Que las serpientes y cobras no perezcan a manos de su propia ponzoña tiene una explicación científica: su veneno se fabrica y guarda en glándulas que nunca tocan el resto de órganos del animal.
Es decir, funciona similar al estómago humano, en el cual se producen ácidos y enzimas que podrían desintegrar nuestra propia carne, sin embargo, estos se encuentran aislados por la pared gástrica.
Pero, ¿qué mecanismo protege a las criaturas que segregan veneno por los poros de la piel?
En el caso de la rana flecha fantasma (Epipedobates anthonyi) capaz de provocar convulsiones, dificultad para respirar y quitar incluso la vida, su inmunidad la salva de su propio brebaje letal.
Científicos de la Universidad de Texas han revelado que su inmunidad se debe a una pequeña mutación genética en solo tres de los dos 500 aminoácidos de un receptor de su cabeza.
Un cambio ínfimo en las letras de su genoma que no bloquea ninguna de sus funciones cerebrales pero que la protege del letal veneno.
Ser tóxico puede ser una gran ventaja para sobrevivir, porque mantiene alejados a tus posibles depredadores
, explica uno de los científicos.
Por su parte, el biólogo Alex Richter-Boix (@BoixRichter) explica en Twiiter que una serpiente no sufre los efectos de sus veneno debido a que lo confina a una glándulas especializadas hasta que sale a través de los colmillos.
Mientras que arañas y escorpiones también poseen glándulas especiales donde sintetizan y almacenan el veneno así como estructuras especiales que evitan intoxicarse a ellos mismos.
DIFERENCIA ENTRE ANIMAL VENENOSO Y TOXICO
El primero tiene elementos (colmillos, aguijones, quelíceros) para inocular el veneno de manera activa. Lo usan para atacar o defenderse.
Y los tóxicos no tienen órganos para la inoculación directa. La sustancia tóxica, generada o adquirida, la liberan de manera pasiva como defensa. La toxina tiene una función sólo defensiva, para no ser comido.
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