En el uso y quema de pirotecnia, las personas y la Iglesia católica deben anteponer el cuidado de la vida, aseguró el obispo de la Diócesis de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino.
Así, a cinco años de la explosión de cohetes en San Jesús Tepactepec, municipio de Nativitas, que dejó varios muertos y decenas de personas lesionadas, consideró importante reforzar las medidas de seguridad cuando las comunidades queman pirotecnia, sobre todo en las fiestas patronales.
Aunque no conoce a fondo los daños y las diversas consecuencias de esa tragedia que lastimó a la entidad el 15 de marzo de 2013, puesto que tiene cerca de seis meses en la entidad, el máximo jerarca de la iglesia católica en Tlaxcala resaltó que es importante que la sociedad se solidarice con el dolor que todavía prevalece entre las familias afectadas.
Tras una charla con el director de El Sol de Tlaxcala, Máximo Hernández Cervantes, sostuvo que ante todo, incluso ante el aspecto emocional de la religión y la fuerza de la fe, debe cuidarse la vida.
Reconoció que la combustión de fuegos artificiales es parte de la vida de los católicos, es la expresión de los pueblos y es una forma de manifestar su sensibilidad artística pero, al mismo tiempo, consideró que esa práctica debe hacerse con las medidas de seguridad adecuadas, como un correcto acordonamiento de la zona donde será la quema, por ejemplo.
Aseveró que la Iglesia católica no puede prohibir la quema de pirotecnia, pues además de ser una expresión y parte de la vida del pueblo, es también un medio económico de subsistencia, una actividad de la que dependen muchas familias y que da trabajos a decenas de personas.
Lo que sí opinó es que existe una necesidad para reforzar las medidas de seguridad, a través de una coordinación estrecha con las autoridades civiles de todos los órdenes de gobierno, con el único fin de salvaguardar la integridad de los feligreses.
Incluso, habló de la posibilidad de que sean cantidades menores de pólvora las que sean quemadas en las celebraciones religiosas y que el dinero que debía ocuparse para eso, sea destinado para ayudar a personas necesitadas, por ejemplo.
En la oficina Diocesana ubicada en la capital de la entidad, donde tuvo lugar la entrevista, y como una manera de ilustrar la situación, bromeó al decir que Dios no va a juzgar a las personas por el número de pirotecnia que queme durante su vida en alguna fiesta patronal.
“Nuestra vida de fe se manifiesta en las obras de misericordia, en la cercanía con la gente, en la ayuda al necesitado, en escuchar y comprender”, expresó.
- La vida solo es una y debemos cuidarla ya que además involucra familias y sueños”