Memorias en el aula

Este 15 de mayo celebraremos a los docentes, quienes día con día transmiten nuevos conocimientos a sus estudiantes; pero más que impartir una clase, les entregan parte de su corazón. En Círculos le pedimos a maestros tlaxcaltecas que nos compartieran alguna anécdota que haya marcado su carrera. Acompáñanos a conocerlas:

Mauricio Santa Cruz Pérez

“Recuerdo que durante mi primer año como docente me asignaron el turno vespertino en una comunidad de Sanctórum, a los pocos meses de haber tomado esta tarea tan noble, lamentablemente uno de mis alumnos enfermó, los padres le dieron la atención necesaria, pero tiempo después falleció. El día del sepelio su madre me entregó una hoja doblada con un dibujo que Patricio hizo para mí y le dejó dicho que lo pegara junto a mi escritorio… esa escena dejó marcada mi vida emocional y profesional”.

Angélica Cruz Méndez

“Yo creo que el mayor reto que hemos tenido los docentes a nivel nacional ha sido la cuestión de la inclusión de no solo aquellos niños que tienen dificultades en el aprendizaje o de los que tienen alguna discapacidad, sino todos aquellos con problemas económicos, sociales y demás. Por ello, durante mi labor como docente he trabajado en favor de la inclusión de niños con autismo y de los niños que tienen alguna dificultad para el aprendizaje”.

Soledad Espinoza Hernández

“Mis 20 años de experiencia frente a grupo han sido maravillosos, pese que al principio no quería ser maestra. El cariño y el afecto de los niños me hicieron cambiar de parecer. Saber que aporto mi granito de arena para su educación me llena de compromiso”.

Joel Sánchez Ortega

“Dejar huella en los alumnos es uno de mis mayores retos. El hecho de que niños salgan de la institución y después te encuentren y te saluden con gusto, es muy satisfactorio. Ser maestro no significa solo ganar un sueldo, se trata de valores, responsabilidad, compromiso pero sobre todo de vocación”.

Martha Sara Uriarte

“La forma de educar ha ido evolucionando, aún recuerdo cuando tomé mi primer grupo, hace 17 años, me tocó todavía algunas mamis que me decían: maestra jálele las orejas si no pone atención e incluso traían la vara para “darles” cuando se portaran mal; actos que hoy en día, están prohibidos en cualquier escuela.

Ser docente para mí es una maravilla, porque trabajar con personitas que tienen diferentes formas de pensar y unificarlas en un mismo criterio es de lo más bonito”.

Emma García López

“Todos los días los docentes hacemos una labor titánica porque trabajamos con grupos de 20 o 30 niños y con una diversidad de formas de pensar, de ser, de actuar y de aprender. El reto diario para mí es que mis alumnos se lleven un aprendizaje significativo y que se lleven a casa un sabor de boca diferente a lo que viven a veces en su casa con problemas, a través de la atención y amor que se merecen”.

Fotos: Fabiola Caballero