/ sábado 6 de enero de 2024

Retahíla para cinéfilos | “Saltburn” y el perverso seductor

La cinta se hizo viral desde su estreno y no es para menos. “Saltburn” tiene todos los ingredientes para iniciar una picosa charla de sobremesa: un reparto muy joven, la inmersión en problemas de actualidad, las referencias a obras clásicas y un género poco explorado con sencillez: la comedia negra.


La nueva obra de la multipremiada directora Emerald Fennell sigue la historia del introvertido Oliver Quick y su verano en la millonaria mansión de Saltburn, a donde llega por invitación de su compañero de universidad y amor imposible Felix Catton.


Todo es miel sobre hojuelas en esa vida a cuerpo de rey hasta que Oliver reflexiona que sus días ahí están contados. Aunque no salen de sus labios, los planes en su cabeza no paran de maquilarse a partir de entonces.


El “amor” obsesivo por Felix y su infranqueable deseo de pertenencia son las motivaciones que lo llevan a convertirse en un perverso seductor: un villano silencioso que se oculta en la sonrisa de víctima.


El género de la película marca la personalidad de la familia. Personajes estridentes, liberales y poco verosímiles la conforman bajo el sello de una sátira perversa y divertida que intenta responder, desde su muy peculiar forma de ver la vida, ¿por qué el mundo odia a los ricos?


Sea como sea, la mirada del clasismo está presente en cada una de las escenas a través de una burla provocadora, aunque también superficial y muy complaciente con el público adolescente a quien va dirigida.


Los diálogos en “Saltburn” no son precisamente entrañables, sin embargo, la narrativa recurre a un excelente uso de la imagen para llevarnos al límite de las emociones y adentrarnos en una historia por demás escabrosa.


Se trata de una película muy sensual. Por momentos se puede pensar que toda puesta en escena, tan sugerente y atractiva, es ideal para una revista de moda, pero esa misma perfección llevada al sinsentido es lo que funciona para reírse de lo absurdo.


Por lo anterior, la cinta está destinada a convertirse en la ganadora de “likes” del momento, pero esa virtud probablemente no dure mucho tiempo, pues el cine que se hace rápido, se va de la misma forma.

La cinta se hizo viral desde su estreno y no es para menos. “Saltburn” tiene todos los ingredientes para iniciar una picosa charla de sobremesa: un reparto muy joven, la inmersión en problemas de actualidad, las referencias a obras clásicas y un género poco explorado con sencillez: la comedia negra.


La nueva obra de la multipremiada directora Emerald Fennell sigue la historia del introvertido Oliver Quick y su verano en la millonaria mansión de Saltburn, a donde llega por invitación de su compañero de universidad y amor imposible Felix Catton.


Todo es miel sobre hojuelas en esa vida a cuerpo de rey hasta que Oliver reflexiona que sus días ahí están contados. Aunque no salen de sus labios, los planes en su cabeza no paran de maquilarse a partir de entonces.


El “amor” obsesivo por Felix y su infranqueable deseo de pertenencia son las motivaciones que lo llevan a convertirse en un perverso seductor: un villano silencioso que se oculta en la sonrisa de víctima.


El género de la película marca la personalidad de la familia. Personajes estridentes, liberales y poco verosímiles la conforman bajo el sello de una sátira perversa y divertida que intenta responder, desde su muy peculiar forma de ver la vida, ¿por qué el mundo odia a los ricos?


Sea como sea, la mirada del clasismo está presente en cada una de las escenas a través de una burla provocadora, aunque también superficial y muy complaciente con el público adolescente a quien va dirigida.


Los diálogos en “Saltburn” no son precisamente entrañables, sin embargo, la narrativa recurre a un excelente uso de la imagen para llevarnos al límite de las emociones y adentrarnos en una historia por demás escabrosa.


Se trata de una película muy sensual. Por momentos se puede pensar que toda puesta en escena, tan sugerente y atractiva, es ideal para una revista de moda, pero esa misma perfección llevada al sinsentido es lo que funciona para reírse de lo absurdo.


Por lo anterior, la cinta está destinada a convertirse en la ganadora de “likes” del momento, pero esa virtud probablemente no dure mucho tiempo, pues el cine que se hace rápido, se va de la misma forma.