/ lunes 7 de agosto de 2023

Punto Ciego | Un tecnócrata impone; un líder convence

Las protestas sociales son recurrentes; la obra es la misma sólo cambian los actores

En periodismo escrito se dice que un gazapo es producto del descuido o distracción. Un error ortográfico, en cambio, es resultado del desconocimiento gramatical. Además, si un error no es involuntario, en realidad es una chingadera. Pero, casi siempre, en lugar de aceptar las fallas y corregir, es más cómodo echar la culpa al “duende” de la redacción. ¡Qué difícil resulta para el ego aceptar errores!

Si aplicamos los mismos conceptos a la Secretaría de Gobierno, por donde quiera que se le vea don Sergio González Hernández sale muy raspado junto con sus flamantes y avezados tecnócratas sin talento político, de quienes, por cierto, sería buena inversión “comprarlos” de acuerdo al valor de sus resultados y “venderlos” al precio elevado que dicen tener.

Sergio González no puede decir que carece de experiencia pues ya ocupó ese cargo en el gobierno de Héctor Ortiz Ortiz, al mismo que intentó dar golpe de estado cuando se rumoró que el gobernador tenía problemas de salud, tan es así que González tenía todo listo para dar el Grito de Independencia en calidad de gobernador interino…pero se le cebó.

Por tanto, solo podemos atribuir al “responsable de la política interna del estado” una falta de voluntad o un despropósito para resolver los constantes conflictos sociales acumulados en el estado. Lo cierto es que no da una. Sin resultados positivos se la pasa toreando problemas que no tienen razón de ser.

Por cuestión de espacio solo mencionaré tres: el conflicto en Xicohtzinco si no es alimentado desde las entrañas de la Segob, por lo menos sí es tolerado. En esa misma oficina, contrario a lo ordenado por su jefa la Gobernadora, Sergio González operó el desistimiento de doña Alberta, contrincante de Blanca Águila rumbo al sindicato de la Sesa. El tercer caso, la cereza en el pastel, las protestas de sindicalizados que han resultado en afectaciones a la sociedad en general.

Repito, lo anterior revela no solo la suma de gazapos y falta de voluntad, sino que muestra una deslealtad pura hacia su jefa. Por ello, para evitar que las cosas se vuelvan incontrolables, el secretario de Gobierno debe renunciar por motivos personales antes de que lo despidan por desleal e incapaz. Para todo hay un tiempo, y el tiempo de Sergio González en la Secretaría de Gobierno ha concluido.

“Ya le diste una, ya le diste dos, ya le diste tres y tu tiempo se acabó”. Ahora bien, si se concretara su salida eso no sería lo más trascendente, sino la llegada de quién sabe quién, así que podría pasar una cosa, pero también podría pasar otra cosa.


PROTESTAS RECURRENTES

Ni son las primeras ni serán las últimas. Las agobiantes protestas y sufridos cierres de vialidades a cargo de varios sindicatos de carácter estatal son recurrentes, como también lo son las declaraciones y opiniones de personajes afines a la política partidista. La puesta en escena es la misma, sólo cambian los actores.

Cuando en tiempos del gobernador José Antonio Álvarez Lima la entonces lideresa de la Central Nacional Urbana y Campesina, Luz Rivera Martínez, bloqueó por unas horas los principales accesos a la Capital tlaxcalteca, las fuerzas del orden liberaron las vialidades y, a golpes, detuvieron instigadores de los bloqueos quienes fueron trasladados a la Procuraduría estatal para fincarles responsabilidades. En aquellos días, los sectores sociales y cámaras empresariales se pronunciaron a favor de no permitir que los ciudadanos se convirtieran en rehenes de los intereses de un grupo político.

En el gobierno de Alfonso Sánchez Anaya, las protestas sociales llegaron al extremo de que miembros de la Sección 31 del SNTE retuvieron y denigraron a quien era secretario de Educación, Roberto Cubas Carlín. En su actuar, las fuerzas policiacas dejaron un número no cuantificado de heridos e intoxicados por gas lacrimógeno.

En su momento, el entonces gobernador Mariano González Zarur dio a conocer públicamente que el sistema de Pensiones representaba un inminente peligro para las finanzas estatales, por lo que anunció drásticas acciones para revertir la situación, como reducir canonjías al “7 de Mayo”, por ejemplo. Dolorosas medidas, pero necesarias, era el comentario de moda.

Fue así como, al finalizar diciembre de 2012, el Congreso local aprobó, en una sede alterna, reformas a la Ley de Pensiones Civiles de Tlaxcala, por lo que las marchas y protestas no se hicieron esperar a partir del siguiente enero.

Exactamente diez años después, en los primeros días de diciembre de 2022, la actual Legislatura de Tlaxcala aprobó una enmienda legal que permitiría a Pensiones Civiles de Tlaxcala celebrar convenios y contratos con instituciones públicas y privadas, así como constituir sociedades para otorgar prestaciones y servicios superiores a los contemplados en el artículo 3 de la misma Ley. No se registraron protestas de trascendencia en el palacio legislativo.

En julio pasado el gobierno estatal dio a conocer que, en uso de sus facultades legales, el servicio médico para burócratas sería otorgado por una empresa dedicada a ofrecer servicios públicos de salud; asimismo, las especialidades médicas las atenderían hospitales privados con los que el gobierno habría celebrado sendos convenios. Lo que sigue es historia conocida.


NO ES LO MISMO QUE ES IGUAL

Comprender los motivos del conflicto resulta tan insólito como buscarle dientes a la gallina. ¿Por qué poner una madeja de estambre en las garras de un gato y después quejarse del enredo? ¿Por qué tomar decisiones que involucran a las personas sin socializar con esas mismas personas o con sus representantes? ¿A quién beneficia enredar la madeja?

Un extremo dice que el servicio médico será mejor para los trabajadores, pero ninguna proactividad mediática se les ocurrió. No, el gobierno no es una empresa de la iniciativa privada para actuar como tal. Un tecnócrata impone, un líder convence.

Al parecer, los beneficiarios del servicio se habrían enterado de las decisiones gubernamentales por medio de una conferencia de prensa, no por pláticas lógicamente esperadas por los involucrados, a quienes no se les explicó las bondades del moderno servicio. Para la cultura tlaxcalteca eso representa una grave falta de cortesía.

La contraparte argumenta que se violan los convenios previos, sin reconocer que una Ley está por arriba de un convenio. Se muestran reacios a aceptar medicamentos genéricos en lugar de patente y, según entiendo, quieren seguir atendiéndose con sus cuates médicos especialistas y no con un determinado hospital privado. ¿Por qué no se han pronunciado los colegios de médicos para que nos expliquen si los medicamentos genéricos y los de patente tienen la misma utilidad o no?

¿Ese es todo el problema? No lo sabemos. No conocemos en realidad qué han tratado en las reuniones privadas. Ambas partes hablan a medias y, mientras tanto, el resto de los mortales debe sufrir las consecuencias de sus caprichos, lo cierto es que cerrar vialidades dará como resultado la antipatía social contra manifestantes. La falta de sensibilidad política de los tecnócratas a cargo desgastará la buena imagen de Lorena Cuéllar, quien más temprano que tarde deberá atender personalmente el desaguisado, como lo ha hecho con otros tantos.

Mientras tanto, tomemos las cosas con calma porque seguramente las protestas seguirán. No dejemos los frijoles en la lumbre porque se nos pueden quemar por no haber paso vial. En fin, la vida cotidiana en manos de dos sindicatos que trasladan a ella sus conflictos internos.


PUYAZO

Otra vez la pirotecnia provoca luto en hogares tlaxcaltecas. Lo ocurrido en San Bartolomé Tenango, municipio de Tetlatlahuca, nos muestra que las costumbres y tradiciones van más allá de la razón.

Las protestas sociales son recurrentes; la obra es la misma sólo cambian los actores

En periodismo escrito se dice que un gazapo es producto del descuido o distracción. Un error ortográfico, en cambio, es resultado del desconocimiento gramatical. Además, si un error no es involuntario, en realidad es una chingadera. Pero, casi siempre, en lugar de aceptar las fallas y corregir, es más cómodo echar la culpa al “duende” de la redacción. ¡Qué difícil resulta para el ego aceptar errores!

Si aplicamos los mismos conceptos a la Secretaría de Gobierno, por donde quiera que se le vea don Sergio González Hernández sale muy raspado junto con sus flamantes y avezados tecnócratas sin talento político, de quienes, por cierto, sería buena inversión “comprarlos” de acuerdo al valor de sus resultados y “venderlos” al precio elevado que dicen tener.

Sergio González no puede decir que carece de experiencia pues ya ocupó ese cargo en el gobierno de Héctor Ortiz Ortiz, al mismo que intentó dar golpe de estado cuando se rumoró que el gobernador tenía problemas de salud, tan es así que González tenía todo listo para dar el Grito de Independencia en calidad de gobernador interino…pero se le cebó.

Por tanto, solo podemos atribuir al “responsable de la política interna del estado” una falta de voluntad o un despropósito para resolver los constantes conflictos sociales acumulados en el estado. Lo cierto es que no da una. Sin resultados positivos se la pasa toreando problemas que no tienen razón de ser.

Por cuestión de espacio solo mencionaré tres: el conflicto en Xicohtzinco si no es alimentado desde las entrañas de la Segob, por lo menos sí es tolerado. En esa misma oficina, contrario a lo ordenado por su jefa la Gobernadora, Sergio González operó el desistimiento de doña Alberta, contrincante de Blanca Águila rumbo al sindicato de la Sesa. El tercer caso, la cereza en el pastel, las protestas de sindicalizados que han resultado en afectaciones a la sociedad en general.

Repito, lo anterior revela no solo la suma de gazapos y falta de voluntad, sino que muestra una deslealtad pura hacia su jefa. Por ello, para evitar que las cosas se vuelvan incontrolables, el secretario de Gobierno debe renunciar por motivos personales antes de que lo despidan por desleal e incapaz. Para todo hay un tiempo, y el tiempo de Sergio González en la Secretaría de Gobierno ha concluido.

“Ya le diste una, ya le diste dos, ya le diste tres y tu tiempo se acabó”. Ahora bien, si se concretara su salida eso no sería lo más trascendente, sino la llegada de quién sabe quién, así que podría pasar una cosa, pero también podría pasar otra cosa.


PROTESTAS RECURRENTES

Ni son las primeras ni serán las últimas. Las agobiantes protestas y sufridos cierres de vialidades a cargo de varios sindicatos de carácter estatal son recurrentes, como también lo son las declaraciones y opiniones de personajes afines a la política partidista. La puesta en escena es la misma, sólo cambian los actores.

Cuando en tiempos del gobernador José Antonio Álvarez Lima la entonces lideresa de la Central Nacional Urbana y Campesina, Luz Rivera Martínez, bloqueó por unas horas los principales accesos a la Capital tlaxcalteca, las fuerzas del orden liberaron las vialidades y, a golpes, detuvieron instigadores de los bloqueos quienes fueron trasladados a la Procuraduría estatal para fincarles responsabilidades. En aquellos días, los sectores sociales y cámaras empresariales se pronunciaron a favor de no permitir que los ciudadanos se convirtieran en rehenes de los intereses de un grupo político.

En el gobierno de Alfonso Sánchez Anaya, las protestas sociales llegaron al extremo de que miembros de la Sección 31 del SNTE retuvieron y denigraron a quien era secretario de Educación, Roberto Cubas Carlín. En su actuar, las fuerzas policiacas dejaron un número no cuantificado de heridos e intoxicados por gas lacrimógeno.

En su momento, el entonces gobernador Mariano González Zarur dio a conocer públicamente que el sistema de Pensiones representaba un inminente peligro para las finanzas estatales, por lo que anunció drásticas acciones para revertir la situación, como reducir canonjías al “7 de Mayo”, por ejemplo. Dolorosas medidas, pero necesarias, era el comentario de moda.

Fue así como, al finalizar diciembre de 2012, el Congreso local aprobó, en una sede alterna, reformas a la Ley de Pensiones Civiles de Tlaxcala, por lo que las marchas y protestas no se hicieron esperar a partir del siguiente enero.

Exactamente diez años después, en los primeros días de diciembre de 2022, la actual Legislatura de Tlaxcala aprobó una enmienda legal que permitiría a Pensiones Civiles de Tlaxcala celebrar convenios y contratos con instituciones públicas y privadas, así como constituir sociedades para otorgar prestaciones y servicios superiores a los contemplados en el artículo 3 de la misma Ley. No se registraron protestas de trascendencia en el palacio legislativo.

En julio pasado el gobierno estatal dio a conocer que, en uso de sus facultades legales, el servicio médico para burócratas sería otorgado por una empresa dedicada a ofrecer servicios públicos de salud; asimismo, las especialidades médicas las atenderían hospitales privados con los que el gobierno habría celebrado sendos convenios. Lo que sigue es historia conocida.


NO ES LO MISMO QUE ES IGUAL

Comprender los motivos del conflicto resulta tan insólito como buscarle dientes a la gallina. ¿Por qué poner una madeja de estambre en las garras de un gato y después quejarse del enredo? ¿Por qué tomar decisiones que involucran a las personas sin socializar con esas mismas personas o con sus representantes? ¿A quién beneficia enredar la madeja?

Un extremo dice que el servicio médico será mejor para los trabajadores, pero ninguna proactividad mediática se les ocurrió. No, el gobierno no es una empresa de la iniciativa privada para actuar como tal. Un tecnócrata impone, un líder convence.

Al parecer, los beneficiarios del servicio se habrían enterado de las decisiones gubernamentales por medio de una conferencia de prensa, no por pláticas lógicamente esperadas por los involucrados, a quienes no se les explicó las bondades del moderno servicio. Para la cultura tlaxcalteca eso representa una grave falta de cortesía.

La contraparte argumenta que se violan los convenios previos, sin reconocer que una Ley está por arriba de un convenio. Se muestran reacios a aceptar medicamentos genéricos en lugar de patente y, según entiendo, quieren seguir atendiéndose con sus cuates médicos especialistas y no con un determinado hospital privado. ¿Por qué no se han pronunciado los colegios de médicos para que nos expliquen si los medicamentos genéricos y los de patente tienen la misma utilidad o no?

¿Ese es todo el problema? No lo sabemos. No conocemos en realidad qué han tratado en las reuniones privadas. Ambas partes hablan a medias y, mientras tanto, el resto de los mortales debe sufrir las consecuencias de sus caprichos, lo cierto es que cerrar vialidades dará como resultado la antipatía social contra manifestantes. La falta de sensibilidad política de los tecnócratas a cargo desgastará la buena imagen de Lorena Cuéllar, quien más temprano que tarde deberá atender personalmente el desaguisado, como lo ha hecho con otros tantos.

Mientras tanto, tomemos las cosas con calma porque seguramente las protestas seguirán. No dejemos los frijoles en la lumbre porque se nos pueden quemar por no haber paso vial. En fin, la vida cotidiana en manos de dos sindicatos que trasladan a ella sus conflictos internos.


PUYAZO

Otra vez la pirotecnia provoca luto en hogares tlaxcaltecas. Lo ocurrido en San Bartolomé Tenango, municipio de Tetlatlahuca, nos muestra que las costumbres y tradiciones van más allá de la razón.