Hacer obras de misericordia y ser mensajeros de vida para anunciar la resurrección de la vida, fue a lo que convocó el obispo de Tlaxcala Julio César Salcedo Aquino durante este Domingo de Pascua.
En la homilía que presidió en la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, explicó que el tiempo de Pascua es el significado de que Jesús venció a la muerte.
De ahí que invitó a los creyentes ser buscadores de los signos de resurrección, tal como lo hizo María Magdalena, primera testigo del retorno de Jesús. Posteriormente, puntualizó la importancia de transformar los dolores humanos en esperanza, pues la muerte no es la última palabra de nuestra existencia.
“Durante la Cuaresma hemos caminado hacia la Pascua, este camino nos ayudó a tener más conciencia de la necesidad de abrirnos al don de Dios manifestado en Jesucristo, su palabra, sacramentos, en las periferias geográficas, esta proclamación del evangelio es capaz de asumir nuestros dolores y transformarlos en esperanza, que nos convenza que la muerte no es la última palabra de nuestra existencia”, expuso.
El jerarca católico abundó que María Magdalena es un ejemplo de evangelización verdadera y auténtica, pues anunció el “gozoso mensaje central de Pascua”, por ello pidió que como iglesia asuman el papel de anunciadores con obras de misericordia
“Nuestra Diócesis está llamada a buscar al Señor Resucitado que se manifiesta en tantos signos de nuestros pueblos, la alegría, el sentido comunitario, el servicio, el perdón, el amor, la solidaridad”, dijo.
Asimismo, informó que el camino pascual está plasmado en la Diócesis de Tlaxcala al iniciar con diversas asambleas parroquiales, decanales y diocesanas, para convertir los desafíos sociales y eclesiales en retos pastorales impregnados en la vida del resucitado.
Así, concluyó con el deseo de que en esta Pascua el ejemplo de Jesús resucitado ilumine y transforme los corazones de los católicos para ser buscadores y mensajeros de la vida.