La cinta se hizo viral desde su estreno y no es para menos. “Saltburn” tiene todos los ingredientes para iniciar una picosa charla de sobremesa: un reparto muy joven, la inmersión en problemas de actualidad, las referencias a obras clásicas y un género poco explorado con sencillez: la comedia negra.
La nueva obra de la multipremiada directora Emerald Fennell sigue la historia del introvertido Oliver Quick y su verano en la millonaria mansión de Saltburn, a donde llega por invitación de su compañero de universidad y amor imposible Felix Catton.
Todo es miel sobre hojuelas en esa vida a cuerpo de rey hasta que Oliver reflexiona que sus días ahí están contados. Aunque no salen de sus labios, los planes en su cabeza no paran de maquilarse a partir de entonces.
El “amor” obsesivo por Felix y su infranqueable deseo de pertenencia son las motivaciones que lo llevan a convertirse en un perverso seductor: un villano silencioso que se oculta en la sonrisa de víctima.
El género de la película marca la personalidad de la familia. Personajes estridentes, liberales y poco verosímiles la conforman bajo el sello de una sátira perversa y divertida que intenta responder, desde su muy peculiar forma de ver la vida, ¿por qué el mundo odia a los ricos?
Sea como sea, la mirada del clasismo está presente en cada una de las escenas a través de una burla provocadora, aunque también superficial y muy complaciente con el público adolescente a quien va dirigida.
Los diálogos en “Saltburn” no son precisamente entrañables, sin embargo, la narrativa recurre a un excelente uso de la imagen para llevarnos al límite de las emociones y adentrarnos en una historia por demás escabrosa.
Se trata de una película muy sensual. Por momentos se puede pensar que toda puesta en escena, tan sugerente y atractiva, es ideal para una revista de moda, pero esa misma perfección llevada al sinsentido es lo que funciona para reírse de lo absurdo.
Por lo anterior, la cinta está destinada a convertirse en la ganadora de “likes” del momento, pero esa virtud probablemente no dure mucho tiempo, pues el cine que se hace rápido, se va de la misma forma.