¿Imaginas un museo en el que las piezas arqueológicas hayan sido donadas por la propia población y que su operación esté a cargo de la propia gente de la comunidad? Este es el caso de los museos comunitarios de Tlaxcala que se encuentran en municipios como Atltzayanca, Ixtenco, Cuapiaxtla y San Pablo del Monte. Los campesinos que tienen bajo sus terrenos agrícolas un sitio arqueológico se sienten identificados con este museo porque sabe que las piezas que ha donado aquí están; esa es la diferencia entre un espacio comunitario y un espacio institucional, compartió Óscar Huacuja Montiel, encargado del Museo Comunitario de Atltzayanca, uno de los espacios de esta índole con mayor reconocimiento a nivel nacional por sus más de 20 años de existencia y trabajo constante.
A propósito del Día Internacional de los Museos, que se celebra mañana, este Diario se dio a la tarea de visitar los museos comunitarios para conocer sus dinámicas de trabajo, pues son depositarios del conocimiento, la historia, las tradiciones y la vida cotidiana de los pueblos.
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Así lo manifiestan encargados de los museos comunitarios que existen en Tlaxcala, quienes afirman que estos recintos se distinguen por su organización independiente de las instituciones públicas, lo que permite que sean los propios pobladores quienes nutren no solo de los contenidos, también de las piezas que se exhiben en estos museos.
MUSEOS COMUNITARIOS PROTEGEN IDENTIDAD
Un museo comunitario surge porque existen personas de una comunidad quienes se proponen su creación, todas ellas motivadas por proteger su identidad como habitantes; por ello, un museo comunitario ayuda a valorar, querer, proteger y difundir el patrimonio cultural, así lo describe Óscar Huacuja, quien también se desempeña como presidente de la Red de Museos Comunitarios en Tlaxcala, organismo de reciente creación.
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PIEZAS DE VALOR CULTURAL HALLADAS EN LAS TIERRAS DE LABOR
En la mayoría de los casos en Tlaxcala, los museos comunitarios se integran por piezas de valor paleontológico, es decir, fósiles humanos o de animales que habitaron en la antigüedad; piezas arqueológicas que son objetos que pertenecieron a civilizaciones pasadas, así como objetos de valor histórico y cultural pues nos hablan de las formas de vida de las comunidades.
En una charla con El Sol de Tlaxcala, el director del Museo Comunitario de Atltzayanca nos comparte que en el caso de este espacio, el acervo de piezas paleontológicas y arqueológicas que resguarda fueron donadas por los propios pobladores, quienes las fueron encontrando en los terrenos de labor y que son aproximadamente más de 200 piezas con las que se cuentan.
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Anteriormente las piezas que encontraban los campesinos en Atltzayanca quedaban bajo su resguardo o se regalaban con los amigos o con los compadres; a partir de los años noventa comenzó a darse el fenómeno de saqueo de las piezas arqueológicas, incluso por gente de fuera que se dedica a esta actividad ilícita, es por eso que un grupo de pobladores nos unimos para resguardar estas piezas con la creación de un museo comunitario, detalló Óscar Huacuja.
Caso similar es el de los museos de Cuapiaxtla, Ixtenco y San Pablo del Monte, donde también se exhiben al público este tipo de piezas que dan testimonio de las formas de vida y organización que existieron en el pasado.
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COOPERACIÓN COMUNITARIA
El esquema de trabajo de los museos comunitarios en Tlaxcala varía de uno a otro, ya que hay casos en los que cuentan con el respaldo económico de instituciones gubernamentales, y existen otros donde la operación del espacio es de forma independiente por el interés de la propia gente de la localidad.
En el caso del museo de San Pablo del Monte cuenta con apoyo de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (USET); el de Ixtenco con el de la actual administración municipal, que reabrió el espacio luego de estar inactivo desde el 2017, y en Atltzayanca su mantenimiento está a cargo de los pobladores interesados en que siga activo, al igual que en Cuapiaxtla.
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Todo en este museo ha sido con el trabajo de la propia comunidad; hemos sido beneficiarios de programas federales y también hemos recibido apoyo de algunas administraciones municipales, pero principalmente de la gente que con su mano de obra ayudó a la conformación del espacio y seguimos haciendo la labor de gestión ante las autoridades para mantener funcionando este museo, resaltó Huacuja, director del museo de Atltzayanca.
AÑOS 70 SURGIMIENTO DE LOS MUSEOS COMUNITARIOS
El surgimiento de los museos comunitarios se remonta a la década de los setenta, cuando el Comité Internacional de Museos (ICOM) en una de sus reuniones planteó la necesidad de que los museos sean instituciones al servicio de la sociedad, que contribuyan a la generación de conciencia no solo de su historia, también de sus problemáticas actuales.
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En respuesta a este planteamiento, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) impulsó la creación de museos comunitarios en el país a partir de esos años.
En 1983, el programa para el desarrollo de la función educativa de los museos del INAH apoyó en la creación de museos comunitarios en Chiapas, Hidalgo, Guanajuato, Guerrero y Tlaxcala, pero al paso del tiempo se dejó de contar con el apoyo del INAH y somos los propios integrantes de los museos quienes nos seguimos preparando en temas de museografía y antropología, enfatizó Huacuja Montiel.
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Sobre este tema, el Secretario de Cultura en el estado, Antonio Martínez Velázquez, informó a este diario que en la más reciente reunión regional de secretarios de Cultura, celebrada en Guerrero, se planteó la necesidad de contar con un recurso específico para apoyar la operación de los museos comunitarios.
Llegamos a un acuerdo con la secretaria de que se pueda, a partir del próximo año, tener un apoyo específico dentro del presupuesto federal para los museos comunitarios, informó el titular de Cultura en Tlaxcala.
Y es que de acuerdo con el encargado del Museo Comunitario de Ixtenco, Leonel Albañil, el orgullo por la identidad comunitaria y las raíces indígenas se ha incrementado en lugares como este municipio, donde la propia gente se interesa por mostrar su cultura.
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Caso similar es en Cuapiaxtla, donde su museo comunitario surgió en memoria de Julián Arnulfo Huerta Castilla agente cultural de este municipio quien en vida trabajó por preservar las raíces otomíes de la región.
Es por ello que los encargados de estos espacios en Tlaxcala coinciden en que sus museos comunitarios son la representación física de su patrimonio y por ello la importancia de mantenerlos vivos.
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DATO: Los museos comunitarios se distinguen de los espacios institucionales por ser gestionados y operados por los propios pobladores del sitio en donde se encuentran.
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