Jacarandas, especie en deterioro en la capital; urge rescatarlas

La contaminación del aire y agua, así como el exceso de heno afectan su desarrollo

Fabiola Vázquez | El Sol de Tlaxcala

  · domingo 4 de abril de 2021

Las jacarandas situadas a un costado del río Zahuapan son vulnerables a la proliferación de hongos y bacterias debido al ambiente húmedo. Fabiola Vázquez

Durante la primavera, uno de los principales atractivos en la ciudad de Tlaxcala son las jacarandas, árboles que se caracterizan por su floración color violeta y que han sido objeto de múltiples postales, pero actualmente se encuentran en deterioro.

La especie se ha visto afectada por el exceso de “heno motita” que se encuentra alojado en sus ramas, lo cual impide que se reproduzcan, pero otros aspectos que las dañan son la contaminación en el aire y las aguas negras del río Zahuapan, pues el ambiente húmedo los hace vulnerables a las plagas.

El problema tiene mayor presencia en los árboles que se encuentran en la Ribereña de dicho cauce de agua, pues el alto grado de humedad es propicio para la aparición de hongos y bacterias que afectan la corteza de las jacarandas, lo que provoca que poco a poco se deteriore la capacidad fotosintética, se debilite la especie y, en un caso extremo, pueda morir.

Por ello, las acciones de rescate deben ser urgentes a cargo de las autoridades implicadas para evitar que se pierda este paisaje natural que es distintivo en la capital del estado.

“HENO MOTITA” NO ES PARÁSITA

Las jacarandas, como cualquier otro árbol, tienen la capacidad de producir oxígeno, además son especies de ornato que sirven de hogar para distintas aves e insectos, ayudan a captar nitrógeno del aire y purificar la zona donde se encuentran.

Incluso, al caer sus flores y hojas enriquecen el suelo, aseveró Vidal Guerra de la Cruz, especialista del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias de I Campo Experimental en Tlaxcala.

Explicó que actualmente los árboles presentan altos niveles de “heno motita”, “gallitos” o paxtle, como es conocido comúnmente, lo que ha afectado el desarrollo adecuado de la especie.

Vidal Guerra de la Cruz, investigador forestal, precisó que el rescate de las jacarandas debe hacerse mediante el método mecánico que consiste en poda y retiro del “heno motita”, descartó el uso de químicos. Fabiola Vázquez

El investigador forestal aseveró que el heno es una bromelia de la misma familia de la planta que se usa para adornar en Navidad y su característica principal es que necesita de un lugar para hospedarse, pues no puede crecer en el suelo y debe estar encima de otra planta o árbol que les permita sostenerse.

Indicó que el “heno motita” es una especie del género Tillandsia, que son plantas pequeñas que alcanzan el tamaño de un puño, entonces estas han afectado a las jacarandas de la ciudad de Tlaxcala.

Puntualizó que el heno no es parásita, pues no toma nutrientes ni agua de la planta hospedera porque los obtiene de la fotosíntesis que realizan las hojas, mientras que el agua y otros minerales los obtiene del ambiente, por lo tanto, no pueden considerarse como una plaga.

No obstante, cuando hay sobrepoblación causa problemas, pues al cubrir las ramas no permiten que haya brotes del árbol, obstruyen el nacimiento de hojas, favorecen la aparición de hongos y bacterias, debilitan la especie e impiden la captación de humedad y sol.

Aunque en diferente grado de infestación, prácticamente todas las jacaranda situadas en la Ribereña presentan exceso de heno y algunas especies se han perdido al encontrase totalmente secas, lo que ha provocado que disminuya la población de estos árboles.

*Las jacarandas no son árboles longevos, alcanzan poco más de 100 años de vida, además alcanzan alturas de 15 a 20 metros en condiciones favorables, pero en Tlaxcala tienen un tamaño promedio de 10 a 12 metros.


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