/ miércoles 12 de junio de 2019

VISIÓN EMPRESARIAL

Qué se ganó, qué se perdió en las negociaciones con EE.UU.

La percepción del ecosistema empresarial como el de muchos otros, es que no hay mucho o nada que celebrar ante los resultados que se obtuvieron ante la negociación con los EE.UU., pues a decir verdad sigue latente una serie de imposiciones restrictivas a nuestras exportaciones. No podemos hablar de confianza empresarial en temas de inversión, pues el respiro para tomar una bocanada de aire es de apenas cuarenta y cinco días, lapso en la que seremos evaluados en el cumplimiento de temas migratorios con los que nos condicionó el país de las barras y las estrellas.

Ahora, si se trata de agradecer o celebrar -como tal- el acuerdo que logró el Canciller Marcelo Ebrard el pasado viernes, no hay mucho que agradecer pues de entrada es su deber, es lo que hace o debe realizar un Secretario de Relaciones Exteriores; es decir, entablar comunicación con los países que deriven en resultados plausibles para las respectivas naciones.

Sin embargo, recordando un poco lo sucedido en el invierno de 2003, cuando el entonces Secretario de Estado del país vecino, Colin Powell condenó las expresiones y la visión que expresó el que era nuestro embajador Adolfo Aguilar Zínser sobre la relación bilateral entre ambos países, aludiendo éste último a que México era el “patio trasero” de la nación del norte, lo cual generó una intensa polarización sobre el dicho.

Esto da pauta para decir que en un mismo invierno pero ahora del 2016, el entonces dirigente nacional de Morena, hoy nuestro presidente constitucional, ante el triunfo del actual presidente Donald Trump, pidió calma y tranquilidad pero sobre todo refirió que haría valer la soberanía nacional frente a quien sea que gobierne el país anglosajón.

Lo anterior, nos permite reflexionar dos puntos teniendo como contexto el acto de la semana pasada convocado por el hoy presidente López Obrador en la ciudad de Tijuana, cerca de la frontera con Estados Unidos con el fin de responder a la amenaza del presidente Trump; a lo cual primero resultó en un mitin político, celebrando una victoria sobre la negociación de parar la aplicación de aranceles a nuestro país pero a costa de que México frene la migración ilegal, para lo cual desplegará a la Guardia Nacional en la frontera sur, la cual originalmente fue creada para combatir la inseguridad que priva al territorio; segundo, México acepta que los migrantes que solicitan asilo permanezcan en el territorio, mientras esperan respuesta a sus solicitudes, otorgándoles: empleo, educación, salud, seguridad, en conclusión bienestar; lo cual entonces nos coloca como el patio trasero de dicha nación norteamericana, pues la principal condicionante es que México se convierta en un tercer país seguro para la Unión Americana asumiendo costos sociales y financieros, tema que deberá ser aprobado por la cámara de senadores, que por cierto se compone en su mayoría por miembros del partido del presidente.

En este tenor, el pasado viernes en la Coparmex, a través de la representatividad a nivel nacional, se fijó una postura clara y significativa de reconocer el nivel de negociación pero también exigiendo que se protegiera al empresariado mexicano, debido a las condiciones que hoy en día, existen en cuanto al empleo, crecimiento económico, evaluación de calificadoras internacionales y a una evidente contracción del dinamismo económico, es justo y natural exigir protección al empresariado nacional.

La principal reflexión es que se ganó tiempo para la negociación arancelaria pero se pierde en esas presiones que el propio gobierno norteamericano ha planteado en la realidad de un gobierno federal que evidencia inexperiencia y lentitud en su respuesta a nivel global; además, es necesario recordar que estamos viviendo los embates del presidente Trump por un tema político-electoral, el cual va a durar hasta el 2020 una y otra vez, así que esto apenas empieza.

Por ello, es oportuno que el mandatario Andrés Manuel López Obrador asista a la reunión de Jefes de Estado del G-20 y del Consejo General de la Organización Mundial de Comercio para aprovechar codearse con mandatarios de otros países e iniciar una relación de intercambio y tratados con economías que quizá necesitan del producto mexicano y que hicieran a su vez, disminuir la dependencia de México hacia los Estados Unidos. Una vez más, se desperdicia el tiempo pero los empresarios de Coparmex, seguiremos como hasta ahora, demostrando con empleos y con inversión por el compromiso que hay por México.

*Presidente de la Coparmex Tlaxcala

Qué se ganó, qué se perdió en las negociaciones con EE.UU.

La percepción del ecosistema empresarial como el de muchos otros, es que no hay mucho o nada que celebrar ante los resultados que se obtuvieron ante la negociación con los EE.UU., pues a decir verdad sigue latente una serie de imposiciones restrictivas a nuestras exportaciones. No podemos hablar de confianza empresarial en temas de inversión, pues el respiro para tomar una bocanada de aire es de apenas cuarenta y cinco días, lapso en la que seremos evaluados en el cumplimiento de temas migratorios con los que nos condicionó el país de las barras y las estrellas.

Ahora, si se trata de agradecer o celebrar -como tal- el acuerdo que logró el Canciller Marcelo Ebrard el pasado viernes, no hay mucho que agradecer pues de entrada es su deber, es lo que hace o debe realizar un Secretario de Relaciones Exteriores; es decir, entablar comunicación con los países que deriven en resultados plausibles para las respectivas naciones.

Sin embargo, recordando un poco lo sucedido en el invierno de 2003, cuando el entonces Secretario de Estado del país vecino, Colin Powell condenó las expresiones y la visión que expresó el que era nuestro embajador Adolfo Aguilar Zínser sobre la relación bilateral entre ambos países, aludiendo éste último a que México era el “patio trasero” de la nación del norte, lo cual generó una intensa polarización sobre el dicho.

Esto da pauta para decir que en un mismo invierno pero ahora del 2016, el entonces dirigente nacional de Morena, hoy nuestro presidente constitucional, ante el triunfo del actual presidente Donald Trump, pidió calma y tranquilidad pero sobre todo refirió que haría valer la soberanía nacional frente a quien sea que gobierne el país anglosajón.

Lo anterior, nos permite reflexionar dos puntos teniendo como contexto el acto de la semana pasada convocado por el hoy presidente López Obrador en la ciudad de Tijuana, cerca de la frontera con Estados Unidos con el fin de responder a la amenaza del presidente Trump; a lo cual primero resultó en un mitin político, celebrando una victoria sobre la negociación de parar la aplicación de aranceles a nuestro país pero a costa de que México frene la migración ilegal, para lo cual desplegará a la Guardia Nacional en la frontera sur, la cual originalmente fue creada para combatir la inseguridad que priva al territorio; segundo, México acepta que los migrantes que solicitan asilo permanezcan en el territorio, mientras esperan respuesta a sus solicitudes, otorgándoles: empleo, educación, salud, seguridad, en conclusión bienestar; lo cual entonces nos coloca como el patio trasero de dicha nación norteamericana, pues la principal condicionante es que México se convierta en un tercer país seguro para la Unión Americana asumiendo costos sociales y financieros, tema que deberá ser aprobado por la cámara de senadores, que por cierto se compone en su mayoría por miembros del partido del presidente.

En este tenor, el pasado viernes en la Coparmex, a través de la representatividad a nivel nacional, se fijó una postura clara y significativa de reconocer el nivel de negociación pero también exigiendo que se protegiera al empresariado mexicano, debido a las condiciones que hoy en día, existen en cuanto al empleo, crecimiento económico, evaluación de calificadoras internacionales y a una evidente contracción del dinamismo económico, es justo y natural exigir protección al empresariado nacional.

La principal reflexión es que se ganó tiempo para la negociación arancelaria pero se pierde en esas presiones que el propio gobierno norteamericano ha planteado en la realidad de un gobierno federal que evidencia inexperiencia y lentitud en su respuesta a nivel global; además, es necesario recordar que estamos viviendo los embates del presidente Trump por un tema político-electoral, el cual va a durar hasta el 2020 una y otra vez, así que esto apenas empieza.

Por ello, es oportuno que el mandatario Andrés Manuel López Obrador asista a la reunión de Jefes de Estado del G-20 y del Consejo General de la Organización Mundial de Comercio para aprovechar codearse con mandatarios de otros países e iniciar una relación de intercambio y tratados con economías que quizá necesitan del producto mexicano y que hicieran a su vez, disminuir la dependencia de México hacia los Estados Unidos. Una vez más, se desperdicia el tiempo pero los empresarios de Coparmex, seguiremos como hasta ahora, demostrando con empleos y con inversión por el compromiso que hay por México.

*Presidente de la Coparmex Tlaxcala

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