/ lunes 15 de abril de 2019

¡La preservación de las tradiciones...

  • Cambian los tiempos, cambian las mentalidades, cambian las prácticas de la vida y las costumbres y ahora lo que se estila es vacacionar en las playas de moda y la “chilangada” a como dé lugar sale a esas playas, aunque sea a dormir en las arenas.

O la perversión de las intenciones, o la práctica de las religiones…! En realidad, no he definido el título de esta colaboración que se publicará en la Semana Santa, la que se llama así porque se conmemora aquella pasión, crucifixión y muerte de Jesús de Nazareth, quien para todos los católicos y cristianos, es el mártir de mártires que transformó las creencias religiosas del mundo occidental, que contribuyó al derrumbe del imperio romano de Constantino y que por cuyas ideas religiosas se fundó uno de los grandes credos que el mundo actual conoce. Su existencia llega a nosotros a través de las historias evangélicas de quienes fueron sus apóstoles y lo acompañaron hasta sus últimas horas y con posterioridad dedicaron su vida a divulgar la nueva religión a todos los confines del mundo conocido.

Estas historias se contienen en la biblia, libro milenario al que se le atribuye origen divino y describe aquella crucifixión y muerte de quien traía como misión a este mundo, entregar la vida personal en el sacrificio para redimir las faltas ajenas y para con su propio sufrimiento y sacrificio, procurar ante su padre eterno la salvación de quienes en el creyeran y a quienes de esa manera aseguraba la felicidad ultramundana.

Las diferentes iglesias y sectas cristianas que se han generado en el devenir secular en el mundo occidental, la han acomodado a sus intereses, satisfacción y hasta al capricho de los gobernantes, como es el caso de Enrique VIII de Inglaterra, quien para contraer nuevas nupcias y ya que el papado romano se lo impedía, la solución que encontró fue crear su propia iglesia inglesa y entonces sus doctrinarios rehicieron la biblia, acomodándola a sus intereses. Eso mismo pasó con otras iglesias como la ortodoxa griega, la rusa y muchas sectas que siguen a Jesucristo, pero que interpretan a su manera aquellas historias de Jesús.

Para colmo de distorsiones del volumen bíblico, sucedió lo que siempre se sospechó, que la descripción de los acontecimientos en torno a Jesús, son más una alteración de la realidad que sucesos acontecidos. Hace algunas décadas, aparecieron en las cuevas de Qum Ram, descubiertas por un pastor y en grandes vasijas de barro, pergaminos de aquella época, en que se describe en arameo antiguo, una historia acerca de Jesús que resulta ser diferente. En ellos se habla de un personaje de carne y hueso, con todas las debilidades del ser humano y aunque aquellos manuscritos no han sido reconstruidos en su totalidad, actualmente se trabaja en su restauración, por ello es real que nadie puede afirmar conocer la verdad.

¿Cuál es la verdadera historia de Jesús, de su pasión, crucifixión y muerte? En el mundo occidental, ha enraizado con fortaleza, la que narra la biblia, presente en el imaginario colectivo y que da paso a las celebraciones de la semana mayor. Aquí sucede como el caso de la virgen de Guadalupe, que se trata de algo tan profundamente cimentado, secularmente en el ideario de nuestro pueblo, que ya no necesitamos discusiones acerca de la verdad de sus apariciones, ya que, en la mente y pensamiento de todo el pueblo mexicano, aquellas creencias ya no están para controversias. No solamente unen a la nación, sino que enormemente benefician los asuntos del control social y la paz pública.

Pero en el calendario de los acontecimientos nacionales, esta semana por venir se dedica al descanso, la vagancia, las vacaciones a la orilla del mar, las comilonas especiales, la divagación y alteración de la vida cotidiana. Por eso no logro definir como titular esta columna, lo narrado ha dado pie para pervertir las intenciones. Hace medio siglo, estos días eran de ayuno y penitencia. solo algunos sorbos de agua nutrían nuestro estomago mientras concurríamos a los eventos religiosos, habiendo concluido procesiones y discursos religiosos, seguía en cada casa la extraordinaria comida de cuaresma, consistente en el pescado tenso, la torta de haba, las frescas ensaladas, el caldo de camarón, las pepitorias, las aguas de fruta con hielo, etc., etc. Y por la tarde noche había que seguir con los aconteceres piadosos y solo hasta el día siguiente, sábado de gloria, nos estaba permitida la relajación y lo que seguía era el puritito “desorden”, como los baños a cubetadas entre los integrantes de la familia y parece que en algunos domicilios, a los niños les daban su “gloria” a golpes de cinturón, aunque después también les regalaban su matraca y les daban dinero. La “matraca” estaba hecha de madera de forma artesanal, con una estrella también de madera, que al girar producía un sonido rítmico y propio ya que las maderas son cantarinas. Y transcurriendo algunos años se comenzó a estilar el salir a los balnearios para un asado de carne y un chapuzón. ¡Pero bueno!, qué le vamos a hacer, cambian los tiempos, cambian las mentalidades, cambian las prácticas de la vida y las costumbres y ahora lo que se estila es vacacionar en las playas de moda y la “chilangada” a como dé lugar sale a esas playas, aunque sea a dormir en las arenas.

Hace veintiún siglos, el sacrificio de Jesús en la cruz aconteció dentro de las costumbres de la barbarie dominadora del Imperio Romano y sentó un precedente que de entonces para acá ningún iluminado ni profeta ni religión ha podido superar.

Eso ocurría antes, muy distinto de lo que hoy sucede, de tal forma que la práctica de las religiones ha sido superada por la perversión de las intenciones. Lo mundano por encima de lo católico. Pero humanos somos finalmente y nada debe asombrarnos ya que Shakespeare decía que “nada de lo que es humano, es ajeno” y digo yo que en ese inmenso arco entre lo humano y lo divino, cabe todo, desde la santidad hasta el crimen.

Celebre usted su Semana Santa de acuerdo a sus convicciones, pero pásela bien, muy bien.


  • Cambian los tiempos, cambian las mentalidades, cambian las prácticas de la vida y las costumbres y ahora lo que se estila es vacacionar en las playas de moda y la “chilangada” a como dé lugar sale a esas playas, aunque sea a dormir en las arenas.

O la perversión de las intenciones, o la práctica de las religiones…! En realidad, no he definido el título de esta colaboración que se publicará en la Semana Santa, la que se llama así porque se conmemora aquella pasión, crucifixión y muerte de Jesús de Nazareth, quien para todos los católicos y cristianos, es el mártir de mártires que transformó las creencias religiosas del mundo occidental, que contribuyó al derrumbe del imperio romano de Constantino y que por cuyas ideas religiosas se fundó uno de los grandes credos que el mundo actual conoce. Su existencia llega a nosotros a través de las historias evangélicas de quienes fueron sus apóstoles y lo acompañaron hasta sus últimas horas y con posterioridad dedicaron su vida a divulgar la nueva religión a todos los confines del mundo conocido.

Estas historias se contienen en la biblia, libro milenario al que se le atribuye origen divino y describe aquella crucifixión y muerte de quien traía como misión a este mundo, entregar la vida personal en el sacrificio para redimir las faltas ajenas y para con su propio sufrimiento y sacrificio, procurar ante su padre eterno la salvación de quienes en el creyeran y a quienes de esa manera aseguraba la felicidad ultramundana.

Las diferentes iglesias y sectas cristianas que se han generado en el devenir secular en el mundo occidental, la han acomodado a sus intereses, satisfacción y hasta al capricho de los gobernantes, como es el caso de Enrique VIII de Inglaterra, quien para contraer nuevas nupcias y ya que el papado romano se lo impedía, la solución que encontró fue crear su propia iglesia inglesa y entonces sus doctrinarios rehicieron la biblia, acomodándola a sus intereses. Eso mismo pasó con otras iglesias como la ortodoxa griega, la rusa y muchas sectas que siguen a Jesucristo, pero que interpretan a su manera aquellas historias de Jesús.

Para colmo de distorsiones del volumen bíblico, sucedió lo que siempre se sospechó, que la descripción de los acontecimientos en torno a Jesús, son más una alteración de la realidad que sucesos acontecidos. Hace algunas décadas, aparecieron en las cuevas de Qum Ram, descubiertas por un pastor y en grandes vasijas de barro, pergaminos de aquella época, en que se describe en arameo antiguo, una historia acerca de Jesús que resulta ser diferente. En ellos se habla de un personaje de carne y hueso, con todas las debilidades del ser humano y aunque aquellos manuscritos no han sido reconstruidos en su totalidad, actualmente se trabaja en su restauración, por ello es real que nadie puede afirmar conocer la verdad.

¿Cuál es la verdadera historia de Jesús, de su pasión, crucifixión y muerte? En el mundo occidental, ha enraizado con fortaleza, la que narra la biblia, presente en el imaginario colectivo y que da paso a las celebraciones de la semana mayor. Aquí sucede como el caso de la virgen de Guadalupe, que se trata de algo tan profundamente cimentado, secularmente en el ideario de nuestro pueblo, que ya no necesitamos discusiones acerca de la verdad de sus apariciones, ya que, en la mente y pensamiento de todo el pueblo mexicano, aquellas creencias ya no están para controversias. No solamente unen a la nación, sino que enormemente benefician los asuntos del control social y la paz pública.

Pero en el calendario de los acontecimientos nacionales, esta semana por venir se dedica al descanso, la vagancia, las vacaciones a la orilla del mar, las comilonas especiales, la divagación y alteración de la vida cotidiana. Por eso no logro definir como titular esta columna, lo narrado ha dado pie para pervertir las intenciones. Hace medio siglo, estos días eran de ayuno y penitencia. solo algunos sorbos de agua nutrían nuestro estomago mientras concurríamos a los eventos religiosos, habiendo concluido procesiones y discursos religiosos, seguía en cada casa la extraordinaria comida de cuaresma, consistente en el pescado tenso, la torta de haba, las frescas ensaladas, el caldo de camarón, las pepitorias, las aguas de fruta con hielo, etc., etc. Y por la tarde noche había que seguir con los aconteceres piadosos y solo hasta el día siguiente, sábado de gloria, nos estaba permitida la relajación y lo que seguía era el puritito “desorden”, como los baños a cubetadas entre los integrantes de la familia y parece que en algunos domicilios, a los niños les daban su “gloria” a golpes de cinturón, aunque después también les regalaban su matraca y les daban dinero. La “matraca” estaba hecha de madera de forma artesanal, con una estrella también de madera, que al girar producía un sonido rítmico y propio ya que las maderas son cantarinas. Y transcurriendo algunos años se comenzó a estilar el salir a los balnearios para un asado de carne y un chapuzón. ¡Pero bueno!, qué le vamos a hacer, cambian los tiempos, cambian las mentalidades, cambian las prácticas de la vida y las costumbres y ahora lo que se estila es vacacionar en las playas de moda y la “chilangada” a como dé lugar sale a esas playas, aunque sea a dormir en las arenas.

Hace veintiún siglos, el sacrificio de Jesús en la cruz aconteció dentro de las costumbres de la barbarie dominadora del Imperio Romano y sentó un precedente que de entonces para acá ningún iluminado ni profeta ni religión ha podido superar.

Eso ocurría antes, muy distinto de lo que hoy sucede, de tal forma que la práctica de las religiones ha sido superada por la perversión de las intenciones. Lo mundano por encima de lo católico. Pero humanos somos finalmente y nada debe asombrarnos ya que Shakespeare decía que “nada de lo que es humano, es ajeno” y digo yo que en ese inmenso arco entre lo humano y lo divino, cabe todo, desde la santidad hasta el crimen.

Celebre usted su Semana Santa de acuerdo a sus convicciones, pero pásela bien, muy bien.


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