Con un altar cubierto de petate, chiquigüites llenos de fruta de temporada, ceras y flores de cempasúchil donados por familiares y amigos, el municipio de San Francisco Tetlanohcan mantiene vigente la ancestral “primera ofrenda”.
Este ritual es prehispánico en la comuna ubicada en las faldas de la Malinche y se realiza durante las celebraciones de Día de Muertos en honor al ser querido que ha cumplido su primer año de fallecido.
Pese a la pandemia de la Covid-19, este 2020 no fue la excepción, ya que decenas de familias de Tetlanohcan esperaron a sus difuntos durante esta temporada, colocando la ofrenda desde el 31 de octubre y el uno de noviembre.
Como lo marca la arraigada tradición, los deudos también esperaron en sus hogares a sus familiares, amigos y conocidos del fallecido no solo para venerar su recuerdo, sino también para ofrecer una comida típica para convivir por un momento.
Varias personas han fallecido por la pandemia de la Covid-19 a consecuencia de su edad, enfermedades naturales o accidentes.
Por ello, varias cruces, cubiertas de cempasúchil afuera de domicilios, anunciaron la “primera ofrenda” a un ser querido, entre ellos, muchos que murieron contagiados.
Asimismo, este 2 de noviembre, los pobladores visitaron los tres panteones del municipio y celebraron la “primera ofrenda” llevaron canastos de comida para convivir un rato en familia.
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