/ sábado 9 de marzo de 2024

Retahíla para cinéfilos / Gracias, “Maestro”

Nos encontramos en vísperas de los premios más importantes de la academia y “Maestro” es una de las favoritas para ganar más de una de las aclamadas estatuillas que simulan la figura de Emilio, “El Indio” Fernández. Y no es para menos.

Se trata de una cinta biográfica dirigida por el maestro Bandley Cooper e inspirada en la vida de otro maestro: Leonard Bernstein, el primer director estadounidense de orquesta que obtuvo fama internacional.

Si bien Bernstein fue pionero en introducir la música clásica en la televisión, el filme no tomó como hilo argumental su carrera de forma individual, sino que lo hizo a partir del conmovedor matrimonio que contrajo con la actriz chilena Felicia Montealegre.

El intenso romance entre estos personajes también deja sobre la mesa la complejidad de las relaciones sociales, sobre todo cuando se trata de artistas que tienen una concepción distinta del mundo. No obstante, las fantásticas interpretaciones del reparto dejaron en la pantalla una desgarradora trama que pone a consideración nuestra percepción sobre el amor, la vida y la familia.

La apuesta de “Maestro” fue utilizar cuadros en blanco y negro que no solo nos transportaron en el tiempo cronológico, sino también en el discurso. Por otro lado, estas tomas alusivas a los años 20, dejan en los espectadores una huella de lo que se puede lograr a través del sonido. La música, de hecho, es protagonista de esta entrega.

Con la reciente publicación de “En agosto nos vemos”, novela póstuma de García Márquez, queda claro que incluso en el mundo hispano hay una ruptura de discursos entre dimensiones. Hoy, los muertos hablan en todas las artes con derecho de réplica no solicitado. Pero como espectadores, lo cierto es que siempre ganará la necesidad de conocer más allá de lo que nos dejaron saber.

Entre secuencias sonoras, la interpretación de Cooper también incluye escenas reveladoras que tensan fuertemente la realidad poco romántica o “estética” del protagonista. Aunque deje de serlo, la intimidad del artista es el deseo del admirador.

De Bernstein no solo conocemos la elegancia de sus movimientos, también somos testigos de su faceta narcisista y de inherente miedo a la soledad. No hay curva más perfecta que el arco narrativo de este personaje. Más que su música, eso es lo que lo convierte en el admirable maestro y consolida a su cinta como un trabajo que desde ahora puede reinar el cine contemporáneo de Hollywood. Ya veremos qué pasa el domingo.


Nos encontramos en vísperas de los premios más importantes de la academia y “Maestro” es una de las favoritas para ganar más de una de las aclamadas estatuillas que simulan la figura de Emilio, “El Indio” Fernández. Y no es para menos.

Se trata de una cinta biográfica dirigida por el maestro Bandley Cooper e inspirada en la vida de otro maestro: Leonard Bernstein, el primer director estadounidense de orquesta que obtuvo fama internacional.

Si bien Bernstein fue pionero en introducir la música clásica en la televisión, el filme no tomó como hilo argumental su carrera de forma individual, sino que lo hizo a partir del conmovedor matrimonio que contrajo con la actriz chilena Felicia Montealegre.

El intenso romance entre estos personajes también deja sobre la mesa la complejidad de las relaciones sociales, sobre todo cuando se trata de artistas que tienen una concepción distinta del mundo. No obstante, las fantásticas interpretaciones del reparto dejaron en la pantalla una desgarradora trama que pone a consideración nuestra percepción sobre el amor, la vida y la familia.

La apuesta de “Maestro” fue utilizar cuadros en blanco y negro que no solo nos transportaron en el tiempo cronológico, sino también en el discurso. Por otro lado, estas tomas alusivas a los años 20, dejan en los espectadores una huella de lo que se puede lograr a través del sonido. La música, de hecho, es protagonista de esta entrega.

Con la reciente publicación de “En agosto nos vemos”, novela póstuma de García Márquez, queda claro que incluso en el mundo hispano hay una ruptura de discursos entre dimensiones. Hoy, los muertos hablan en todas las artes con derecho de réplica no solicitado. Pero como espectadores, lo cierto es que siempre ganará la necesidad de conocer más allá de lo que nos dejaron saber.

Entre secuencias sonoras, la interpretación de Cooper también incluye escenas reveladoras que tensan fuertemente la realidad poco romántica o “estética” del protagonista. Aunque deje de serlo, la intimidad del artista es el deseo del admirador.

De Bernstein no solo conocemos la elegancia de sus movimientos, también somos testigos de su faceta narcisista y de inherente miedo a la soledad. No hay curva más perfecta que el arco narrativo de este personaje. Más que su música, eso es lo que lo convierte en el admirable maestro y consolida a su cinta como un trabajo que desde ahora puede reinar el cine contemporáneo de Hollywood. Ya veremos qué pasa el domingo.