/ viernes 30 de abril de 2021

Al desamparo de la ley viven ambulantes de la capital

Con la venta de chiles secos, artesanías, flores y algodones personas se ganan la vida

Al desamparo de la ley y encomendados a Dios para por lo menos “sacar” para comer, es como sobrevive una veintena de vendedores informales que todos los días “hacen su lucha” en calles y parques principales de la capital tlaxcalteca.

Venden lo que ellos mismos elaboran o aquello que cosechan en sus casas y, prácticamente, todos los días salen a ofrecer sus productos ya sea fijos en algunos puntos estratégicos del centro capitalino o de forma personal a cada ciudadano que encuentran.

Con la venta de artesanías de todo tipo, dulces, chicles, botanas, gomitas, pepitas, café, chiles secos, algodones de azúcar, globos, fruta, flores, “enjambres”, tlaxcales y más, es como muchas personas se ganan la vida diariamente.

Al ser ellos sus propios jefes y depender “de la suerte del día” para por lo menos recuperar el dinero que invirtieron viven una situación desoladora: no son beneficiados con la seguridad social para trabajadores.

De acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos la seguridad social, garantiza a los trabajadores la cobertura de accidentes y enfermedades, así como a sus familiares, otorga incapacidad por maternidad y tiene beneficios por jubilación, invalidez, vejez y muerte.

Así, los servicios que brinda el Instituto de Salud para el Bienestar, organismo de la Secretaría de Salud federal, es lo más cercano que los vendedores ambulantes tienen a una seguridad social, pero en donde lo único que reciben es la atención médica, medicamentos y algunas cirugías.

Sin embargo, si tienen algún accidente de trabajo y deben guardar reposo su familia se queda sin el ingreso que genera, no gozan de vacaciones “pagadas”, al cumplir los 65 años de edad no tienen garantizado el retiro laboral con una pensión mensual y en caso de muerte ni siquiera tienen apoyo para el sepelio.

LLEGAN DE PUEBLA

A la capital de Tlaxcala todos los días arriban comerciantes para vender sus productos, algunos son de la entidad, de municipios aledaños, pero hay personas de otras entidades que desde hace varios años hacen lo propio. Uno de los principales motivos es que el personal de la administración municipal ya los conoce y les permite la venta, y a diferencia de ciudades de otros estados en la capital de Tlaxcala no “los corretean” cuando los ven vender.

En su mayoría, los vendedores informales son de Puebla y han encontrado en el municipio de Tlaxcala un sitio que les permite comercializar sus productos, pues a pesar de las complicaciones por pandemia lo poco que venden les permite llevar el sustento a sus casas. Desde hace muchos años la señora María Elena, originaria de San Martín Texmelucan, Puebla, acude a la capital para vender tlaxcales, un tipo de pan prehispánico originario de la entidad que vende en bolsitas.,

Así como a muchos comerciantes, la pandemia por Covid-19 le ha afectado, y actualmente trae a la entidad unas 25 bolsas (con cuatro piezas) para su venta, pero recordó que antes de la emergencia sanitaria traía hasta 50 paquetes que vende en 20 pesos.

“Las ventas están bajas, a veces termino (de vender) y a veces no, pero de todos modos yo venda o no debo invertir de nuevo porque diario traigo el producto fresco”, expresó en entrevista. Contó que además de los tlaxcales comercializa tamales de pipián que le pagan en cinco pesos, y consideró que parte de la baja en sus ventas es por la falta de turismo y ahora se suma la remodelación de los parques, pues eso provoca que haya menos gente.

Al desamparo de la ley y encomendados a Dios sobrevive una veintena de vendedores informales/ Karla Muñetón | El Sol de Tlaxcala

Doña María Elena viaja todos los días del vecino estado de Puebla a la capital para vender, llega a eso de las 9:30 horas y se va según su venta, pero a veces se ve obligada a irse antes de las 14:00 horas cuando desciende la presencia de personas en el zócalo de la capital.

Para don Hugo N., quien se dedica a la venta de chiles secos, las cosas no son diferentes. Y aunque le angustia no tener una seguridad social esa no es su principal preocupación, pues el ser padre de cuatro hijos lo anima a vender sus productos y por lo menos “sacar” (dinero) para ir comiendo, pues además todo ya está muy caro.

Mencionó que la pandemia vino a complicar su situación, ya que hace más de un año sus ventas eran mejor que ahora que de las 20 bolsitas que hace vende como máximo ocho o 10.

“Antes de la pandemia sí vendía bien, pero ahora por esta enfermedad se fue todo abajo, más jodido vamos a quedar con esto, más pelados como el tomate”, expresó el señor orindo de la Sierra Norte de Puebla, quien relató que llega alrededor de las 12:00 horas y se va hasta que la luz del sol se lo permite.

Las ventas están bajas, a veces termino (de vender) y a veces no, pero de todos modos yo venda o no debo invertir de nuevo porque diario traigo el producto fresco

María Elena N. / VENDEDORA DE PUEBLA

VENDEDORES

  • A la capital de Tlaxcala todos los días arriban comerciantes para vender sus productos, algunos son de la entidad, de municipios aledaños, pero hay personas de otras entidades que desde hace varios años hacen lo propio.

Antes de la pandemia sí vendía bien, pero ahora por esta enfermedad se fue todo abajo

HUGO N. / VENDEDOR DE PUEBLA

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Al desamparo de la ley y encomendados a Dios para por lo menos “sacar” para comer, es como sobrevive una veintena de vendedores informales que todos los días “hacen su lucha” en calles y parques principales de la capital tlaxcalteca.

Venden lo que ellos mismos elaboran o aquello que cosechan en sus casas y, prácticamente, todos los días salen a ofrecer sus productos ya sea fijos en algunos puntos estratégicos del centro capitalino o de forma personal a cada ciudadano que encuentran.

Con la venta de artesanías de todo tipo, dulces, chicles, botanas, gomitas, pepitas, café, chiles secos, algodones de azúcar, globos, fruta, flores, “enjambres”, tlaxcales y más, es como muchas personas se ganan la vida diariamente.

Al ser ellos sus propios jefes y depender “de la suerte del día” para por lo menos recuperar el dinero que invirtieron viven una situación desoladora: no son beneficiados con la seguridad social para trabajadores.

De acuerdo con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos la seguridad social, garantiza a los trabajadores la cobertura de accidentes y enfermedades, así como a sus familiares, otorga incapacidad por maternidad y tiene beneficios por jubilación, invalidez, vejez y muerte.

Así, los servicios que brinda el Instituto de Salud para el Bienestar, organismo de la Secretaría de Salud federal, es lo más cercano que los vendedores ambulantes tienen a una seguridad social, pero en donde lo único que reciben es la atención médica, medicamentos y algunas cirugías.

Sin embargo, si tienen algún accidente de trabajo y deben guardar reposo su familia se queda sin el ingreso que genera, no gozan de vacaciones “pagadas”, al cumplir los 65 años de edad no tienen garantizado el retiro laboral con una pensión mensual y en caso de muerte ni siquiera tienen apoyo para el sepelio.

LLEGAN DE PUEBLA

A la capital de Tlaxcala todos los días arriban comerciantes para vender sus productos, algunos son de la entidad, de municipios aledaños, pero hay personas de otras entidades que desde hace varios años hacen lo propio. Uno de los principales motivos es que el personal de la administración municipal ya los conoce y les permite la venta, y a diferencia de ciudades de otros estados en la capital de Tlaxcala no “los corretean” cuando los ven vender.

En su mayoría, los vendedores informales son de Puebla y han encontrado en el municipio de Tlaxcala un sitio que les permite comercializar sus productos, pues a pesar de las complicaciones por pandemia lo poco que venden les permite llevar el sustento a sus casas. Desde hace muchos años la señora María Elena, originaria de San Martín Texmelucan, Puebla, acude a la capital para vender tlaxcales, un tipo de pan prehispánico originario de la entidad que vende en bolsitas.,

Así como a muchos comerciantes, la pandemia por Covid-19 le ha afectado, y actualmente trae a la entidad unas 25 bolsas (con cuatro piezas) para su venta, pero recordó que antes de la emergencia sanitaria traía hasta 50 paquetes que vende en 20 pesos.

“Las ventas están bajas, a veces termino (de vender) y a veces no, pero de todos modos yo venda o no debo invertir de nuevo porque diario traigo el producto fresco”, expresó en entrevista. Contó que además de los tlaxcales comercializa tamales de pipián que le pagan en cinco pesos, y consideró que parte de la baja en sus ventas es por la falta de turismo y ahora se suma la remodelación de los parques, pues eso provoca que haya menos gente.

Al desamparo de la ley y encomendados a Dios sobrevive una veintena de vendedores informales/ Karla Muñetón | El Sol de Tlaxcala

Doña María Elena viaja todos los días del vecino estado de Puebla a la capital para vender, llega a eso de las 9:30 horas y se va según su venta, pero a veces se ve obligada a irse antes de las 14:00 horas cuando desciende la presencia de personas en el zócalo de la capital.

Para don Hugo N., quien se dedica a la venta de chiles secos, las cosas no son diferentes. Y aunque le angustia no tener una seguridad social esa no es su principal preocupación, pues el ser padre de cuatro hijos lo anima a vender sus productos y por lo menos “sacar” (dinero) para ir comiendo, pues además todo ya está muy caro.

Mencionó que la pandemia vino a complicar su situación, ya que hace más de un año sus ventas eran mejor que ahora que de las 20 bolsitas que hace vende como máximo ocho o 10.

“Antes de la pandemia sí vendía bien, pero ahora por esta enfermedad se fue todo abajo, más jodido vamos a quedar con esto, más pelados como el tomate”, expresó el señor orindo de la Sierra Norte de Puebla, quien relató que llega alrededor de las 12:00 horas y se va hasta que la luz del sol se lo permite.

Las ventas están bajas, a veces termino (de vender) y a veces no, pero de todos modos yo venda o no debo invertir de nuevo porque diario traigo el producto fresco

María Elena N. / VENDEDORA DE PUEBLA

VENDEDORES

  • A la capital de Tlaxcala todos los días arriban comerciantes para vender sus productos, algunos son de la entidad, de municipios aledaños, pero hay personas de otras entidades que desde hace varios años hacen lo propio.

Antes de la pandemia sí vendía bien, pero ahora por esta enfermedad se fue todo abajo

HUGO N. / VENDEDOR DE PUEBLA

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