/ jueves 23 de mayo de 2024

¿Aún será tiempo?...

¡Espero que sí!... aunque el tiempo se agota de prisa. Adquiramos conciencia, como especie de que, en nuestros diarios actos, sembramos nuestro destino. De tal forma que, si continuamos con haceres colectivos tan negativos, como hasta la fecha, seguramente estamos caminando a la extinción y catástrofe de esta forma de existir que llamamos civilización.

Es más grave de lo que imaginamos, el descuido nuestro del ambiente que nos rodea y del cual depende nuestra vida; de ese respiramos, tomamos agua y comemos. Recientemente el planeta “se dolió” mediante una epidemia y mostró su poder reactivo cuando la alteramos. No obstante, pareciera no importarnos.

Hace pocos días, El Sol de Tlaxcala publicó que el río Zahuapan recibe y transporta sucios vertederos; auténticos drenajes, antaño fue una corriente cristalina y ahora es una asquerosidad. Está tan contaminado que resulta noticia que “aún existe” un afluente limpio y transparente. Para quien esto dude, lo invito a que recorra y verifique la cantidad de asquerosidades que se vierten en el río.

Por estos días, se está celebrando el día mundial de las abejas. Y estos pequeños animalitos voladores llevan en sus patitas el destino de nuestra vida y del mundo, porque junto con los murciélagos, diseminan la floración y la vida vegetal. El tema es de trascendental importancia. Pero a nuestros políticos pareciera no interesarles, porque si usted escucha su discurso, esto no les importa. Lo que está sucediendo con las abejitas es consecuencia del cambio climático y el uso de pesticidas.

Que hermoso sería que el gasto de las campañas se dirigiera a proteger el medio ambiente, sobre todo a procurar la siembra intensiva de flores para que las abejas las visiten. En el altiplano no tenemos el clima de las selvas como Oaxaca, Yucatán o Veracruz, en donde existen verdaderos paraísos florales y la producción de miel es intensiva. No obstante ello, tenemos más de cuatrocientos apicultores que producen polen, propóleo, jalea real y cera de campeche y cantidades importantes de miel, pero, no obstante, hay tramposos que la compran en la península, aquí la envasan, le ponen etiqueta tlaxcalteca y la venden bajo este engaño.

Es la miel de abeja un alimento extraordinario, sus azúcares no incuban canceres, aparte de ser exquisito agasajo a nuestros sentidos gustativos. Las hermosas abejitas la recolectan de las flores, la procesan y almacenan en sus panales, en donde después nosotros de ella nos apoderamos. Por eso, si alteramos el clima y seguimos usando pesticidas, exterminaremos las flores y no habrá miel.

Existe en Michoacán una miel obscura que las abejas recolectan de la flor de aguacate. Las hay especializadas, según la flor de donde provienen, como la de azahares, azafrán, lavanda y otros encantos florales.

Tlaxcala no desmerece en mieles de calidad, pero es obvio que no tenemos la diversidad de otras latitudes. Por ello, es necesario intensificar el cultivo de flores, para garantizar que las abejitas recolecten miel y con ello garantizar la existencia humana.

A veces nos ofertan mieles que son fructuosa y otros menjurjes; es competencia desleal que también perjudica al organismo humano. En su tránsito volador, las abejas no solo recolectan miel sino también en sus patitas llevan la polinización a otras especies, y sin esta función no habría reproducción.

El piquete de abeja inmuniza porque inocula venenos benéficos para la salud humana. El tema es de la mayor importancia, por eso preocupa que nuestros candidatos no enarbolen propuestas para defender el medio ambiente, la tierra, el aire, el agua o a las abejas. Muy poco les importa, ya que solo quieren el voto para depredar al presupuesto.

Yo no sé hasta cuándo el Zahuapan será tema central de algún sexenio que entregue resultados reales y volvamos a tener un rio cristalino, con peces, ajolotes y renacuajos. Donde si te bañes no te enroñes. Por eso me pregunto: ¿será tiempo aún para asumir estas acciones o el futuro destructivo ya no tiene regresión? Cada generación de “mandones” que llega al poder, lo usa solo como discurso, pero en los hechos prefieren que sea los que atrás lleguen, los que se ocupen de esta realidad tan preocupante.


¡Espero que sí!... aunque el tiempo se agota de prisa. Adquiramos conciencia, como especie de que, en nuestros diarios actos, sembramos nuestro destino. De tal forma que, si continuamos con haceres colectivos tan negativos, como hasta la fecha, seguramente estamos caminando a la extinción y catástrofe de esta forma de existir que llamamos civilización.

Es más grave de lo que imaginamos, el descuido nuestro del ambiente que nos rodea y del cual depende nuestra vida; de ese respiramos, tomamos agua y comemos. Recientemente el planeta “se dolió” mediante una epidemia y mostró su poder reactivo cuando la alteramos. No obstante, pareciera no importarnos.

Hace pocos días, El Sol de Tlaxcala publicó que el río Zahuapan recibe y transporta sucios vertederos; auténticos drenajes, antaño fue una corriente cristalina y ahora es una asquerosidad. Está tan contaminado que resulta noticia que “aún existe” un afluente limpio y transparente. Para quien esto dude, lo invito a que recorra y verifique la cantidad de asquerosidades que se vierten en el río.

Por estos días, se está celebrando el día mundial de las abejas. Y estos pequeños animalitos voladores llevan en sus patitas el destino de nuestra vida y del mundo, porque junto con los murciélagos, diseminan la floración y la vida vegetal. El tema es de trascendental importancia. Pero a nuestros políticos pareciera no interesarles, porque si usted escucha su discurso, esto no les importa. Lo que está sucediendo con las abejitas es consecuencia del cambio climático y el uso de pesticidas.

Que hermoso sería que el gasto de las campañas se dirigiera a proteger el medio ambiente, sobre todo a procurar la siembra intensiva de flores para que las abejas las visiten. En el altiplano no tenemos el clima de las selvas como Oaxaca, Yucatán o Veracruz, en donde existen verdaderos paraísos florales y la producción de miel es intensiva. No obstante ello, tenemos más de cuatrocientos apicultores que producen polen, propóleo, jalea real y cera de campeche y cantidades importantes de miel, pero, no obstante, hay tramposos que la compran en la península, aquí la envasan, le ponen etiqueta tlaxcalteca y la venden bajo este engaño.

Es la miel de abeja un alimento extraordinario, sus azúcares no incuban canceres, aparte de ser exquisito agasajo a nuestros sentidos gustativos. Las hermosas abejitas la recolectan de las flores, la procesan y almacenan en sus panales, en donde después nosotros de ella nos apoderamos. Por eso, si alteramos el clima y seguimos usando pesticidas, exterminaremos las flores y no habrá miel.

Existe en Michoacán una miel obscura que las abejas recolectan de la flor de aguacate. Las hay especializadas, según la flor de donde provienen, como la de azahares, azafrán, lavanda y otros encantos florales.

Tlaxcala no desmerece en mieles de calidad, pero es obvio que no tenemos la diversidad de otras latitudes. Por ello, es necesario intensificar el cultivo de flores, para garantizar que las abejitas recolecten miel y con ello garantizar la existencia humana.

A veces nos ofertan mieles que son fructuosa y otros menjurjes; es competencia desleal que también perjudica al organismo humano. En su tránsito volador, las abejas no solo recolectan miel sino también en sus patitas llevan la polinización a otras especies, y sin esta función no habría reproducción.

El piquete de abeja inmuniza porque inocula venenos benéficos para la salud humana. El tema es de la mayor importancia, por eso preocupa que nuestros candidatos no enarbolen propuestas para defender el medio ambiente, la tierra, el aire, el agua o a las abejas. Muy poco les importa, ya que solo quieren el voto para depredar al presupuesto.

Yo no sé hasta cuándo el Zahuapan será tema central de algún sexenio que entregue resultados reales y volvamos a tener un rio cristalino, con peces, ajolotes y renacuajos. Donde si te bañes no te enroñes. Por eso me pregunto: ¿será tiempo aún para asumir estas acciones o el futuro destructivo ya no tiene regresión? Cada generación de “mandones” que llega al poder, lo usa solo como discurso, pero en los hechos prefieren que sea los que atrás lleguen, los que se ocupen de esta realidad tan preocupante.