Para recibir a la Virgen de la Caridad frente a sus hogares, no importó el gasto económico que hicieron, como cada año y desde 1943, embellecieron sus calles con flores multicolores.
Desde la tarde, previo a la noche que nadie duerme, artesanos, hombres, mujeres y niños, salieron a las calles para adornarlas.
“Es una tradición de fe y amor a la Virgen de la Caridad, solo en 1968 no se hizo porque se presentó una tormenta, cada año los vecinos compiten, la recompensa es el reconocimiento de la gente”, expresó José Hernández Castillo, cronista de la Ciudad.
Contrario al año pasado, esta vez fue una noche fresca y sin lluvia, de unos 18 grados Celsius. Ahí, el derroche de talento y la arraigada fe de la feligresía, quedó plasmada en cada metro cuadrado del Pueblo Mágico.
Organizados, los visitantes caminaron sobre las aceras en sentidos opuestos, respetando el arte efímero, la vigilancia policial fue discreta.
Unos adornaron los frentes de sus hogares con variedad de flores como dalias y pétalos de rosas; otros, con luces tipo LED.
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La calle Reforma fue elegida por Anabel Alvarado Varela, titular de la Comisión Organizadora para plasmar la conmemoración de los 500 años del Encuentro de Dos Culturas.
Las calles Juárez, Allende, El Calvario, Negrete y Galeana fueron las más vistas por miles de visitantes del interior de la República Mexicana y otros países; en total fueron 24 calles en una extensión de siete kilómetros.
- 800 pesos fue la cooperación por jefe de familia
- 200 artesanos grabaron los tapetes durante horas
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