La operación de una pulquería en el municipio de Nativitas, en tiempos de pandemia, ha ocasionado problemas entre algunos de los habitantes y los dueños del negocio.
Mientras que una parte señala que el puesto funciona en la clandestinidad y sin las medidas sanitarias correspondientes, los propietarios defendieron que es la única forma en la que se ganan la vida.
El conflicto inició hace unas semanas atrás, cuando la señora Laura Hernández denunció ante las autoridades al negocio dedicado a la venta de pulque y acusó que era un foco de infección.
Incluso, la denunciante ya procedió ante las autoridades municipales y del estado mediante escritos, pero comentó que no ha tenido una respuesta favorable, de ahí que los calificó de cómplices e irresponsables.
De acuerdo con la acusación pública, la pulquería obstruye el acceso a una casa ubicada en la calle Primera de Zaragoza. Además, presuntamente comercializa otras bebidas alcohólicas que vende a menores de edad.
En contraparte, el señor Jorge N., dueño del local, manifestó que de esta forma es como se gana el pan de cada día.
Abundó que este trabajo no es malo y es honesto, pues aseguró que nunca ha provocado molestia a los vecinos.
Asimismo, externó que la denuncia a su puesto de pulque se deriva por problemas entre familia, toda vez que su sobrina Laura, quien es la denunciante, aparentemente intenta adueñarse de una propiedad.
Incluso, el señor Jorge, hombre de la tercera edad, ciego y con padecimiento renal, resaltó que Laura Hernández hace seis meses se vino a vivir a Nativitas y “quiere adueñarse de todo”.
Por otra parte, vecinos de la calle y zona no están inconformes con la pulquería y aseguran que Protección Civil y la Coeprist ya acudieron al sitio a verificar y no hallaron anomalías.
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