Diversas son las carencias laborales que enfrentan las mujeres dedicadas a la industria indumentaria (textil), lo cual no es un problema nuevo, pero fue recientemente evidenciado en Tlaxcala para mostrar las verdaderas condiciones de trabajo y las violencias que enfrentan durante su jornada.
En el auditorio de la Facultad de Trabajo Social, Sociología y Psicología de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), académicas e integrantes de la sociedad civil presentaron los resultados de la investigación: “Por la justicia económica para las trabajadoras de la industria indumentaria de Puebla y Tlaxcala”.
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El documento es producto de una investigación en campo efectuada el año pasado en regiones de ambas entidades, pero en Tlaxcala acudieron a municipios caracterizados por esta fuente de empleo, como Contla de Juan Cuamatzi y Mazatecochco.
CARENCIAS LABORALES
Entre los resultados están que la mayoría de mujeres trabaja en clandestinidad, hacinamiento, insalubridad, trabajo infantil, explotación laboral, ausencia de medidas de seguridad, salarios bajos, carencia de seguridad social y prestaciones, entre otros.
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Además, las mujeres trabajadoras de este rubro y otros, deben atender el trabajo doméstico y de cuidado, el cual no está reconocido ni remunerado, de ahí la necesidad de crear políticas públicas para garantizar los derechos de este género, explicó durante la presentación de resultados Isabela Boada Guglielmi, responsable de incidencia en Políticas Públicas de la asociación civil Equidad de Género: ciudadanía, trabajo y familia, A. C.
Explicó que hace 12 años comenzaron con estos trabajos y la tarde del jueves entregaron la segunda parte que fue financiada por la Fundación Avina y Arropa, para conocer las condiciones de las trabajadoras de este rubro con el objetivo de incidir en materia de política pública, acción organizada y normatividad para promover un cambio sistémico progresivo basado en la justicia económica, derechos humanos e igualdad de género.
Respecto a cifras, aportó que el 17 % de establecimientos en México pertenecen a la industria indumentaria; del total de empleos generados en el ramo textil entre el 80 y 85 % son mujeres, de ahí que el sector es altamente feminizado y las trabajadoras enfrentan robo de tiempo y esfuerzo, desempeñan trabajo doméstico y no remunerado en sus domicilios.
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Aseguró que en Tlaxcala las mujeres destinan 57 horas a la semana al trabajo no remunerado, mientras que los hombres solo 15 horas, lo que es una marcada desigualdad.
Agregó que en Puebla y Tlaxcala de cada 100 mujeres en edad de laborar, aproximadamente 45 son parte de la población económicamente activa, lo que significa que más de la mitad de las mujeres no están en trabajos remunerados, estadísticas que fueron constatadas en la investigación en campo.
Además, constataron que las empleadas inmersas en el mercado laboral registran participación segmentada y jerarquizada en espacios con bajas remuneraciones y tiempos parciales, así como cargos de menor toma de decisión y valoración.
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Otro aspecto que abordaron fue la maternidad, pues según Isabela Boada las mujeres que tienen hijos son condicionadas para trabajar y aceptan jornadas y horarios distintos a los turnos normales, hacen veladas y horarios fragmentados para cuidar a sus descendientes, incluso se llevan el trabajo a casa, pero deben cubrir gastos de energía eléctrica y servicio de agua potable.
Detalló que las actividades que realizan son: producción de materias primas (actividades de extracción y procesamiento de algodón, lana o poliéster), proceso de fibras (transformación de materia prima para un producto intermedio), fabricación de la tela y tejidos, diseño y confección, en este último hay mayor presencia de mujeres, casi el 100 % de trabajadoras.
Además, las mujeres no reciben insumos mínimos para trabajar, como sillas adecuadas, cubrebocas y otros insumos de protección.
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Respecto a seguridad social y prestaciones, dijo que existen diferencias importantes entre hombres y mujeres. La mayoría de varones está sindicalizado, tienen contrato laboral, aguinaldo, vacaciones, reparto de utilidades, acceso a créditos de vivienda y retiro, atención médica; mientras que la mayoría de trabajadoras cuenta con acceso a guardería y tiempo para el cuidado, aspectos que revelan las notables brechas de desigualdad en derechos laborales.
El problema persiste al sumar la desregularización del Estado Mexicano que permite violentar los derechos laborales de las mujeres, reflejado en horarios extendidos, expuestas a químicos tóxicos para teñir hilos, improvisación de espacios que afecta la salud, informalidad laboral sin acceso a prestaciones sociales, sentenció.
En cuanto a la ubicación, indicó que el esquema de subcontratación ocurre en grandes empresas y pequeños talleres que se aprovechan de contextos sociales de precarización, de ahí que son ubicados manera clandestina en lugares socialmente marginados, donde no llega el Estado y se aprovechan de la exclusión social para contratar a las personas y dar bajas remuneraciones.
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RECOMENDACIONES
Alma Colin Colin, coordinadora de Políticas Públicas y Presupuestos para la Igualdad y Desarrollo Sustentable de la asociación civil Equidad de Género: ciudadanía, trabajo y familia, comentó se debe construir una ruta de trabajo con autoridades gubernamentales de ambos estados, establecer un taller de presupuesto y posicionamiento de los derechos laborales de las trabajadoras en la agenda pública de Puebla y Tlaxcala.
Además, se debe cumplir con la normatividad laboral, brindar acompañamiento institucional y multiactor, impartir campañas de sensibilización sobre leyes y trabajo,
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Otro aspecto es fortalecer los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas mediante un Protocolo de inspección laboral con perspectiva de género, el cual implicará la corresponsabilidad en la distribución del tiempo del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, garantizar espacios libres de violencia de género y mecanismos de reparación.
Ante la falta de información pública sobre estadísticas y condiciones laborales de mujeres en la industria indumentaria, aseveró que es necesario contar con un registro de trabajadores de este rubro.
El evento cerró con la intervención de Rosario Texis Zúñiga, directora de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddeser) en Tlaxcala, quien reveló que muchas mujeres comenzaron a trabajar desde los 12 años de edad, con los años desarrollaron habilidades, pero esto incurrió en el trabajo infantil que no debería ocurrir.
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Lamentó que empobrecimiento femenino en esta industria al brindar horarios extendidos, pagos por estajo, acoso laboral y sexual, violencias y afectaciones a la salud, situación que es un gran reto que implica un trabajo interinstitucional para mejorar las condiciones de vida de estas mujeres mediante la generación de políticas públicas.
- 57 horas a la semana destinan las mujeres tlaxcaltecas al trabajo no remunerado, mientras que los hombres solo 15 horas.
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