/ domingo 28 de abril de 2019

Montañismo | Lecciones dolorosas

¡Qué tal amigos! Hoy hablaremos acerca del riesgo, el cuál definimos como la posibilidad de sufrir un daño debido a cualquier eventualidad en general o por el hecho de exponerse a un peligro. Manejar y analizar adecuadamente este riesgo se denomina gestión del riesgo.

Partiendo que habrá situaciones donde no se pueda elegir el modo de actuación, esto puede suceder cuando se realizan labores de rescate en montaña o en otro entorno natural, entendemos el riesgo como la probabilidad de que los rescatadores o la víctima sufran un accidente durante las labores de auxilio. Podemos reducir esta probabilidad mediante la prevención, la preparación y el cálculo del riesgo y, además, detectando y corrigiendo a tiempo los errores que se vayan produciendo.

En líneas generales para un adecuado manejo del riesgo deberemos: 1) Tener presente que siempre existe un mínimo riesgo, no existe el “riesgo cero”. 2) Evitar llegar a una situación de alto riesgo. 3) Mantenerse alerta. 4) Reevaluar constantemente el riesgo potencial al que se está expuesto. 5) Priorizar el concepto de seguridad como método de trabajo. 6) Aplicar procedimientos para reducir la probabilidad y gravedad del riesgo.

Por otro lado, existen otros factores que influyen en la probabilidad de sufrir un accidente como son los factores ambientales: Estos vienen determinados por; Condiciones meteorológicas (sol, viento, lluvia, nieve, rayos...) Temperatura (calor, humedad, frío...)

Orografía y características del lugar (altitud, verticalidad, caudal de agua de los barrancos, ríos...) Otros riesgos ambientales como animales, plantas, humos...

Estos factores causan patologías como asfixia o traumatismos por avalanchas, hipotermia, congelaciones, patología por calor, mal de montaña, ahogamientos, picaduras, alergias, intoxicaciones, etc.

Factores humanos: Toda actividad tiene un “riesgo objetivo” que no siempre es coincidente con el “riesgo subjetivo", donde se entrelazan la percepción del peligro, las decisiones y los comportamientos. Esta falta de sintonía puede llevar a que, en determinadas condiciones, las decisiones que se tomen para el desarrollo de la actividad sean acertadas o equivocadas. A esta situación denominada en inglés “situational awareness”, se define como la habilidad de identificar, procesar y comprender todos los elementos que interaccionan con el grupo mientras realiza una actividad, es decir, saber lo que está pasando alrededor.

Los factores humanos que están relacionados con el riesgo o con la probabilidad de sufrir accidentes se dividen en: 1) Equipamiento técnico erróneo o insuficiente. Condiciones físico-psíquicas deficitarias. 2) Falta de supervisión y de protección. 3) Presión familiar, de los acompañantes o de la prensa. Errores de juicio. Cansancio. Frío.

Finalmente, no podemos olvidar que hay una serie de factores humanos con gran influencia en nuestras decisiones, destacando que: 1) Todos aprendemos por “prueba-error”. 2) En la montaña y el medio natural “la primera prueba puede ser la última”. 3) Existen muchas más soluciones equivocadas que acertadas. 4) El incidente es una suma de errores. 5) El apoyarse en el grupo puede dar una falsa seguridad. 5) Los jóvenes tienen el riesgo como valor individual y social, y los veteranos la prudencia como indecisión y miedo. 6) Existe una ansiedad por querer realizar muchos objetivos en poco tiempo.

Recomendación final, "La vida es demasiado bonita como para arriesgarla conscientemente en la montaña o donde sea. El riesgo es parte del montañismo, pero nunca escale para morir. La valoración del riesgo es necesario para equilibrar la ambición. Disciplina significa saber poner límites a tus habilidades". (Reinhold Mesnner).

"La mejor prevención empieza con el conocimiento de uno mismo. La vía de escalada del futuro, la más difícil, el verdadero piolet de oro, se llama Neuroprevención; y el material que necesitamos para ascenderla se llama temperamento y carácter. (Alberto Ayora)

pacomone@hotmail.com

Pit Schubert

No hay nada mejor que un suceso doloroso para aprender una lección"


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¡Qué tal amigos! Hoy hablaremos acerca del riesgo, el cuál definimos como la posibilidad de sufrir un daño debido a cualquier eventualidad en general o por el hecho de exponerse a un peligro. Manejar y analizar adecuadamente este riesgo se denomina gestión del riesgo.

Partiendo que habrá situaciones donde no se pueda elegir el modo de actuación, esto puede suceder cuando se realizan labores de rescate en montaña o en otro entorno natural, entendemos el riesgo como la probabilidad de que los rescatadores o la víctima sufran un accidente durante las labores de auxilio. Podemos reducir esta probabilidad mediante la prevención, la preparación y el cálculo del riesgo y, además, detectando y corrigiendo a tiempo los errores que se vayan produciendo.

En líneas generales para un adecuado manejo del riesgo deberemos: 1) Tener presente que siempre existe un mínimo riesgo, no existe el “riesgo cero”. 2) Evitar llegar a una situación de alto riesgo. 3) Mantenerse alerta. 4) Reevaluar constantemente el riesgo potencial al que se está expuesto. 5) Priorizar el concepto de seguridad como método de trabajo. 6) Aplicar procedimientos para reducir la probabilidad y gravedad del riesgo.

Por otro lado, existen otros factores que influyen en la probabilidad de sufrir un accidente como son los factores ambientales: Estos vienen determinados por; Condiciones meteorológicas (sol, viento, lluvia, nieve, rayos...) Temperatura (calor, humedad, frío...)

Orografía y características del lugar (altitud, verticalidad, caudal de agua de los barrancos, ríos...) Otros riesgos ambientales como animales, plantas, humos...

Estos factores causan patologías como asfixia o traumatismos por avalanchas, hipotermia, congelaciones, patología por calor, mal de montaña, ahogamientos, picaduras, alergias, intoxicaciones, etc.

Factores humanos: Toda actividad tiene un “riesgo objetivo” que no siempre es coincidente con el “riesgo subjetivo", donde se entrelazan la percepción del peligro, las decisiones y los comportamientos. Esta falta de sintonía puede llevar a que, en determinadas condiciones, las decisiones que se tomen para el desarrollo de la actividad sean acertadas o equivocadas. A esta situación denominada en inglés “situational awareness”, se define como la habilidad de identificar, procesar y comprender todos los elementos que interaccionan con el grupo mientras realiza una actividad, es decir, saber lo que está pasando alrededor.

Los factores humanos que están relacionados con el riesgo o con la probabilidad de sufrir accidentes se dividen en: 1) Equipamiento técnico erróneo o insuficiente. Condiciones físico-psíquicas deficitarias. 2) Falta de supervisión y de protección. 3) Presión familiar, de los acompañantes o de la prensa. Errores de juicio. Cansancio. Frío.

Finalmente, no podemos olvidar que hay una serie de factores humanos con gran influencia en nuestras decisiones, destacando que: 1) Todos aprendemos por “prueba-error”. 2) En la montaña y el medio natural “la primera prueba puede ser la última”. 3) Existen muchas más soluciones equivocadas que acertadas. 4) El incidente es una suma de errores. 5) El apoyarse en el grupo puede dar una falsa seguridad. 5) Los jóvenes tienen el riesgo como valor individual y social, y los veteranos la prudencia como indecisión y miedo. 6) Existe una ansiedad por querer realizar muchos objetivos en poco tiempo.

Recomendación final, "La vida es demasiado bonita como para arriesgarla conscientemente en la montaña o donde sea. El riesgo es parte del montañismo, pero nunca escale para morir. La valoración del riesgo es necesario para equilibrar la ambición. Disciplina significa saber poner límites a tus habilidades". (Reinhold Mesnner).

"La mejor prevención empieza con el conocimiento de uno mismo. La vía de escalada del futuro, la más difícil, el verdadero piolet de oro, se llama Neuroprevención; y el material que necesitamos para ascenderla se llama temperamento y carácter. (Alberto Ayora)

pacomone@hotmail.com

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