Algunas veces caminamos, miramos, hablamos, pero no siempre apreciamos por dónde pasamos, observamos ni nos maravillamos con nuestro entorno, pero si ponemos descubrir que el contacto con un ambiente natural siempre agita el corazón y hace que dejemos ir el cansancio y el estrés de la vida diaria.
La Malinche, lugar que representa el arraigo de los tlaxcaltecas, no solo permite su apreciación de lejos, sino que caminar por sus bosques resulta relajante, hacerlo guiado por la luz de la luna llena invita a dirigir la mirada a un cielo estrellado y también motiva a seguir sus senderos cuesta arriba para alcanzar la maravillosa vista desde su cima.
El objetivo fue claro para quienes acudieron a la aventura nocturna, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, provenientes de Puebla, Veracruz, Estado de México y del mismo Tlaxcala, decidieron derribar barreras geográficas, emocionales y físicas, liberando su mente del “no puedo”, y caminaron por el Parque Nacional Malinche durante toda la noche para buscar la recompensa de maravillarse con uno de los escenarios más hermosos que regala el día a día, el amanecer.
Al alcanzar los 4 mil metros de altura sobre el nivel del mar, los caminantes se detienen, y entre todos buscan con qué alimentar el fuego de la fogata que arderá como un ritual previo a continuar desde ese punto con una escalada a la cima del Matlalcuéyetl, esta parada no solo es un descanso y una experiencia de campamento, también es un momento de reflexión introspectiva ya que con el fuego y una ofrenda de semillas a la montaña, los visitantes liberan su mente y encomiendan un ascenso seguro a lo más alto del lugar.
El ritual lo encabeza el guía más experimentado, mayormente en náhuatl, narra las leyendas prehispánicas del Matlalcuéyetl.
Ya liberados de todo peso, los más intrépidos del grupo retoman el camino a la cima durante la madrugada del nuevo día, el sitio conocido como “El arenal” aún está lleno de nieve y la cumbre se ve tan cerca que el aire congelado que sopla a esa altura ya no se siente tan intenso sobre el rostro.
Cerca de las seis de la mañana los primeros rayos del sol indican el horizonte del oriente, los más apresurados ya solo esperan con ansias que se descubran las siluetas de otras montañas de alrededor, el cielo se ilumina color naranja, azul, rosa y descubre al Pico de Orizaba, ubicado en el estado de Veracruz; mientras que proyecta la sombra de la Malinche que indica con su punta que al poniente el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl -tercera montaña más alta de México- acompañan la grandeza de la luna que se despide con el inicio de un nuevo día.
El objetivo se logró, las promesas se cumplieron y los visitantes se encargaron de inmortalizar el momento con fotografías capturadas con sus dispositivos móviles, después de esta experiencia ya serán otras personas, mirarán distinto y nunca olvidarán la noche que caminaron guiados por la luna de manera casi mágica en un hermoso bosque para presenciar el inicio de un nuevo día, desde la cima de la Malinche.
EL RITUAL
Se ejecuta para pedir a la Matlalcuéyetl conceda llegar a los escaladores hasta su cima, por lo que se le ofrendan semillas de maíz, frijol y chile, copal, cacao y pulque aunados con los sonidos del caracol, un silbato de viento que representa al gato montés, el caparazón de tortuga, que llama a los corazones, y los ayacaxtles (sonajas).
EL DATO:
La próxima escalada será el 22 de diciembre.
Informes:
Facebook: ToursOactli
Cel: 241 593 5675/ 246 119 7839
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