En el marco de la celebración del Día del Maestro, el Congreso del Estado otorgó el reconocimiento, estímulo económico y la presa “50 años por la educación al servicio del Pueblo” a Sabina Ramírez Espinoza, Rosa Alejandra Hernández Barajas, Estela López Torres, Elesban Zárate Cervantes, Silvia Pérez Pineda, Julia Xancal Mastranzo y Margarita Nophal Nophal, por su esfuerzo, profesionalismo y dedicación durante 50 años de servicio docente.
Durante el acto, la presidenta de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología del Legislativo, Alejandra Ramírez Ortiz, manifestó que el reconocimiento por el Día del Maestro debe de ser permanente y recordar la historia de cada uno, pues un maestro aporta de manera sencilla y humilde, pero más importante, bondadosa al compartir sus formas con más generaciones.
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Señaló que la educación no es para los que formalizan los conocimientos, sino para transmitir de manera sencilla y más agradable a los niños, adolescentes y adultos el reconocimiento patente con el que cuentan.
Puntualizó que para reconocer la labor docente de los profesores que hayan cumplido 50 años o más de servicio activo en favor de los educandos del estado, en pasadas legislaturas aprobaron los acuerdos con las bases para otorgar estos incentivos a la labor docente que, en beneficio de la sociedad tlaxcalteca, ha realizado las y los docentes por 50 años o más de servicio efectivo en el sector educativo.
AL CONCLUIR EL CICLO ME PIENSO RETIRAR: ESTELA LÓPEZ
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Con 69 años, Estela López Torres, una de las docentes reconocidas por el Congreso del Estado con el reconocimiento, estímulo económico y la presa “50 años por la educación al servicio del Pueblo”, sostuvo que después de 50 años de servicio en favor de la niñez tlaxcalteca, ha decidido cerrar este libro de su vida para dejar de dar clases al concluir este ciclo escolar en julio próximo.
En entrevista posterior a ser galardonada por los diputados locales, contó a este Diario que sigue en el medio e imparte clases en la escuela particular “Estefanía Castañeda”, ubicada en Apizaco, que es donde continuó su pasión por impartir lecciones a los infantes después de cumplir 40 años de servicio que le permitieron jubilarse del sector de educación pública.
Recordó que su andar por la educación comenzó en 1973 en una escuela de la sierra de Puebla, pero al regresar obtuvo la fortuna de conseguir una plaza en una primaria de San Andrés Ahuashuatepec, en el turno matutino, aunque después se fue ocho años a San Miguel Contla, también de Comisión de la Secretaría de Educación Pública en la mesa técnica, así como en educación especial; escalafón, seis años, para posteriormente regresar como directora a la misma institución educativa que le abrió las puertas, lo cual también la llevó a ocupar la supervisión.
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“Siempre impartí clases en primaria, todos los grados. Los maestros deberíamos preocuparnos porque nuestros alumnos aprendan para toda la vida y no solo en el momento ni nada, y tengo alumnos y exalumnos que son licenciados, doctores o abogados, y tengo hijos o nietos de mis alumnas que fueron en San Andrés”, resaltó.
Ramírez Ortiz enfatizó que la educación no es para los que formalizan los conocimientos, sino para transmitir de manera sencilla y más agradable a los niños, adolescentes y adultos el reconocimiento patente con el que cuentan.
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