La Huamantlada es una fiesta adoptada de España, que surge a semejanza de los encierros taurinos en honor de San Fermín. Y, aunque el distintivo español se encuentra en su propia dinámica, los tlaxcaltecas han sabido adaptar otros elementos españoles al evento.
Ejemplos de ello es la oferta gastronómica que se degusta durante el circuito. Paella, empanadas españolas y vino tinto se sumaron a los antojitos y bebidas tradicionales de nuestro país. De esta forma, la postal de la tarde fue un mosaico cultural donde la afición taurina no perdió protagonismo.
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Por otra parte, la vestimenta de los asistentes a esta capea mantienen la esencia de los corredores de San Fermín, quienes llevan anudado al cuello un pañuelo rojo. Este elemento tan característico tiene que ver directamente con el santo, pues el rojo es un recuerdo del martirio que sufrió. Pero no fue solo el pañuelo, también la tradicional camisa blanca, que surgió en el país europeo como una prenda fácil para uniformarse y estar cómodos al momento de moverse.
Finalmente, a los corridos, sones y canciones populares mexicanas se agregaron los tradicionales pasos dobles españoles que dan inicio y cierre a la Huamantlada con el más fuerte "olé".