Al celebrar la fiesta diocesana de los Santos Niños Mártires de Tlaxcala, el obispo Julio César Salcedo Aquino pidió a la feligresía volver la mirada a los niños y a los adolescentes y darles acompañamiento para que puedan crecer en la fe.
En el atrio de la parroquia de Santa María Atlihuetzia, en Yauhquemehcan, destacó que a casi tres años de que Tlaxcala recibió el don de la canonización de los patronos de la niñez mexicana, es momento de seguir ese ejemplo de perder la vida por Jesús para poder conservarla, pues señaló que conservarla para uno mismo es perderla.
"Sin duda, entre tantos aspectos el Espíritu Santo nos está diciendo que veamos a los niños y a los adolescentes", dijo.
Insistió en encaminarlos a la catequesis, que es un encuentro con Dios y les permite estar en contacto con su Palabra y llevarla a otros lugares, tal como lo hicieron Cristobalito con su familia y Antonio y Juan a otros pueblos.
Además, aseveró que ello es también un ejemplo de romper con los ídolos que alejan a las personas de la Palabra de Dios, como lo son el egoísmo, el encierro, el creerse superiores y la necesidad de apegos materiales y afectivos.
Así, recomendó a la familia y otros pueblos anunciar el Evangelio y seguir las actitudes de los Santos Niños Mártires de Tlaxcala de la generosidad, servicio, audacia, valentía y creatividad.
PRESENTAN RELIQUIAS
Previo a la homilía, al Obispo de Tlaxcala le fueron presentadas las reliquias de los restos de los Niños Mártires para su veneración en la entidad, uno de los requisitos solicitados por la Santa Sede durante el proceso eclesiástico que reconoce sus virtudes para ser elevados a los altares.
ORDENACION DIACONAL
Después, el Obispo encabezó la ordenación diaconal de Emanuel Peña Sánchez, originario de Francisco Villa, municipio de Sanctórum y que actualmente presta sus servicios introductorios en San Miguel del Milagro.
Al recibir la ordenación diaconal para servir al pueblo de Dios, fue encomendado por el máximo jerarca de la iglesia en Tlaxcala a llevar adelante su misión con valentía, creatividad y generosidad, siguiendo El ejemplo de Cristóbal, Antonio y Juan.
Ahí, también le solicitó no permitir que su ministerio se construya con ídolos que pueden frenar su servicio a la Palabra, al altar y a la caridad.
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