Durante años he caminado por las diferentes comunidades de la Capital tlaxcalteca, y cada recorrido ha sido un viaje emocional y lleno de aprendizajes.
En mi caminar, me he percatado de algunas cosas que me entristecen, por ejemplo, que con el paso del tiempo las calles cada vez están más deterioradas, en mal estado y con mucha basura. O que ya casi no hay áreas verdes en donde podamos disfrutar de una refrescante sombra de árbol.
Y sí, el paso del tiempo deteriora las cosas, pero es nuestra responsabilidad cuidar del lugar en donde vivimos, pero también es responsabilidad de las autoridades correspondientes darle mantenimiento a las calles, pues son parte de nuestra vida cotidiana, de la apariencia del municipio, y garantiza nuestro derecho a tener vías transitables y seguras.
Con esto, me puse a reflexionar en qué podemos hacer para mejorar nuestro entorno, y lo primero que pensé es que debemos unirnos, está en nuestras manos salvar y cuidar nuestro estado, porque si dependemos de otras personas o de los gobernantes, nos quedaremos esperando.
No sé a ustedes, pero a mí me da mucha tristeza que como seres humanos no sepamos valorar lo que tenemos y que haya personas que solo piensan en su bienestar y en tener poder, sin importar si perjudican a los demás con sus actos.
Los cargos públicos pareciera que únicamente son ahora un botín político que se reparten los grupos para desfalcar las finanzas de los municipios, hacerse millonarios y dejar en último lugar a nosotros, los y las ciudadanas.
A este tipo de prácticas nos referimos cuando hablamos de la vieja política, pues son quienes solo buscan alcanzar el poder con el poder, sin importarles la ciudadanía o lo que pase con todas y todos nosotros. Y por si fuera poco, lo menos que les importa es quién esté en un cargo político, pues solo ponen personas por poner, por cumplir acuerdos perversos y sin fijarse en los perfiles que van a estar al frente de una presidencia municipal, de comunidad, de una curul en el Congreso del Estado o en el Senado de la República.
Y lo digo porque solo se cuidan entre ellos, tal es el caso que en Tlaxcala no hay legislación aún para garantizar el abasto de agua potable sin privatizarla, porque no trabajan y como resultado causan que la población carezca del servicio, tal es el caso de Acuitlapilco y Ocotlán, repito, son las comunidades que camino todos los días, en donde tengo amigos y familias que tienen que acarrear agua para sus necesidades apremiantes en lo que pueden, como garrafones y hasta ollas de comida. Qué coraje.
La ciudad capital está destrozada, con miles de carencias que infringen los derechos humanos de las familias de las comunidades, pero tampoco hay quienes nos defiendan, fiscalicen (con objetividad y apegado a la realidad) y obliguen a que al menos los servicios básicos sean garantía.
No me voy a meter en más detalles, solo quiero decirte que para cambiar el futuro de nuestro estado debemos estar juntos y luchar para que las personas correctas lleguen a los lugares donde se toman las más grandes decisiones, para que entre todas y todos podamos arreglar lo que está descompuesto, quitar lo viejo y permitir que lo Nuevo llegue a los lugares más importantes del estado. ¿No crees?