/ miércoles 23 de septiembre de 2020

Resiliencia | Mexicanas construyendo independencia

A propósito de la conmemoración del inicio de la Independencia de México, las mujeres mexicanas han participado en los movimientos gestados a lo largo de la historia

Sin embargo, su participación tanto en los ámbitos de la vida pública como privada era prácticamente invisible, en muy pocas ocasiones se reconoce la valía de su intervención aun y cuando su colaboración ha sido pieza fundamental.

En la lucha por la independencia de nuestro país, después de casi tres siglos de dominación, surgieron las ideas independentistas a través de las famosas conspiraciones, que disfrazadas de tertulias, constituyeron los espacios para transitar a una nación libre, con un gobierno autónomo, republicano y democrático.

Desde ahí inicia la participación de las mujeres en ese histórico acontecimiento, si bien la historiografía solo destaca a mujeres como Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, la Güera Rodríguez, Gertrudis Bocanegra, Carmen Fernández Barrera Amat, Carmen Camacho, María Luisa Martínez, también contó con la participación de mujeres cuyos nombres se perdieron en el olvido.

Fueron miles las que siguieron a las fuerzas independentistas que participaron en los combates, que caminaron y permanecieron al lado de las tropas para curar a los enfermos y heridos, alimentarlos y abastecer a las fuerzas insurgentes con agua, ropa y armamento.

Muchas más cuidaron a los huérfanos, aportaron su dinero, sirvieron de correo, de informadoras, de guías por los caminos y veredas. Las mujeres que se quedaron en casa, convirtieron su actividad en sostener a sus familias en pie y mantener a sus comunidades. De igual manera, soportar el ataque y asedio de los españoles.

Eran todas ellas las encargadas de organizar esas reuniones sociales. Mujeres valientes, decididas que, sin buscar reconocimiento alguno, heroicamente contribuyeron para heredarnos un país libre.

En aquellos momentos en que se gestaron los movimientos de Independencia, la igualdad de género, el respeto y la tolerancia hacia las mujeres distaba mucho de la realidad.

Hoy en día, sin importar el estrato social, la educación o el ámbito en que se desenvuelven, se continúa con la desvalorización de la actividad femenina, si bien contamos con instrumentos jurídicos e institucionales y encontramos continuamente discursos políticos y sociales para garantizar la igualdad, las mujeres seguimos enfrentando la discriminación por motivos de género, de raza, de edad, de condición socioeconómica, a pesar de diversos logros alcanzados a lo largo de la historia.

Esto nos da pauta para hacer un examen a conciencia de los avances alcanzados y acelerar esfuerzos donde las mujeres siguen enfrentando barreras estructurales.

Es así como seguimos en búsqueda de la independencia, de la igualdad. La lucha continúa para hacer de la igualdad de género una realidad, el momento es ahora y nos convoca a todas y a todos a la acción, está en nuestras manos ser la última generación que vivió la desigualdad de género.

No podemos esperar más, hoy las voces de las mujeres en las calles, en los centros de trabajo, en las instituciones públicas, en las redes sociales, en todos los ámbitos resuenan con fuerza y se identifican con los más altos ideales, que es lograr transformar nuestra sociedad en una más igualitaria.

A propósito de la conmemoración del inicio de la Independencia de México, las mujeres mexicanas han participado en los movimientos gestados a lo largo de la historia

Sin embargo, su participación tanto en los ámbitos de la vida pública como privada era prácticamente invisible, en muy pocas ocasiones se reconoce la valía de su intervención aun y cuando su colaboración ha sido pieza fundamental.

En la lucha por la independencia de nuestro país, después de casi tres siglos de dominación, surgieron las ideas independentistas a través de las famosas conspiraciones, que disfrazadas de tertulias, constituyeron los espacios para transitar a una nación libre, con un gobierno autónomo, republicano y democrático.

Desde ahí inicia la participación de las mujeres en ese histórico acontecimiento, si bien la historiografía solo destaca a mujeres como Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, la Güera Rodríguez, Gertrudis Bocanegra, Carmen Fernández Barrera Amat, Carmen Camacho, María Luisa Martínez, también contó con la participación de mujeres cuyos nombres se perdieron en el olvido.

Fueron miles las que siguieron a las fuerzas independentistas que participaron en los combates, que caminaron y permanecieron al lado de las tropas para curar a los enfermos y heridos, alimentarlos y abastecer a las fuerzas insurgentes con agua, ropa y armamento.

Muchas más cuidaron a los huérfanos, aportaron su dinero, sirvieron de correo, de informadoras, de guías por los caminos y veredas. Las mujeres que se quedaron en casa, convirtieron su actividad en sostener a sus familias en pie y mantener a sus comunidades. De igual manera, soportar el ataque y asedio de los españoles.

Eran todas ellas las encargadas de organizar esas reuniones sociales. Mujeres valientes, decididas que, sin buscar reconocimiento alguno, heroicamente contribuyeron para heredarnos un país libre.

En aquellos momentos en que se gestaron los movimientos de Independencia, la igualdad de género, el respeto y la tolerancia hacia las mujeres distaba mucho de la realidad.

Hoy en día, sin importar el estrato social, la educación o el ámbito en que se desenvuelven, se continúa con la desvalorización de la actividad femenina, si bien contamos con instrumentos jurídicos e institucionales y encontramos continuamente discursos políticos y sociales para garantizar la igualdad, las mujeres seguimos enfrentando la discriminación por motivos de género, de raza, de edad, de condición socioeconómica, a pesar de diversos logros alcanzados a lo largo de la historia.

Esto nos da pauta para hacer un examen a conciencia de los avances alcanzados y acelerar esfuerzos donde las mujeres siguen enfrentando barreras estructurales.

Es así como seguimos en búsqueda de la independencia, de la igualdad. La lucha continúa para hacer de la igualdad de género una realidad, el momento es ahora y nos convoca a todas y a todos a la acción, está en nuestras manos ser la última generación que vivió la desigualdad de género.

No podemos esperar más, hoy las voces de las mujeres en las calles, en los centros de trabajo, en las instituciones públicas, en las redes sociales, en todos los ámbitos resuenan con fuerza y se identifican con los más altos ideales, que es lograr transformar nuestra sociedad en una más igualitaria.