Cada uno de enero, cientos de visitantes acuden a la Basílica de Ocotlán, en el municipio de Tlaxcala, para visitar a la virgen y agradecer por el nuevo año, pero esta ocasión la conmemoración del “Día grande” fue distinta debido a la pandemia por Covid-19.
Y es que el 31 de diciembre y uno de enero eran celebradas una serie de misas, pero la situación de salud impidió continuar con esta tradición.
Además, las autoridades eclesiásticas determinaron cerrar la basílica y no fue permitida la instalación de comerciantes a las afueras del centro religioso para evitar la aglomeración de personas y la propagación del virus.
Aun así, algunas familias acudieron al templo católico para recorrer la zona y mantener la tradición.
Otras personas acudieron a persignarse a través de las rejas que impidieron la entrada a los feligreses, pues su devoción fue mayor.
La zona contó con presencia policiaca de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, quienes resguardaron la integridad de los visitantes.
Cada primero de enero se celebra el “Día grande de la virgen de Ocotlán”, aunque la fiesta de la patrona de esa comunidad es celebrada la tercera semana de marzo.
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