Las tiendas de abarrotes, mercados y supermercados venden en su mayoría el huevo limpio porque es preferido por los consumidores, además de que registra niveles de control e higiene desde la granja donde fueron producidos para comercializarse y llegar a las mesas de los hogares de manera fresca.
Las empresas del ramo se encargan de la clasificación y embalaje, así como seleccionarlos por categorías de calidad y peso, empaquetarlos y etiquetarlos para venderlos.
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A propósito de la continuidad de la inflación que registran los productos de la canasta básica, hoy en día el kilo de blanquillo registra un aumento, tiene un precio promedio de 48 y 50 pesos, mientras que en los supermercados es comercializado en 33.90 pesos la caja de 12 piezas, en tanto que la caja de 18 piezas está en 51 pesos. En febrero pasado este producto llegó a costar de 32 hasta 45 pesos.
Actualmente, la presentación de 30 piezas de huevo cuesta en promedio 81 pesos, pero depende de la marca y la presentación. Mientras que el huevo de granja está en 41.90 pesos. El huevo sucio es vendido en 50 pesos el kilo, pero está cubierto de plumas y excremento de las gallinas, puede ser una fuente de infección.
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Los especialistas en salud argumentaron que el huevo sucio o con problemas de integridad de la cáscara, es más susceptible de contaminarse, por lo cual recomiendan que eviten adquirirlo con restos de materia fecal en su cáscara, ni aquellos que estén trisados o rotos a simple vista, porque existe el riesgo de contaminar la preparación de los alimentos.
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