“La gente ya no valora el tiempoy el dinero que se invierte en las prendas”, dice productorcontleco La artesanía textil de lana que seproduce en Contla de Juan Cuamatzi, “es mal pagada”, lamentóSóstenes Cuatecontzi Tzompantzi, productor con más de 60 años deexperiencia en el ramo y que recientemente expuso sus productos en“Tlaxcala, la Feria 2016”. Afirmó que durante los 10 días queestuvo de expositor, se pudo dar cuenta que la artesanía “estáen decadencia, pues la gente no valora la elaboración de losproductos, el tiempo y el dinero que se invierte en las prendas, sela hace muy caro y no la quieren pagar”. Fabricante de sarapes,tapetes, gabanes, saltillos, canguros, roanas, cobertores, chales yperuanas, todo ciento por ciento lana, Cuatecontzi Tzompantzicomentó que solo los conocedores no “regatean” el precio delproducto y pagan lo justo. Asimismo, detalló que hay productos enel mercado que son baratos, que cubren, pero no abrigan, “y misartesanías, además de que se elaboran con calidad y esmero, sídan cobijo”
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Una chamarra se lleva dos días para elaborarla A veces elcomprador no sabe que detrás de una prenda hay un proceso largo,pues “desde que tenemos la lana en greña comienza el camino parapoder hacer un producto bueno, dignamente de Contla de JuanCuamatzi, porque después de lavar, se seca, se varía para queafloje, luego ya podemos cardar para sacar el pábilo y ponernos ahilar”. Posteriormente, explicó que inicia la labor en lostelares y depende de la prenda serán las jornadas de trabajo, puesuna chamarra se lleva dos días de elaboración”. Mientrasmanipulaba su hiladora, platica que actualmente tiene un pedido deun tapete con orillado y para su elaboración requerirá de 15 a 20días.
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Tuvo poco espacio Empero, Sóstenes Cuatecontzi dijo que “loúnico que me molesta, es que nos castigan un poco por el espacio,siempre ha sido esa mi pelea, que me den un espacio amplio parapoder exhibir mis productos”. Comentó que en los primeros añosque estuvo de expositor en la feria, “me daban un stand enteritopara llevar mis artesanías, pero ahora es un espacio chico –detres por cuatro, aproximadamente- y que lo compartimos con otrocompañero”.
Artesano por herencia Por último, Cuatecontzi Tzompantzi dijoque “desde que tengo uso de razón he sido artesano textil,gracias a que mis padres se dedicaban a esta labor y que laaprendí desde chiquillo, ahora dos de mis hijos también siguenmis pasos, pero a como están los tiempos, también hacen otraslabores”. Exhortó a comprar productos hechos por artesanosmexicanos, pues reiteró que, “muchos productos chinos se venbonitos y qué bueno, pero acuérdense que cubren, pero nocobijan”.