/ miércoles 13 de abril de 2022

Resiliencia | Día Internacional de los Niños en situación de Calle

El Día Internacional de los Niños en situación de Calle se celebra el 12 de abril de cada año, como una manera de denunciar la situación de calle que enfrentan millones de niñas y niños en todo el mundo y donde se vulneran sus derechos educativos, económicos, sociales y familiares. El 12 de abril de 1952 la Organización de Estados Americanos (OEA) y UNICEF redactaron la Declaración de Principios Universales del Niño, para protegerlos de la desigualdad y el maltrato.

¿Qué es un niño de la calle? Son menores que viven o sobreviven en las calles, muchas veces crecen en vertederos públicos, estaciones de tren o bajo los puentes de grandes ciudades, por conflictos que tienen con sus familias, estos niños no quieren o no pueden regresar a casa, las causas por las que viven o trabajan en las calles son diversas, y van desde los flujos migratorios, pobreza, desintegración social, abandono, maltrato y violencia familiar.

Existen varias razones por las cuales un niño debe o decide vivir en la calle, sin embargo, la combinación de factores familiares, económicos, sociales y políticos juegan un papel importante en su situación y, por lo tanto, es difícil señalar de manera determinante una o más causas, los niños a quienes se les ha preguntado porque ‘huyen’ del seno familiar, afirman que es la familia, la pobreza o el abuso, son las razones más frecuentes para irse a las calles.

Para estos niños, el riesgo en la calle está latente al desarrollarse en un ambiente considerado generalmente como peligroso y hostil, por consecuencia, algunos si no es que muchos de sus derechos se ven continuamente comprometidos, esos niños encuentran ‘refugio’ y ‘amistad’ en lugares equívocos; por el contrario, se topan con la cruda realidad, con personas sin escrúpulos que los introducen a un mundo de violencia y delincuencia.

Lamentablemente este fenómeno se recrudece con el tiempo y por supuesto con la pandemia, los expertos aseguran que, la situación es apremiante y grave, incluso en las estadísticas y los datos se muestra algo que no es o que se quiere que así sea, el problema que vivimos en México es muy grande, expertos en este tema, declara que, alrededor de este problema existe una generación que comenzó a ser reclutada por organizaciones grandes y fuertes, que no tenían interés de sacarlos adelante, organizaciones que comenzaron a darles dinero, armas, drogas, ante ello, los pequeños ya no querían llegar a un lugar donde se les brindara protección, al contrario, querían quedarse en donde se les ofrecía, armas, drogas y poder, fue ahí, donde diversas asociaciones civiles tuvieron una labor relevante que era, sacar a esos niños de esa situación, por supuesto haciendo un trabajo que le correspondería al Estado.

Con el arribo de la pandemia, llegaron más niños a la calle, ya que el índice de divorcios se incrementó y eso trajo como consecuencia que muchos niños fueran, prácticamente, tirados a la calle, aunque no hay cifras más recientes del incremento de este fenómeno, un reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), arroja que, existen 100 millones de niñas y niños abandonados en todo el mundo, de los cuales 40 millones pertenecen a América Latina, sus edades oscilan entre los 10 y 14 años; un núcleo que está condenado a sobrevivir en el único “hogar” que tienen disponible, es decir, las calles, sin embargo, las cifras podrían ser inexactas, por la metodología de movilidad de los pequeños de estarse moviendo constantemente de un lugar a otro.

Hay millones de niños en el mundo cuyas vidas están indisolublemente conectadas con los espacios públicos: calles, edificios, centros comerciales, etc., algunos de esos niños vivirán en las calles, durmiendo en parques, portales o marquesinas, otros pueden tener casas a las que regresar, pero dependen de las calles para sobrevivir y sustentarse, a ellos se les puede denominar niños de la calle, niños conectados con la calle, niños sin hogar o jóvenes sin hogar, además, en ocasiones, pueden describirse en términos más negativos, como mendigos, delincuentes juveniles y ladrones; las etiquetas que juzgan a un niño de esta manera disfrazan el hecho de que a estos niños vulnerables se les debe el cuidado, la protección y sobre todo, el debido respeto.

Cuando no se cuida a los niños, los gobiernos y las personas los hemos defraudado, es descomunal que los niños de la calle se hayan quedado tan atrás durante tanto tiempo, es como si fueran invisibles para la conciencia del mundo, los niños de la calle tienen derechos consagrados en la Convención de los Derechos del Niño, que cuenta con una ratificación y un apoyo casi universal.

El Día Internacional de los Niños en situación de Calle se celebra el 12 de abril de cada año, como una manera de denunciar la situación de calle que enfrentan millones de niñas y niños en todo el mundo y donde se vulneran sus derechos educativos, económicos, sociales y familiares. El 12 de abril de 1952 la Organización de Estados Americanos (OEA) y UNICEF redactaron la Declaración de Principios Universales del Niño, para protegerlos de la desigualdad y el maltrato.

¿Qué es un niño de la calle? Son menores que viven o sobreviven en las calles, muchas veces crecen en vertederos públicos, estaciones de tren o bajo los puentes de grandes ciudades, por conflictos que tienen con sus familias, estos niños no quieren o no pueden regresar a casa, las causas por las que viven o trabajan en las calles son diversas, y van desde los flujos migratorios, pobreza, desintegración social, abandono, maltrato y violencia familiar.

Existen varias razones por las cuales un niño debe o decide vivir en la calle, sin embargo, la combinación de factores familiares, económicos, sociales y políticos juegan un papel importante en su situación y, por lo tanto, es difícil señalar de manera determinante una o más causas, los niños a quienes se les ha preguntado porque ‘huyen’ del seno familiar, afirman que es la familia, la pobreza o el abuso, son las razones más frecuentes para irse a las calles.

Para estos niños, el riesgo en la calle está latente al desarrollarse en un ambiente considerado generalmente como peligroso y hostil, por consecuencia, algunos si no es que muchos de sus derechos se ven continuamente comprometidos, esos niños encuentran ‘refugio’ y ‘amistad’ en lugares equívocos; por el contrario, se topan con la cruda realidad, con personas sin escrúpulos que los introducen a un mundo de violencia y delincuencia.

Lamentablemente este fenómeno se recrudece con el tiempo y por supuesto con la pandemia, los expertos aseguran que, la situación es apremiante y grave, incluso en las estadísticas y los datos se muestra algo que no es o que se quiere que así sea, el problema que vivimos en México es muy grande, expertos en este tema, declara que, alrededor de este problema existe una generación que comenzó a ser reclutada por organizaciones grandes y fuertes, que no tenían interés de sacarlos adelante, organizaciones que comenzaron a darles dinero, armas, drogas, ante ello, los pequeños ya no querían llegar a un lugar donde se les brindara protección, al contrario, querían quedarse en donde se les ofrecía, armas, drogas y poder, fue ahí, donde diversas asociaciones civiles tuvieron una labor relevante que era, sacar a esos niños de esa situación, por supuesto haciendo un trabajo que le correspondería al Estado.

Con el arribo de la pandemia, llegaron más niños a la calle, ya que el índice de divorcios se incrementó y eso trajo como consecuencia que muchos niños fueran, prácticamente, tirados a la calle, aunque no hay cifras más recientes del incremento de este fenómeno, un reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), arroja que, existen 100 millones de niñas y niños abandonados en todo el mundo, de los cuales 40 millones pertenecen a América Latina, sus edades oscilan entre los 10 y 14 años; un núcleo que está condenado a sobrevivir en el único “hogar” que tienen disponible, es decir, las calles, sin embargo, las cifras podrían ser inexactas, por la metodología de movilidad de los pequeños de estarse moviendo constantemente de un lugar a otro.

Hay millones de niños en el mundo cuyas vidas están indisolublemente conectadas con los espacios públicos: calles, edificios, centros comerciales, etc., algunos de esos niños vivirán en las calles, durmiendo en parques, portales o marquesinas, otros pueden tener casas a las que regresar, pero dependen de las calles para sobrevivir y sustentarse, a ellos se les puede denominar niños de la calle, niños conectados con la calle, niños sin hogar o jóvenes sin hogar, además, en ocasiones, pueden describirse en términos más negativos, como mendigos, delincuentes juveniles y ladrones; las etiquetas que juzgan a un niño de esta manera disfrazan el hecho de que a estos niños vulnerables se les debe el cuidado, la protección y sobre todo, el debido respeto.

Cuando no se cuida a los niños, los gobiernos y las personas los hemos defraudado, es descomunal que los niños de la calle se hayan quedado tan atrás durante tanto tiempo, es como si fueran invisibles para la conciencia del mundo, los niños de la calle tienen derechos consagrados en la Convención de los Derechos del Niño, que cuenta con una ratificación y un apoyo casi universal.