/ domingo 25 de febrero de 2024

Secreto a voces | Claudia, al quite…

Claudia Sheinbaum ya fue registrada como candidata presidencial ante el INE. Aparte de ser un evento que pocos creímos ver en una sociedad marcada por el masculinato de la figura presidencial, que no es cualquier cosa, creo que se le ha dado poca importancia, pero lo cierto es que con su registro inicia el país una etapa que es de suma importancia para todas y todos: es el cambio de capitán al frente de la nave que llamaremos Cuarta Transformación. Obrador ha sentado las bases de la transformación y llega Claudia Sheinbaum al relevo.

El punto es que, efectivamente, no es un simple cambio de AMLO por Claudia. Sheinbaum ha logrado vencer a otros aspirantes al interior de Morena y creo que finalmente, como dice Obrador, el pueblo ha sido sabio en ese sentido. La mayoría creemos, y no tengo la menor duda, de que ha sido un acierto. Qué es lo que tiene Claudia que nos permite tener la certeza que va ser una digna continuadora del legado de Obrador y profundizador del proyecto de la 4T. Veamos algunos aspectos.

Claudia ha sido una mujer cercana a las luchas de Obrador y sin duda que fue una de los y las alumnas punteras en el ranking del presidente. Más allá de su carrera académica y de sus logros como científica que veremos reflejados en su gobierno después de las elecciones presidenciales, Sheinbaum pertenece a una corriente al interior de Morena que ha comprendido que la “pureza” de miras no debe entenderse de manera rígida y que el poder es un objeto que se construye socialmente. Esto se puede entender al tino que tuvo al incorporar a Omar García Harfuch como encargado de la seguridad en la Ciudad de México.

Honesta. Ha estado como funcionaria de Obrador, después del 2000, encargada de la Secretaría de Medio Ambiente de la capital del país. Fue delegada en Tlalpan. Más tarde, jefa de gobierno de la Ciudad de México. Mientras la oposición panista y la misma Xóchitl, vive una retahíla de denuncias por corrupción y promover mafias urbanas que trafican con los derechos de los ciudadanos para beneficiarse personalmente, Claudia ha sabido gobernar con eficacia, cuidando el dinero de los habitantes de la ciudad. En 2024, el candidato del PAN al gobierno capitalino es el jefe de la “mafia urbana”: Santiago Taboada.

Es una mujer leal al presidente y a su proyecto político, a la 4T. No existe comparación entre Claudia con los desfiguros políticos de Monreal y luego los berrinches de Ebrard. Ambos, se fueron a ofrecer con la oposición. Claudia siempre se mantuvo firme en sus aspiraciones sustentadas en el trabajo que hizo en la Ciudad de México: coherente con el proyecto presidencial. Qué confianza merecen Monreal y Ebrard, como figuras públicas, cuando a las primeras de cambio dan muestras de sus debilidades personales y políticas.

A Lenin Moreno, en Ecuador, tuvieron que elegirlo presidente para que en menos de unas semanas echara a perder el proyecto del expresidente Rafael Correa, endeudando al país, brindando apoyo a los empresarios de los medios de comunicación que habían atacado a Correa, eliminando subsidios a la gasolina, entre otras antipolíticas. Ebrard y Monreal, ni siquiera se esperaron a nada. Antes de que todo concluyera ya se andaban ofreciendo a los neoliberales. En esto, Claudia ha sido muy firme y no se ha andado con medias tintas, ha estado con Obrador y respetado procesos.

Sheinbaum ha sabido tratar el asunto de Ebrard, que es lo más reciente, en la medida en que asume el control del gobierno. Traiciones, no. Ebard y su equipo que amenazaron con irse a otra corriente política, que formarían otro partido y, previo a ello, una corriente al interior de Morena, que torpedearon la iniciativa del presidente para la reconstrucción de Acapulco, ahora se encuentra a la deriva como grupo ebrardista. No ha habido un discurso de Claudia, flamígero, contra Ebrard, simplemente están fuera de la foto.

Claudia se mantiene alejada de las figuras mediáticas de otras mujeres que viven de la política como Lilly Téllez, López Rabadán, Sandra Cuevas o la misma Xóchitl. Sheinbaum no se anda con declaraciones que buscan llamar la atención en las redes sociales y que le brinden una falsa fama. Inclusive, de su vida familiar, separada de Carlos Imaz y su nueva relación afectiva (con el académico Jesús María Tarriba) realmente permanece en el tono de algo normal. En tanto, el esposo de Xóchitl anda a salto de mata por los vínculos que tiene con las empresas y los actos de corrupción en los que incurrieron Xóchitl y él.

Agreguemos otro factor sin el cual todo lo anterior es imposible: la comprensión del proyecto y su compromiso con la 4T. Lo ha expresado Claudia en algunos de sus discursos: el pueblo estará en primera fila de las políticas del que será construir el segundo piso durante el próximo gobierno de la 4T. La inseguridad es un problema social y no policiaco, y la intención de extender los programas de becas y que éstos se hagan extensivos a todos los niños que cursan los niveles de primaria es una evidencia de hacia dónde se dirigirán sus políticas sociales.

Después de que transcurra el día de la elección, lo que sigue es el trabajo de las fuerzas políticas que encabezará Claudia: renovar en cada coyuntura que se presente la viabilidad de un proyecto político. Lo que va a ocurrir en junio de este año será la reafirmación de que Claudia Sheinbaum arrasará la elección. Lo anterior porque la maestría de AMLO en la dirección del gobierno le ha abonado el terreno para que su triunfo sea seguro. Claudia habrá de renovar el proyecto de la 4T tratando de revitalizar en cada momento la confianza del pueblo en el proyecto transformador.

De entrada Obrador le ha garantizado cero divisiones al interior de Morena, ha logrado que el proyecto se cristalice institucionalmente en los programas convertidos en derechos constitucionales, ha logrado articular un proyecto político que ha aglutinado a la mayoría del pueblo, junto al PT y PVEM, realizado proyectos de envergadura regional y nacional que van en la lógica de eliminar las desigualdades sociales y regionales. Asimismo, ha creado un movimiento como el partido Morena que se ha convertido en pocos años en una fuerza política hegemónica a nivel nacional, entre otros éxitos.

Claudia, una vez que logre el triunfo en junio, vivirá su propia experiencia. De entrada, se convertirá en automático en la líder de un movimiento que encabeza una revolución pacífica. Claudia no es ninguna líder de masas como Obrador, pero igualmente no es una líder advenediza que desconozca el movimiento social, por ejemplo en 1987 durante el movimiento estudiantil que encabezó el CEU. Tiene un perfil como buena gestora de la principal ciudad del país, académica, científica social y experiencia en la administración en general. Yo creo que es una buena combinación que nos llama a que tengamos confianza en que la transformación continuará con ella.

Claudia no se parece como sucesora de Obrador a una figura como la de Maduro, en Venezuela. Igualmente, a la de Luis Arce en Bolivia, que también es un académico el ahora presidente de aquella hermana nación. Menos a la del traidor de Lenin Moreno, en Ecuador. Pero algunos problemas que se vivieron allá luego de la sucesión, pueden repetirse aquí. De entrada, Obrador ha tendido un puente que llama a la tranquilidad: el presidente se retira y quedará en manos de Claudia el destino de la 4T, esperemos que el pueblo no deje de ser la prioridad de las prioridades.


Claudia Sheinbaum ya fue registrada como candidata presidencial ante el INE. Aparte de ser un evento que pocos creímos ver en una sociedad marcada por el masculinato de la figura presidencial, que no es cualquier cosa, creo que se le ha dado poca importancia, pero lo cierto es que con su registro inicia el país una etapa que es de suma importancia para todas y todos: es el cambio de capitán al frente de la nave que llamaremos Cuarta Transformación. Obrador ha sentado las bases de la transformación y llega Claudia Sheinbaum al relevo.

El punto es que, efectivamente, no es un simple cambio de AMLO por Claudia. Sheinbaum ha logrado vencer a otros aspirantes al interior de Morena y creo que finalmente, como dice Obrador, el pueblo ha sido sabio en ese sentido. La mayoría creemos, y no tengo la menor duda, de que ha sido un acierto. Qué es lo que tiene Claudia que nos permite tener la certeza que va ser una digna continuadora del legado de Obrador y profundizador del proyecto de la 4T. Veamos algunos aspectos.

Claudia ha sido una mujer cercana a las luchas de Obrador y sin duda que fue una de los y las alumnas punteras en el ranking del presidente. Más allá de su carrera académica y de sus logros como científica que veremos reflejados en su gobierno después de las elecciones presidenciales, Sheinbaum pertenece a una corriente al interior de Morena que ha comprendido que la “pureza” de miras no debe entenderse de manera rígida y que el poder es un objeto que se construye socialmente. Esto se puede entender al tino que tuvo al incorporar a Omar García Harfuch como encargado de la seguridad en la Ciudad de México.

Honesta. Ha estado como funcionaria de Obrador, después del 2000, encargada de la Secretaría de Medio Ambiente de la capital del país. Fue delegada en Tlalpan. Más tarde, jefa de gobierno de la Ciudad de México. Mientras la oposición panista y la misma Xóchitl, vive una retahíla de denuncias por corrupción y promover mafias urbanas que trafican con los derechos de los ciudadanos para beneficiarse personalmente, Claudia ha sabido gobernar con eficacia, cuidando el dinero de los habitantes de la ciudad. En 2024, el candidato del PAN al gobierno capitalino es el jefe de la “mafia urbana”: Santiago Taboada.

Es una mujer leal al presidente y a su proyecto político, a la 4T. No existe comparación entre Claudia con los desfiguros políticos de Monreal y luego los berrinches de Ebrard. Ambos, se fueron a ofrecer con la oposición. Claudia siempre se mantuvo firme en sus aspiraciones sustentadas en el trabajo que hizo en la Ciudad de México: coherente con el proyecto presidencial. Qué confianza merecen Monreal y Ebrard, como figuras públicas, cuando a las primeras de cambio dan muestras de sus debilidades personales y políticas.

A Lenin Moreno, en Ecuador, tuvieron que elegirlo presidente para que en menos de unas semanas echara a perder el proyecto del expresidente Rafael Correa, endeudando al país, brindando apoyo a los empresarios de los medios de comunicación que habían atacado a Correa, eliminando subsidios a la gasolina, entre otras antipolíticas. Ebrard y Monreal, ni siquiera se esperaron a nada. Antes de que todo concluyera ya se andaban ofreciendo a los neoliberales. En esto, Claudia ha sido muy firme y no se ha andado con medias tintas, ha estado con Obrador y respetado procesos.

Sheinbaum ha sabido tratar el asunto de Ebrard, que es lo más reciente, en la medida en que asume el control del gobierno. Traiciones, no. Ebard y su equipo que amenazaron con irse a otra corriente política, que formarían otro partido y, previo a ello, una corriente al interior de Morena, que torpedearon la iniciativa del presidente para la reconstrucción de Acapulco, ahora se encuentra a la deriva como grupo ebrardista. No ha habido un discurso de Claudia, flamígero, contra Ebrard, simplemente están fuera de la foto.

Claudia se mantiene alejada de las figuras mediáticas de otras mujeres que viven de la política como Lilly Téllez, López Rabadán, Sandra Cuevas o la misma Xóchitl. Sheinbaum no se anda con declaraciones que buscan llamar la atención en las redes sociales y que le brinden una falsa fama. Inclusive, de su vida familiar, separada de Carlos Imaz y su nueva relación afectiva (con el académico Jesús María Tarriba) realmente permanece en el tono de algo normal. En tanto, el esposo de Xóchitl anda a salto de mata por los vínculos que tiene con las empresas y los actos de corrupción en los que incurrieron Xóchitl y él.

Agreguemos otro factor sin el cual todo lo anterior es imposible: la comprensión del proyecto y su compromiso con la 4T. Lo ha expresado Claudia en algunos de sus discursos: el pueblo estará en primera fila de las políticas del que será construir el segundo piso durante el próximo gobierno de la 4T. La inseguridad es un problema social y no policiaco, y la intención de extender los programas de becas y que éstos se hagan extensivos a todos los niños que cursan los niveles de primaria es una evidencia de hacia dónde se dirigirán sus políticas sociales.

Después de que transcurra el día de la elección, lo que sigue es el trabajo de las fuerzas políticas que encabezará Claudia: renovar en cada coyuntura que se presente la viabilidad de un proyecto político. Lo que va a ocurrir en junio de este año será la reafirmación de que Claudia Sheinbaum arrasará la elección. Lo anterior porque la maestría de AMLO en la dirección del gobierno le ha abonado el terreno para que su triunfo sea seguro. Claudia habrá de renovar el proyecto de la 4T tratando de revitalizar en cada momento la confianza del pueblo en el proyecto transformador.

De entrada Obrador le ha garantizado cero divisiones al interior de Morena, ha logrado que el proyecto se cristalice institucionalmente en los programas convertidos en derechos constitucionales, ha logrado articular un proyecto político que ha aglutinado a la mayoría del pueblo, junto al PT y PVEM, realizado proyectos de envergadura regional y nacional que van en la lógica de eliminar las desigualdades sociales y regionales. Asimismo, ha creado un movimiento como el partido Morena que se ha convertido en pocos años en una fuerza política hegemónica a nivel nacional, entre otros éxitos.

Claudia, una vez que logre el triunfo en junio, vivirá su propia experiencia. De entrada, se convertirá en automático en la líder de un movimiento que encabeza una revolución pacífica. Claudia no es ninguna líder de masas como Obrador, pero igualmente no es una líder advenediza que desconozca el movimiento social, por ejemplo en 1987 durante el movimiento estudiantil que encabezó el CEU. Tiene un perfil como buena gestora de la principal ciudad del país, académica, científica social y experiencia en la administración en general. Yo creo que es una buena combinación que nos llama a que tengamos confianza en que la transformación continuará con ella.

Claudia no se parece como sucesora de Obrador a una figura como la de Maduro, en Venezuela. Igualmente, a la de Luis Arce en Bolivia, que también es un académico el ahora presidente de aquella hermana nación. Menos a la del traidor de Lenin Moreno, en Ecuador. Pero algunos problemas que se vivieron allá luego de la sucesión, pueden repetirse aquí. De entrada, Obrador ha tendido un puente que llama a la tranquilidad: el presidente se retira y quedará en manos de Claudia el destino de la 4T, esperemos que el pueblo no deje de ser la prioridad de las prioridades.