La población católica de la comunidad de Cuauhtenco, municipio de Contla de Juan Cuamatzi, se dice avergonzada por el zafarrancho que ocasionó el proyecto de una barda perimetral en el templo de San Felipe de Jesús.
Ahí, en la región indígena que por años se ha destacado por su solidaridad y empatía, pero sobre todo por ser férreos defensores de la lengua náhuatl, están ofendidos por la gresca que se suscitó el sábado pasado en el atrio del recinto religioso.
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Además de dañar la imagen de la comunidad, dijeron: “ofendieron a nuestro santo patrono, que por años hemos luchado porque tenga un recinto digno”, comentó una madre de familia, que tras los ánimos que viven en su comunidad, prefiere el anonimato, pero plenamente identificada por El Sol de Tlaxcala.
Asimismo, durante un sondeo realizado a jefes de familia que no pertenecen a ninguno de los dos grupos en disputa, exigieron que se respeten los usos y costumbres, pues durante una asamblea se acordó el “no” definitivo a la construcción de la barda.
Ahora, exigen al fiscal y expresidente de comunidad, Guadalupe Flores Flores, que mantenga la calma entre sus seguidores, para evitar una nueva confrontación que termine por debilitar la concordia que todavía existe en San Felipe Cuauhtenco.
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Y es que el sábado pasado el grupo del fiscal, apoyado por padres de familia de la escuela primaria “Lic. Benito Juárez”, que colinda con la iglesia, derrumbó castillos y block pegados de la construcción de la barda perimetral que comenzó a construirse el pasado cinco de junio.
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De esta manera, justifican que la obra rompería con el estilo arquitectónico del templo de San Felipe de Jesús y la capilla de la Virgen de Guadalupe, además de que el acceso a la institución educativa, que comparte con el atrio, se afectaría.
Pero sobre todo, los pobladores entrevistados exigieron que “saquen las manos” los políticos que están detrás de los movimientos, principalmente del excomité de construcción, que es respaldado por el empresario Pablo Flores Galicia.
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Otras personas opinaron que el conflicto se pudo haber evitado si la asamblea que se realizó el 16 de julio se hubiera hecho con legalidad, debido a que de los dos puntos que se analizaron, ninguno señalaba sobre la decisión final de la barda, solo las limitaciones territoriales entre iglesia y escuela.
Además, señalaron, hay algunas personas que apoyaron económicamente para la construcción de la barda y fueron estas mismas quienes participaron en la demolición.
Compraron boletos para la rifa de una moto, estuvieron presentes en los eventos que organizó el comité para recaudar fondos y ahora están en contra del proyecto… quién los entiende, señaló enfática Maricela N., joven originaria de Cuauhtenco.
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Cuando se colocó la primera piedra de la barda perimetral, el pasado 13 de mayo, el párroco Feliciano Lara Eliosa fue el encargado de bendecir la obra, construcción que fue demolida el pasado sábado 21 de octubre.
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