/ domingo 6 de agosto de 2023

Secreto a voces | Colombia ante la revolución bolivariana (41)

Estas dos naciones fueron liberadas del yugo peninsular a través de la espada de Simón Bolívar y su ejército que más tarde se extendió a Bolivia, Ecuador y Perú. Después de su independencia, lo que ahora es el territorio de Venezuela y Colombia, conforman la Gran Colombia. Los intereses de las oligarquías locales de ambos Estados se dirigen por caminos impensados por Bolívar, del que las élites locales se alejaron y de hecho murió confrontado con los ideales que sirvieron de fundamento, entre otras con la idea de mantener el esclavismo que fue uno de los propósitos que alentó la participación de las capas sociales menos favorecidas en la guerra contra el dominio español.

Pero sus diferencias más importantes forman parte de la historia reciente. Inicia en los últimos años del siglo XX y lo que llevamos del XXI. Mientras que para las políticas de Washington Colombia fue un modelo de lucha contra las drogas y pretexto para intervenir en esa nación, como lo hemos apuntado en otras entregas, porque se trata de una guerra motivada por la geopolítica asociada a la industria armamentista estadounidense que apunta hacia la generación de escenarios de guerra que faciliten la intervención de EU en la región ante la presencia de China y Rusia. Como es del dominio público Cuba, Nicaragua y Venezuela, se encuentran confrontados con EU.

Los gobiernos colombianos han sido generalmente sumisos ante el gobierno estadounidense: han participado en la guerra de Corea (fue la única nación latinoamericana que apoyó a EU en la intervención); han votado a favor de las sanciones que la infame OEA le impuso a Cuba y, ahora, inauguraron lo que Arlene Tickner ha denominado la “intervención por invitación” (ver: González Arana, Roberto & Galeano David, Héctor. (2014). Las relaciones Colombia-Venezuela: límites, desgolfización y securitización, tres variables en la política exterior binacional. Memorias: Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe, (24), 76-97). La llegada de Chávez al poder en Venezuela abre una nueva etapa en la vida latinoamericana y caribeña.

Chávez irrumpió y renovó el escenario político ya que de acuerdo a su pensamiento quería extender la revolución bolivariana hacia Latinoamérica y el Caribe, en un escenario en general de fortalecimiento de los proyectos políticos progresistas, de izquierda y de la irrupción de revoluciones pacíficas como un fenómeno inédito en la región. Por otro lado, tenía como vecino a Colombia, con una guerra que ha sido la más antigua del continente, que representó, hasta el gobierno de Gustavo Petro, a las políticas neoliberales e intervencionistas de EU en la región y que inauguró la política de “intervención por invitación” en la región, con el pretexto de la guerra contra las drogas.

Tanto Latinoamérica como la relación Venezuela-Colombia, deben mirarse en el marco de la geopolítica mundial/regional. Desde el “caracazo” y el intento de golpe de Chávez, en 1989 y1992 respectivamente, las políticas de EU hacia Colombia fueron la injerencia. El Plan Colombia implicó la instalación de bases militares de EU, apoyo financiero para la lucha contra el narcotráfico, entre otros aspectos, que tensó las relaciones con otros países de Latinoamérica. En el caso particular de la relación con el gobierno chavista fue y ha sido de diferencias casi permanente, con momentos de acuerdos que encubrían que ambas naciones representaban intereses contrapuestos. Lo anterior, hasta la llegada de Gustavo Petro.

¿Quién va creer que el gobierno estadounidense y las élites colombianas que únicamente estaban pensando en el narcotráfico cuando crearon el Plan Colombia?, cuando tenían y tienen una guerra interna y la “revolución socialista del siglo XXI” a un lado, en sus fronteras, en una nación con la que anteriormente conformaron un solo Estado. El núcleo de la revolución bolivariana como se ha expuesto en las anteriores entregas no se limita a las fronteras interiores de Venezuela. Es una revolución pacífica que hizo en vida de Chávez política en Latinoamérica y el Caribe, en el contexto del surgimiento de un nuevo orden mundial, aprovechando el uso de sus ventajas: el petróleo.

En una próxima entrega analizaremos cómo es la primer y única ocasión en la historia en la que la naturaleza convertida en un recurso natural, como el petróleo, es utilizado con fines transformadores de los seres humanos, revolucionarios si se quiere, y que generalmente ha tenido como fin la acumulación de riqueza. Es una historia interesante porque EU con la anuencia en ese momento de los jeques árabes, proyectó el uso de esa misma herramienta, la baja de los precios del petróleo, para atacar a la revolución bolivariana. En esas acciones entraron otros elementos, pero el valor del “oro negro” fue vital, en cuanto a su manejo a la baja.

En vida de Chávez, le tocó relacionarse con los siguientes presidentes colombianos: Álvaro Uribe, 2002-2006 y 2006-2010. Juan Manuel Santos, 2010-2014, aunque Chávez fallece en 2013. Uribe, acusa al gobierno de Chávez de apoyar a la guerrilla colombiana, en particular a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aunque más tarde Chávez es invitado como mediador de potenciales pláticas de paz. El 13 de diciembre de 2004 es capturado en Caracas el encargado de relaciones internacionales de las FARC, Rodrigo Granda, y llevado a territorio colombiano, en los que es considerado una violación del territorio.

Chávez, propone excluir de la lista de terroristas a las FARC y contemplarla como fuerza beligerante. En marzo de 2008, es asesinado Raúl Reyes, comandante de las FARC, en campamento ubicado en Ecuador. Lo anterior, involucra al gobierno ecuatoriano de Rafael Correa, que gobernó de 2007 hasta 2017 y fue aliado de Chávez y de Maduro. Estos hechos, pero principalmente el de la captura en Caracas de Rodrigo Granda, conduce a la ruptura de relaciones económicas entre Venezuela y Colombia. Entre los aspectos que entran en juego es la suspensión de la venta de petróleo de Venezuela a Colombia (ver: Alegría Castellanos, Alexander, & Arroyo Mina, José Santiago. (2010). El conflicto colombo-venezolano y la construcción de escenarios desde la teoría de juegos. Convergencia, 17(52), 97-124).

Con el gobierno de Juan Manuel Santos, cuyo mandato inicia en 2010, en Colombia, de plano el gobierno toma abiertamente partido hacia la oposición venezolana. Como también se ha expuesto, el gobierno de Santos establece acuerdos de apoyo conocidos como “La Salida”, en 2011, en donde se comprometen con la oposición, las acciones que llevan a cabo contra Maduro, lo que incluye diversos intentos de golpe de Estado. Es también la fecha en que la enfermedad de Chávez se hace pública. Tanto la oposición, como el gobierno colombiano y las mismas autoridades de EU apostaron por la muerte de Chávez y aprovechar la coyuntura política para desterrar al chavismo de Venezuela y de Latinoamérica y el Caribe.

El 23 de febrero de 2019, casi un mes después de que el opositor Juan Guaidó se declaró “presidente encargado” de Venezuela, el entonces presidente de Colombia Iván Duque, junto con Sebastián Piñera, de Chile y Mario Abdo Benítez, de Paraguay, se presentaron en la frontera de Colombia con Venezuela (en Cucuta) para llevar a cabo la “entrega humanitaria” de apoyo en alimentos y medicamentos al pueblo venezolano. En una farsa intervencionista, a la que también acudió el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. Fue un fracaso no sólo porque el presidente Nicolás Maduro la denunció como una acción injerencista, sino también porque organizaciones humanitarias cuestionaron el carácter político de ese evento. La entonces presidenta de Brasil, Dilma Russeff, la calificó de una “coartada” del presidente estadounidense Donald Trump.

Finalmente, con la llegada de Gustavo Petro, como presidente de Colombia, las relaciones venezolano-colombianas, han cambiado. De entrada, el gobierno de Maduro ha recuperado la empresa de fertilizantes que se localiza en Colombia y que había sido “robada” al pueblo venezolano como parte de las sanciones aplicadas a Venezuela, y de las que eran partícipes los presidentes colombianos. Colombia dejó de ser plataforma de ataques contra Venezuela y la oposición venezolana ya no pudo utilizar ese territorio como el lugar desde donde se conspiraba contra el pueblo venezolano (Continuará).






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Estas dos naciones fueron liberadas del yugo peninsular a través de la espada de Simón Bolívar y su ejército que más tarde se extendió a Bolivia, Ecuador y Perú. Después de su independencia, lo que ahora es el territorio de Venezuela y Colombia, conforman la Gran Colombia. Los intereses de las oligarquías locales de ambos Estados se dirigen por caminos impensados por Bolívar, del que las élites locales se alejaron y de hecho murió confrontado con los ideales que sirvieron de fundamento, entre otras con la idea de mantener el esclavismo que fue uno de los propósitos que alentó la participación de las capas sociales menos favorecidas en la guerra contra el dominio español.

Pero sus diferencias más importantes forman parte de la historia reciente. Inicia en los últimos años del siglo XX y lo que llevamos del XXI. Mientras que para las políticas de Washington Colombia fue un modelo de lucha contra las drogas y pretexto para intervenir en esa nación, como lo hemos apuntado en otras entregas, porque se trata de una guerra motivada por la geopolítica asociada a la industria armamentista estadounidense que apunta hacia la generación de escenarios de guerra que faciliten la intervención de EU en la región ante la presencia de China y Rusia. Como es del dominio público Cuba, Nicaragua y Venezuela, se encuentran confrontados con EU.

Los gobiernos colombianos han sido generalmente sumisos ante el gobierno estadounidense: han participado en la guerra de Corea (fue la única nación latinoamericana que apoyó a EU en la intervención); han votado a favor de las sanciones que la infame OEA le impuso a Cuba y, ahora, inauguraron lo que Arlene Tickner ha denominado la “intervención por invitación” (ver: González Arana, Roberto & Galeano David, Héctor. (2014). Las relaciones Colombia-Venezuela: límites, desgolfización y securitización, tres variables en la política exterior binacional. Memorias: Revista Digital de Historia y Arqueología desde el Caribe, (24), 76-97). La llegada de Chávez al poder en Venezuela abre una nueva etapa en la vida latinoamericana y caribeña.

Chávez irrumpió y renovó el escenario político ya que de acuerdo a su pensamiento quería extender la revolución bolivariana hacia Latinoamérica y el Caribe, en un escenario en general de fortalecimiento de los proyectos políticos progresistas, de izquierda y de la irrupción de revoluciones pacíficas como un fenómeno inédito en la región. Por otro lado, tenía como vecino a Colombia, con una guerra que ha sido la más antigua del continente, que representó, hasta el gobierno de Gustavo Petro, a las políticas neoliberales e intervencionistas de EU en la región y que inauguró la política de “intervención por invitación” en la región, con el pretexto de la guerra contra las drogas.

Tanto Latinoamérica como la relación Venezuela-Colombia, deben mirarse en el marco de la geopolítica mundial/regional. Desde el “caracazo” y el intento de golpe de Chávez, en 1989 y1992 respectivamente, las políticas de EU hacia Colombia fueron la injerencia. El Plan Colombia implicó la instalación de bases militares de EU, apoyo financiero para la lucha contra el narcotráfico, entre otros aspectos, que tensó las relaciones con otros países de Latinoamérica. En el caso particular de la relación con el gobierno chavista fue y ha sido de diferencias casi permanente, con momentos de acuerdos que encubrían que ambas naciones representaban intereses contrapuestos. Lo anterior, hasta la llegada de Gustavo Petro.

¿Quién va creer que el gobierno estadounidense y las élites colombianas que únicamente estaban pensando en el narcotráfico cuando crearon el Plan Colombia?, cuando tenían y tienen una guerra interna y la “revolución socialista del siglo XXI” a un lado, en sus fronteras, en una nación con la que anteriormente conformaron un solo Estado. El núcleo de la revolución bolivariana como se ha expuesto en las anteriores entregas no se limita a las fronteras interiores de Venezuela. Es una revolución pacífica que hizo en vida de Chávez política en Latinoamérica y el Caribe, en el contexto del surgimiento de un nuevo orden mundial, aprovechando el uso de sus ventajas: el petróleo.

En una próxima entrega analizaremos cómo es la primer y única ocasión en la historia en la que la naturaleza convertida en un recurso natural, como el petróleo, es utilizado con fines transformadores de los seres humanos, revolucionarios si se quiere, y que generalmente ha tenido como fin la acumulación de riqueza. Es una historia interesante porque EU con la anuencia en ese momento de los jeques árabes, proyectó el uso de esa misma herramienta, la baja de los precios del petróleo, para atacar a la revolución bolivariana. En esas acciones entraron otros elementos, pero el valor del “oro negro” fue vital, en cuanto a su manejo a la baja.

En vida de Chávez, le tocó relacionarse con los siguientes presidentes colombianos: Álvaro Uribe, 2002-2006 y 2006-2010. Juan Manuel Santos, 2010-2014, aunque Chávez fallece en 2013. Uribe, acusa al gobierno de Chávez de apoyar a la guerrilla colombiana, en particular a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aunque más tarde Chávez es invitado como mediador de potenciales pláticas de paz. El 13 de diciembre de 2004 es capturado en Caracas el encargado de relaciones internacionales de las FARC, Rodrigo Granda, y llevado a territorio colombiano, en los que es considerado una violación del territorio.

Chávez, propone excluir de la lista de terroristas a las FARC y contemplarla como fuerza beligerante. En marzo de 2008, es asesinado Raúl Reyes, comandante de las FARC, en campamento ubicado en Ecuador. Lo anterior, involucra al gobierno ecuatoriano de Rafael Correa, que gobernó de 2007 hasta 2017 y fue aliado de Chávez y de Maduro. Estos hechos, pero principalmente el de la captura en Caracas de Rodrigo Granda, conduce a la ruptura de relaciones económicas entre Venezuela y Colombia. Entre los aspectos que entran en juego es la suspensión de la venta de petróleo de Venezuela a Colombia (ver: Alegría Castellanos, Alexander, & Arroyo Mina, José Santiago. (2010). El conflicto colombo-venezolano y la construcción de escenarios desde la teoría de juegos. Convergencia, 17(52), 97-124).

Con el gobierno de Juan Manuel Santos, cuyo mandato inicia en 2010, en Colombia, de plano el gobierno toma abiertamente partido hacia la oposición venezolana. Como también se ha expuesto, el gobierno de Santos establece acuerdos de apoyo conocidos como “La Salida”, en 2011, en donde se comprometen con la oposición, las acciones que llevan a cabo contra Maduro, lo que incluye diversos intentos de golpe de Estado. Es también la fecha en que la enfermedad de Chávez se hace pública. Tanto la oposición, como el gobierno colombiano y las mismas autoridades de EU apostaron por la muerte de Chávez y aprovechar la coyuntura política para desterrar al chavismo de Venezuela y de Latinoamérica y el Caribe.

El 23 de febrero de 2019, casi un mes después de que el opositor Juan Guaidó se declaró “presidente encargado” de Venezuela, el entonces presidente de Colombia Iván Duque, junto con Sebastián Piñera, de Chile y Mario Abdo Benítez, de Paraguay, se presentaron en la frontera de Colombia con Venezuela (en Cucuta) para llevar a cabo la “entrega humanitaria” de apoyo en alimentos y medicamentos al pueblo venezolano. En una farsa intervencionista, a la que también acudió el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. Fue un fracaso no sólo porque el presidente Nicolás Maduro la denunció como una acción injerencista, sino también porque organizaciones humanitarias cuestionaron el carácter político de ese evento. La entonces presidenta de Brasil, Dilma Russeff, la calificó de una “coartada” del presidente estadounidense Donald Trump.

Finalmente, con la llegada de Gustavo Petro, como presidente de Colombia, las relaciones venezolano-colombianas, han cambiado. De entrada, el gobierno de Maduro ha recuperado la empresa de fertilizantes que se localiza en Colombia y que había sido “robada” al pueblo venezolano como parte de las sanciones aplicadas a Venezuela, y de las que eran partícipes los presidentes colombianos. Colombia dejó de ser plataforma de ataques contra Venezuela y la oposición venezolana ya no pudo utilizar ese territorio como el lugar desde donde se conspiraba contra el pueblo venezolano (Continuará).






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