Con dedal y aguja en mano, decenas de bordadoras conservan la tradición anual de confeccionar los vestidos de la Virgen de la Caridad, venerada en Huamantla desde hace más de tres siglos. El amor hacia la santa patrona es su mayor fuente de inspiración y la fe, su más valiosa recompensa.
Con el paso del tiempo, de sus bastidores han surgido obras de arte que no solo representan una ofrenda de devoción, sino también se han convertido en reliquias sagradas para la fe católica y piezas históricas para sumar identidad al pueblo mágico.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes
Inmortalizada puntualmente en las páginas de El Diario de los Tlaxcaltecas, la tradición celebra seis décadas de existencia este 2023, pero su origen se remonta hacia finales del siglo XIX.
ORIGEN DE LA TRADICIÓN
La festividad de la Virgen de la Asunción se celebra el 15 de agosto, de acuerdo con el santoral católico. No obstante, en Huamantla se le conoce como el día de la Virgen de la Caridad.
Te recomendamos: ➡️ Con repique de campanas, inicia fiesta de la Virgen de la Caridad
Cuentan las crónicas que la imagen de la virgen fue colocada en siglo XVII en una ermita donde los frailes franciscanos solían regalar víveres dos veces por semana a las familias necesitadas, por lo que se hizo costumbre entre los pobladores decir “vamos a la caridad a Huamantla”. De ahí deviene el nombre de la patrona que cada año recorre decenas de kilómetros de aserrín multicolor en su procesión nocturna.
La imagen de la virgen es una escultura de 85 centímetros finamente tallada en madera. El diseño cuenta con brazos articulados, lo que permite cambiarla de posición y cambiar su atuendo sin complicaciones. Esta virtud en la obra fue aprovechada por la española María de Jesús Farfán, quien bordó el primer vestido del que se tiene registro en Huamantla y que data de 1978.
Al estilo del bordado sevillano con hilo de oro, María de Jesús confeccionó un par de atuendos para la imagen: uno de diario y otro de gala para su fiesta, el cual constaba de una falda y un corpiño. Cabe señalar que de aquella primera pieza se conserva únicamente un fragmento donde aparece la fecha de bordado, así como el nombre de los donantes: Ignacio Torreblanca y su esposa Josefa del Casal. Pero no se sabe si hubo alguno posterior.
No dejes de leer: ➡️ Paraliza a Huamantla festejo de La Caridad; se alistan para la Noche que Nadie Duerme
No fue hasta 1963 que su bisnieta, Carolina Hernández Castillo, retomó la labor con ayuda de familiares y diferentes damas de la ciudad.
60 AÑOS CONTINUOS DE BORDADO
“La maestra Carito”, como era popularmente conocida debido a su profesión de docente, decidió hacer un vestido nuevo cada año para la fiesta de la virgen con materiales sencillos, pero más adelante diversas familias ofrecieron su apoyo económico para mejorar la calidad. De esta forma, en la víspera de su fiesta, la imagen comenzó a estrenar vestidos bordados con hilos y canutillos de oro a través de la técnica de alto relieve sobre finas telas de seda blanca o marfil, acompañado de un largo manto y una mantilla de raso.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes
A lo largo de 50 años, la maestra Carito bordó una gran cantidad de ropajes, en los cuales se quedaron inmortalizadas las imágenes del antiguo santuario, la nueva basílica, el escudo de Huamantla, una alfombra, el continente americano, el espíritu santo, al papa Juan Pablo II, la sagrada familia, flores, estrellas y demás motivos. En cada una de las ropas se grabó con puntadas milimétricas un diseño diferente a elección de la familia o persona donante, de ahí que son piezas únicas.
Por diversas complicaciones de salud, Carolina Hernández falleció en 2015 a la edad de 91 años. El hecho, anunciado en la portada de El Sol de Tlaxcala el domingo 6 de diciembre, conmovió a todo el pueblo de Huamantla y sus alrededores. La entonces reportera Isabel Aquino dejó testimonio en esa fecha del enorme significado de aquella pérdida humana y su talento en el bordado. Sin embargo, los trabajos no quedaron desatendidos para el próximo año, la labor pasó a manos de sus sobrinas Laura y Elvira Hernández.
Acompañadas de un abundante grupo de bordadoras, las hermanas Hernández continúan dándole vida al ahora Museo y Taller Casa Carito, ubicado en la calle Allende de Huamantla, donde cada día dedican cerca de cuatro horas para trabajar sobre la tela entre los meses de mayo y agosto. Además, en este espacio exhiben los vestidos de años anteriores y reciben a cientos turistas para dar a conocer la actividad que en este mes de agosto celebra sus primeras seis décadas ininterrumpidas, traducidas en el mismo número de prendas.
Más detalles: ➡️ [Video] Dalia, flor usada para tapetes de Huamantla en honor a la Virgen de la Caridad
LE ATRIBUYEN MILAGROS
La Virgen de la Caridad se ha hecho presente de diversas maneras en la vida de los huamantlecos y, debido a los incontables milagros que se le atribuyen, bordar su ajuar también es considerada una actividad de fe.
El bastidor y silla de madera, que hasta la fecha son exclusivos para confeccionar los vestidos de la virgen, se mantienen intactos aún con sus 148 años de antigüedad. Estos dos muebles, ambos pertenecientes a la maestra Carito, se han convertido en reliquias donde muchas mujeres solicitan el milagro de la maternidad.
Continúa leyendo: ➡️ Cuatro milagros de la Virgen de la Caridad en Huamantla
Elvira Hernández contó a este Diario que al taller han llegado hombres, mujeres y niños a ofrecer su ayuda con el bordado para pedir un favor a la virgen, agradecer por algún milagro realizado o simplemente por el amor que le tienen. Sin embargo, las visitas más peculiares son las de mujeres de diferentes partes de México y el mundo que comparten un mismo deseo: ser madres.
Nos hemos dado cuenta, de años para acá, que hay señoras que no han podido tener bebés. Ellas vienen a dar puntadas con mucha devoción en ese juego de silla y bastidor y han logrado quedar embarazadas, narró Elvira.
Uno de los casos que más recuerda es el de una vecina de Huamantla, quien luego de tres años de intentar no lograba ser madre. Durante ese tiempo, la mujer se integró al grupo de las bordadoras y un día, sin saber que se había sentado en la silla de Carito, recibió comentarios de sus compañeras diciéndole que iba a quedar embarazada. Ese mismo año nació su primer hijo que, para esta fecha, ya tiene ocho años de edad.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes
Un caso distinto ocurrió a finales de 2022. Una turista estadounidense pidió bordar en nombre de su hija, la cual no había logrado quedar embarazada a pesar del tratamiento médico que adoptó en Texas tiempo atrás. “En abril de este año (2023) vino a contarnos que su hija estaba embarazada”, expresó la bordadora. “Así como estos casos hemos tenido varios”, agregó.
ES FUENTE DE IDENTIDAD
Ya sea sentados frente al bastidor, hincados en la iglesia o caminando junto a la virgen en su recorrido anual, es intrínseca la admiración hacia el ajuar. Más allá de su simbolismo religioso, se ha convertido en material histórico que refleja el talento y pasión de Huamantla y sus pobladores hacia su más ferviente creencia.
Entérate: ➡️ "La Noche que Nadie Duerme" mueve fe a devotos de Virgen de la Caridad
Tal como lo sostiene la investigadora Ana Karen Rojas, la identidad del Pueblo Mágico está “entre el cielo y el ruedo”. Pese al inevitable -a veces demasiado rápido- transcurso del tiempo, los habitantes siguen viviendo de acuerdo con los ideales precolombinos: el centro espiritual de Huamantla es una mujer llena de gracia y en torno a ella se han de construir las más bellas obras de arte. Y, mientras la tradición prevalezca, cada año se dará con orgullo una vuelta más al sol.
- La española María de Jesús Farfán bordó el primer vestido del que se tiene registro en Huamantla y que data de 1978. Hasta 1963 Carolina Hernández Castillo, bisnieta de Farfán, retomó la labor con familiares.
El bastidor y silla de madera, que hasta la fecha son exclusivos para confeccionar los vestidos de la virgen, se mantienen intactos aún con sus 148 años de antigüedad.
Lee más: ➡️
- 85 centímetros de altura mide la imagen de la Virgen de la Caridad y está tallada en madera.