¿Sanfermines en Huamantla? Esta es la historia de los encierros de toros en el Pueblo Mágico

Este sábado 16 de diciembre se celebrará en Huamantla un encierro de toros estilo Pamplona. El circuito arrancará detrás de la presidencia municipal y llegará hasta la plaza de toros “La Taurina”, donde seis astados se lidiarán en la tradicional corrida navideña. Pero, ¿cómo inició esta tradición?

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Pamplona, el origen de los encierros

El encierro es una carrera con toros que se celebra en la ciudad española de Pamplona desde el siglo XVIII durante las Fiestas en honor a San Fermín de Amiens, popularmente conocidas como Sanfermines.

El encierro circula por varias calles de la ciudad, desde la cuesta de Santo Domingo hasta la plaza de toros. En total son 875 metros.

Para la mayoría de participantes es imposible completar todo el recorrido por la distancia, por la presencia de otros corredores y por la velocidad de los toros. No obstante, a muchos les basta con un segundo de adrenalina al ver pasar un toro tan de cerca.

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Encierros en Huamantla: una tradición de casi 70 años

Según las crónicas, fue el ganadero Raúl González González, propietario del hierro de Piedras Negras, quien visitó Pamplona en 1953. A su regreso, compartió su grata experiencia con un grupo de personas y propuso trasladar esas costumbres a tierras mexicanas.

Embargados de espíritu taurino, Eduardo Bretón González, Manuel de Haro Caso, Gonzalo Macías Galaviz, Sabino Yano Sánchez, Miguel Corona Medina, Emilio Macías Sánchez, Francisco Ramírez Lima, Enrique Cervantes Aragón y Jesús Villaseñor iniciaron los preparativos para el evento y lograron obtener los permisos para desarrollar en Huamantla el primer encierro en 1954.

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La primera edición de este festejo circuló por las calles de la ciudad que era anunciado dentro del Programa de la Grandiosa Exposición Regional y Tradicional Feria de la siguiente forma:

“Domingo 15 de agosto, a partir de las nueve horas, espectacular encierro de los seis finísimos toros de lidia de la Ganadería de Piedras Negras que componen la Gran Corrida de Feria de este día, que serán llevados como a campo traviesa por las calles de la Ciudad al estilo Pamplona, España; por un grupo de diestros caporales y guiados por los amaestrados cabestros del cortijo, siendo el recorrido a su entrada, por todas las calles de Zaragoza siguiendo por las de Bravo hasta los corrales de La Taurina”.

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Edición 2023

Este año, los seis toros del encierro serán de origen poblano. Tres de ellos pertenecientes a la ganadería de Tepeyahualco y tres más de Nuñez del Olmo.

Como lo indica la tradición, el código de vestimenta es camisa y pantalón blanco con un pañuelo rojo atado al cuello.

Ya que en este tipo de festejos no hay burladeros, es necesario registrarse para entrar al circuito. Quienes lo deseen pueden ocupar las gradas instaladas en el parque, así como en azoteas y balcones de las viviendas.

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El sonido de los cohetes es la forma en la que los organizadores se comunican con los corredores y el público. El primero indica que el encierro comienza y espolea a la manada para que salga del corral; el segundo señala que todos los toros han abandonado el corral y se encuentran en el recorrido; el tercero nos avisa de que los toros ya están en la plaza, con lo que no hay toros ya en las calles; y el cuarto anuncia que ya no hay ningún peligro porque están en los corrales de la propia plaza. Este aviso permite reabrir las calles y avisar al dispositivo de seguridad de que la ciudad puede seguir con la fiesta.