Pascuala Sánchez Jiménez fue una de las 74 beneficiadas de “Enchúlame la silla”, programa que, con el apoyo de voluntarios de la fundación Alem en conjunto con los clubes rotarios de Tlaxcala, reparó su silla de ruedas.
Sánchez Jiménez llegó con su esposo al zócalo de la ciudad capital para que hicieran la compostura de las llantas delanteras y baleros de su medio de transporte, las cuales estaban deterioradas.
Explicó que desde hace nueve años usa la silla de ruedas debido a la hernia discal, desplazamiento del disco intervertebral de la médula espinal y, por la cirugía de cadera, no puede caminar.
“Para mí es muy indispensable y esto es de mucha ayuda, no tengo la economía suficiente para comprar otra silla de ruedas, los médicos me aconsejan que no la cambie porque como son de las antiguas, son de las mejores”.
Agradeció a las personas con discapacidad que se encargaron de hacer la compostura de la silla de ruedas, además de que aprendió de su entusiasmo.
“Son personas activas y alegres que se dedican a hacer un bonito trabajo, para mí es una gran lección, al verlas me animan a seguir adelante”.
Por su parte, Sergio Hernández Muñoz, presidente del club rotario de Tlaxcala A.C, destacó que la tercera edición superó la meta del año pasado, que fueron de 56, y en 2018 arreglaron 74 sillas de ruedas para que las personas tengan facilidades de movilidad.
Señaló que 15 instituciones públicas y privadas apoyaron a los voluntarios para arreglar llantas, pedales, asientos y respaldos, principalmente, a fin de que las personas se sientan más seguras al salir a la calle.
“Las personas son más autónomas, eso es muy importante, no tienen que estar dependiendo de alguien más para moverse y, por otro lado, la gente ve diferente a nuestros voluntarios, los mira con respeto y admiración, ellos se sienten productivos porque es una forma de ganarse la vida”.
Pascuala Sánchez Jiménez, Beneficiaria
La silla de ruedas me ayuda a no depender de nadie para ir al médico o a mis terapias de rehabilitación”
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