/ domingo 24 de diciembre de 2023

Retahíla para cinéfilos | Aquaman, el reino perdido y la desilusión decembrina

La cartelera de esta semana cumplió la máxima de que “entre más expectación, peor es la decepción”. “Aquaman 2” se estrella en taquilla con uno de los peores estrenos de DC y no es para menos.

Cuando circularon las primeras imágenes de la segunda parte de Aquaman, la atención se centró en sus extraordinarios efectos especiales, el resurgir de importantes personajes y lo entrañable del mundo acuático donde se desarrolla la historia. Desafortunadamente, nadie consideró que la innecesaria secuela tendría un alto costo en cuanto a desarrollo del personaje.

“El reino perdido” nos devuelve el rostro del rey de Atlantis. Obligado a dejar atrás sus diferencias para proteger a su reino, Aquaman recurre a su hermano y antiguo soberano de los mares: Orm.

Juntos se sumergen en una misión para salvar a su familia y al mundo de una destrucción irreversible provocada por el cambio climático y por Black Metal, el villano que despierta un antiguo poder atlanteano para cumplir una venganza que le prometió a su padre momentos antes de morir.

Hasta este punto, se trata de una proeza para el sello de DC hablar desde la emergencia ecológica global desde el carisma y la no confrontación, sin embargo, la cinta se vio terriblemente afectada por una narrativa que no funcionó de principio a fin.

Si bien hay momentos dramáticos donde las emociones destacan el gran trabajo de fotografía de la producción a través del uso de interesantes paletas teatrales, no “despegó” nunca el argumento. Narrativa plana, chistes forzados y escenas innecesarias son solo algunos de los problemas a los que se enfrenta esta cinta.

Sus secuencias de acción básicamente son lo que se rescata a regañadientes. Cada una de las batallas devuelven al gran titán un poco de la heroicidad que pierde con el libreto simplón y cabizbajo que le fue otorgado.

En suma, la segunda parte de Aquaman es una desilusión para quienes vivieron y disfrutaron la intensidad de su precuela. Poco recomendable para disfrutar una buena historia de superhéroes, pero altamente efectiva para entretenerse brevemente en un reino que dejó de estar perdido.

La cartelera de esta semana cumplió la máxima de que “entre más expectación, peor es la decepción”. “Aquaman 2” se estrella en taquilla con uno de los peores estrenos de DC y no es para menos.

Cuando circularon las primeras imágenes de la segunda parte de Aquaman, la atención se centró en sus extraordinarios efectos especiales, el resurgir de importantes personajes y lo entrañable del mundo acuático donde se desarrolla la historia. Desafortunadamente, nadie consideró que la innecesaria secuela tendría un alto costo en cuanto a desarrollo del personaje.

“El reino perdido” nos devuelve el rostro del rey de Atlantis. Obligado a dejar atrás sus diferencias para proteger a su reino, Aquaman recurre a su hermano y antiguo soberano de los mares: Orm.

Juntos se sumergen en una misión para salvar a su familia y al mundo de una destrucción irreversible provocada por el cambio climático y por Black Metal, el villano que despierta un antiguo poder atlanteano para cumplir una venganza que le prometió a su padre momentos antes de morir.

Hasta este punto, se trata de una proeza para el sello de DC hablar desde la emergencia ecológica global desde el carisma y la no confrontación, sin embargo, la cinta se vio terriblemente afectada por una narrativa que no funcionó de principio a fin.

Si bien hay momentos dramáticos donde las emociones destacan el gran trabajo de fotografía de la producción a través del uso de interesantes paletas teatrales, no “despegó” nunca el argumento. Narrativa plana, chistes forzados y escenas innecesarias son solo algunos de los problemas a los que se enfrenta esta cinta.

Sus secuencias de acción básicamente son lo que se rescata a regañadientes. Cada una de las batallas devuelven al gran titán un poco de la heroicidad que pierde con el libreto simplón y cabizbajo que le fue otorgado.

En suma, la segunda parte de Aquaman es una desilusión para quienes vivieron y disfrutaron la intensidad de su precuela. Poco recomendable para disfrutar una buena historia de superhéroes, pero altamente efectiva para entretenerse brevemente en un reino que dejó de estar perdido.