y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, tienen recluidos a niños, mujeres y hombres.
A las familias de migrantes no se les permitió tener contacto con pobladores de San Andrés Buenavista, municipio de Tlaxco y localidades vecinas quienes les llevan agua y alimentos.
Los indocumentados han pasado dos noches con sus días entre 12 góndolas, durante el día con temperaturas de 34 grados Celsius y por la noche a bajas temperaturas.
Ellas Dávila Espinosa, defensor de los derechos de los migrantes, exigió la intervención de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Lo anterior, porque denunció una serie de violaciones a los derechos humanos como privarlos de su libertad sin alimentos y sin agua ante el sofocante calor.
De hecho, dijo que este viernes una mujer tuvo que ser trasladada a un nosocomio porque dio a luz a un bebé.
DATO
En 12 góndolas de la empresa Ferrosur salieron de Puebla para dirigirse a Manzanillo, Colima. Los migrantes provienen de Honduras, Venezuela, Guatemala, El Salvador, Cuba y Haití.