Para la comunidad étnica de San Isidro Buensuceso, perteneciente a San Pablo del Monte, la celebración del Domingo de Ramos es de suma relevancia puesto que engloba la participación de familias completas, que en su mayoría profesan la religión católica.
Ayer iniciaron a temprana hora con una procesión de casi cinco kilómetros, por lo que se dieron a la tarea de adornar calles y casas con ramas, festones y palmas.
Esta población, ubicada en las faldas de la Malinche, alcanza una explosión demográfica de 10 mil habitantes y a pesar de los cambios que se han presentado en los últimos años, con el fenómeno de globalización y penetración de la tecnología, mantiene sus costumbres y tradiciones en las que la religión es prioritaria.
José Capilla, ciudadano de este poblado, señaló que el Domingo de Ramos es un acontecimiento religioso trascendente, que tiene la participación de la mayor parte de sus habitantes.
“Esta tradición religiosa ha retomado mayor relevancia y auge a partir de la llegada del actual párroco Miguel Palemón Piedras Nájera, que impulsa y fortalece la creencia religiosa y fe cristiana, con estos actos de piedad con la firme convicción que Cristo no murió, puesto que vive entre nosotros”.
La procesión culminó con la celebración eucarística en forma bilingüe al desarrollarse en náhuatl y español; ahí comparten el cuerpo y sangre de Cristo, además muestran a ese Cristo vivo, en el que creen y por el que participan en estos actos, sostuvo Capilla.
- PARA SABER
San Isidro Buensuceso está ubicado a dos 619 metros de altitud y, de acuerdo con datos oficiales, el 97.24 % de la población es indígena, y el 70.72 % de los habitantes habla el náhuatl.