Con un ritual autóctono para pedir una buena producción de maíz criollo en Tlaxcala, defensores de la semilla se reunieron en la comunidad de San Felipe Cuauhtenco, municipio de Contla de Juan Cuamatzi, donde, además, alzaron la voz para detener el cambio climático que afecta al planeta.
Ahí, hacia los cuatros puntos cardinales, los campesinos, mayoritariamente indígenas, agradecieron a la madre tierra que desde su vientre nazcan los alimentos, pero también pidieron perdón por el daño que ha causado la mano del hombre.
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De esta manera, los productores del maíz lamentaron que no solo la basura contamine las entrañas de la tierra, sino también los agroquímicos y las semillas híbridas transgénicas, que perjudican la salud humana.
Anualmente, la comunidad de San Felipe Cuauhtenco, desde hace seis años, organiza la Feria de la Biodiversidad y el Maíz, donde exponen la riqueza de la semilla criolla en todas sus variedades, como la cónica, Celaya, pepitilla, chalqueño, elotes cónicos, cacahuacintle, arrocillo amarillo, palomero toluqueño.
Con la presidencia de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera y de la diputada local Lupita Cuamatzi Aguayo, originaria de esa comunidad, el grupo Cuahchihcolan que dirige Domingo Cuamatzi Muñoz reconoció el esfuerzo que día con día hacen los productores para preservar el maíz criollo.
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Y es que reconoció que ante el cambio climático y los transgénicos, la producción de maíz criollo disminuye a nivel nacional, pero a través del compromiso y trabajo de los campesinos, podrán superar la batalla, para que la semilla nativa siga como parte del alimento diario del mexicano.
Asimismo, durante las ponencias, detallaron la problemática que representa abrir la frontera a los maíces estadounidenses modificados genéticamente, que pueden llegar a contaminar la producción local.
Incluso, esas semillas híbridas transgénicas, dijeron, son causa de enfermedades graves de hígado, riñones y páncreas, hasta cáncer.
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De este modo, productores de Ixtenco, San Luis Teolocholco, Españita, entre otros municipios, estuvieron presentes en la Feria de la Biodiversidad realizada en el Parque Hundido de San Felipe Cuauhtenco.
Ahí, desde la comunidad otomí, San Juan Ixtenco, llegó María Celerina Paula Tzoni Solís, mujer de 87 años de edad que cultiva diferentes variedades de semilla que, pese a su edad, sigue como una de las defensoras del maíz criollo en Tlaxcala.
Finalmente, Domingo Cuamatzi indicó que el año pasado estuvo muy seco, “desgraciadamente pocas comunidades tienen semilla para vender, para que tengamos para sembrar este año, pero no bajamos los brazos... y lo recomendable es no utilizar fertilizantes químicos, sino abonos orgánicos”.
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Además del maíz, la Feria de la Biodiversidad expone diferentes productos naturales y también hay venta de alimentos como tamales, memelas, pinole, así como jabones, licores, hasta juegos de mesa elaborados con hojas de la mazorca.