/ miércoles 15 de junio de 2022

Resiliencia | Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez

La Asamblea General de la Naciones Unidas designó el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, mediante su resolución 66/127, representa el día del año en el que todos expresamos nuestro rechazo a los abusos y sufrimientos a los que son sometidos muchos adultos mayores.


Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el riesgo de abuso de los mayores aumenta proporcionalmente al envejecimiento de la población, cabe mencionar que el ámbito del maltrato puede ser psicológico, financiero, físico o sexual, incluso se calcula que para el año 2050 la población mundial, de más de 60 años, alcanzará los 2.000 millones de personas.


Este día es para expresar oposición a los abusos y sufrimientos ocasionados a algunas de nuestras generaciones mayores, es imprescindible preparar a la sociedad para que atienda las necesidades de las poblaciones mayores: formación de profesionales sanitarios, prevención y tratamiento de enfermedades crónicas asociadas a la edad, así como políticas sostenibles en materia de atención a largo plazo y entornos adaptados a las necesidades de los mayores.


La falta de iniciativas apropiadas pueden afectar a una persona mayor, sucediendo incluso dentro de una relación de confianza, los abusos psicológicos contra los mayores son los más habituales, y estos abarcan comportamientos que puedan dañar su autoestima o que pueden afectar a su bienestar, causándole temor o desconcierto.


El abuso y maltrato en la vejez constituye lo que se denomina un "delito oculto o invisible"; un delito que casi siempre se encuentra en entornos privados, familiares y reservados, es un delito que constituye un problema social que afecta no sólo la salud y el bienestar de las personas mayores, sino también sus derechos, normalmente los perpetradores de este tipo delito, en su mayoría son los hijos o los nietos, el cuidador formal e informal y hasta la pareja más joven, al adulto mayor le cuesta denunciar y hacer visible aquello que le pasa por vergüenza, por lo que, lleva consigo una pesada carga de aislamiento y depresión como primeros síntomas.


Dentro de los distintos tipos de abuso y maltrato podríamos mencionar el psicológico que consiste en la falta de respeto, amenazas, insultos o también tratarlos como niños; el físico que además de los visibles que pueden ser golpes, zarandeos o pellizcos también lo constituye la prohibición de movimiento y el atar; el financiero es apoderarse de sus cosas materiales, la vivienda, la jubilación o hacer firmar poderes y/o escrituras a favor de alguien contra la voluntad; el aislamiento cosiste en la prohibición de comunicarse, ya sea con amigos, familiares o vecinos; el sexual que también se da en este rango etario; la negligencia es no suministrar alimentos, cuidados o los medicamentos que necesitan, entre otros.


Lo importante de este día es transformarlo en una concientización de todos los días, estar atento a ver si encontramos un adulto mayor que se sienta culpable, sienta vergüenza, o tenga miedo, debemos ayudarlo y decirle que el maltrato no es su culpa, no olvidemos que nuestros adultos mayores tienen el derecho a recibir un trato digno y justo, a disfrutar de una vida plena, tiene derecho a la igualdad y a no ser discriminados por motivos de su edad, a recibir amparo ante la desprotección, a que sea reconocido su aporte al desarrollo de la sociedad, a tomar decisiones de manera autónoma, a ser valorado independientemente de su contribución económica y, a su integridad física, psíquica y emocional.


Para prevenir el abuso y el maltrato en la vejez, lo primero es conocer y reconocer los derechos de ese sector y que no son una concesión, sino que están establecidos en la ley.


También se necesitan políticas públicas, en las que se exija servicios que permitan al anciano estar bien cuidado, protegido, en espacios adecuados, es decir, alimentación, ejercicio y actividades adecuadas, con participación social, pero sin dejar el entorno familiar.


Es obligación de las autoridades, de los gobiernos, respaldar las necesidades de las personas mayores, no puede perderse la pensión a partir de los 65 años; es un tema muy importante en beneficio de las personas mayores, sabemos que no es suficiente, pero para muchos hace la diferencia, debe ser una oportunidad para repensar aquello que sentimos, pensamos y, sobre todo, la forma en la que, como sociedad, estamos actuando.


Reflexionemos como personas, familias, comunidad, gobiernos, empresarios, comunicadores, tomadores de decisiones y como sociedad en general, sobre las nuevas formas de maltrato contra las personas mayores en las que hemos participado consciente o inconscientemente, recordemos siempre que nuestros mayores conforman nuestro patrimonio cultural viviente y de sabiduría, son el sinónimo del amor en un beso, la solidaridad cuando entregan su tiempo, la sabiduría cuando dan un consejo, la comprensión cuando nos entregan su calma y sobre todas las cosas son ejemplo de llegar hasta aquí por saber haber vivido la vida. Tengamos presente que al hacerlo por ellos, lo estamos haciendo por nosotros, porque adultos mayores somos todos, solo es cuestión de tiempo llegar a serlo.


La Asamblea General de la Naciones Unidas designó el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, mediante su resolución 66/127, representa el día del año en el que todos expresamos nuestro rechazo a los abusos y sufrimientos a los que son sometidos muchos adultos mayores.


Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el riesgo de abuso de los mayores aumenta proporcionalmente al envejecimiento de la población, cabe mencionar que el ámbito del maltrato puede ser psicológico, financiero, físico o sexual, incluso se calcula que para el año 2050 la población mundial, de más de 60 años, alcanzará los 2.000 millones de personas.


Este día es para expresar oposición a los abusos y sufrimientos ocasionados a algunas de nuestras generaciones mayores, es imprescindible preparar a la sociedad para que atienda las necesidades de las poblaciones mayores: formación de profesionales sanitarios, prevención y tratamiento de enfermedades crónicas asociadas a la edad, así como políticas sostenibles en materia de atención a largo plazo y entornos adaptados a las necesidades de los mayores.


La falta de iniciativas apropiadas pueden afectar a una persona mayor, sucediendo incluso dentro de una relación de confianza, los abusos psicológicos contra los mayores son los más habituales, y estos abarcan comportamientos que puedan dañar su autoestima o que pueden afectar a su bienestar, causándole temor o desconcierto.


El abuso y maltrato en la vejez constituye lo que se denomina un "delito oculto o invisible"; un delito que casi siempre se encuentra en entornos privados, familiares y reservados, es un delito que constituye un problema social que afecta no sólo la salud y el bienestar de las personas mayores, sino también sus derechos, normalmente los perpetradores de este tipo delito, en su mayoría son los hijos o los nietos, el cuidador formal e informal y hasta la pareja más joven, al adulto mayor le cuesta denunciar y hacer visible aquello que le pasa por vergüenza, por lo que, lleva consigo una pesada carga de aislamiento y depresión como primeros síntomas.


Dentro de los distintos tipos de abuso y maltrato podríamos mencionar el psicológico que consiste en la falta de respeto, amenazas, insultos o también tratarlos como niños; el físico que además de los visibles que pueden ser golpes, zarandeos o pellizcos también lo constituye la prohibición de movimiento y el atar; el financiero es apoderarse de sus cosas materiales, la vivienda, la jubilación o hacer firmar poderes y/o escrituras a favor de alguien contra la voluntad; el aislamiento cosiste en la prohibición de comunicarse, ya sea con amigos, familiares o vecinos; el sexual que también se da en este rango etario; la negligencia es no suministrar alimentos, cuidados o los medicamentos que necesitan, entre otros.


Lo importante de este día es transformarlo en una concientización de todos los días, estar atento a ver si encontramos un adulto mayor que se sienta culpable, sienta vergüenza, o tenga miedo, debemos ayudarlo y decirle que el maltrato no es su culpa, no olvidemos que nuestros adultos mayores tienen el derecho a recibir un trato digno y justo, a disfrutar de una vida plena, tiene derecho a la igualdad y a no ser discriminados por motivos de su edad, a recibir amparo ante la desprotección, a que sea reconocido su aporte al desarrollo de la sociedad, a tomar decisiones de manera autónoma, a ser valorado independientemente de su contribución económica y, a su integridad física, psíquica y emocional.


Para prevenir el abuso y el maltrato en la vejez, lo primero es conocer y reconocer los derechos de ese sector y que no son una concesión, sino que están establecidos en la ley.


También se necesitan políticas públicas, en las que se exija servicios que permitan al anciano estar bien cuidado, protegido, en espacios adecuados, es decir, alimentación, ejercicio y actividades adecuadas, con participación social, pero sin dejar el entorno familiar.


Es obligación de las autoridades, de los gobiernos, respaldar las necesidades de las personas mayores, no puede perderse la pensión a partir de los 65 años; es un tema muy importante en beneficio de las personas mayores, sabemos que no es suficiente, pero para muchos hace la diferencia, debe ser una oportunidad para repensar aquello que sentimos, pensamos y, sobre todo, la forma en la que, como sociedad, estamos actuando.


Reflexionemos como personas, familias, comunidad, gobiernos, empresarios, comunicadores, tomadores de decisiones y como sociedad en general, sobre las nuevas formas de maltrato contra las personas mayores en las que hemos participado consciente o inconscientemente, recordemos siempre que nuestros mayores conforman nuestro patrimonio cultural viviente y de sabiduría, son el sinónimo del amor en un beso, la solidaridad cuando entregan su tiempo, la sabiduría cuando dan un consejo, la comprensión cuando nos entregan su calma y sobre todas las cosas son ejemplo de llegar hasta aquí por saber haber vivido la vida. Tengamos presente que al hacerlo por ellos, lo estamos haciendo por nosotros, porque adultos mayores somos todos, solo es cuestión de tiempo llegar a serlo.