/ domingo 4 de julio de 2021

Narra Antonio Flores Gracia creación de la UATx

En su libro, el docente comparte sus recuerdos como principal gestor de la máxima casa de estudios

“A comienzos de los años sesentas, el estado de Tlaxcala se encontraba lleno de dificultades y de pocas soluciones... era notable la desigualdad entre las personas, y los débiles tenían pocas probabilidades de progresar. Tlaxcala mostraba las heridas de los movimientos sociales, especialmente de la Revolución y de la Cristiada.

Estamos hablando de un estado en soledad y abandono... La población entendía, desde ese entonces, que la educación era la única posibilidad de mejorar sus condiciones materiales de existencia y lograr con ella salir de la penumbra, de la pobreza y del aislamiento”. Con estas palabras, Antonio Flores Gracia comienza un recorrido narrativo y visual por las circunstancias y peripecias que hace 45 años hicieron posible la creación de la máxima casa de estudio de los tlaxcaltecas, memorias que plasma en el libro “La Universidad Autónoma de Tlaxcala, un anhelo alcanzado”.

Flores Gracia, en su carácter de pieza fundamental en la creación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), comparte con el lector -desde sus memorias como maestro y posteriormente como director del IESE- una cronología sobre la transformación del Instituto de Estudios Superiores del Estado de Tlaxcala (IESE), fundada en 1933, en una institución de educación superior.

En entrevista con El Sol de Tlaxcala, Antonio Flores recordó cómo fue su paso como profesor en el IESE y posteriormente su ascenso al cargo de director, lo que le permitió conocer las carencias, pero también las fortalezas del instituto, y de esta forma iniciar el arduo trabajo hacia la consolidación de la universidad, como él mismo refiere.

“Los ingresos del IESE eran muy raquíticos. No cubrían ni su cuenta corriente, sus instalaciones se encontraban en pésimas condiciones. Las Escuelas de Derecho y de Enfermería no contaban con edificios propios y las Escuelas Preparatorias de Huamantla y Calpulalpan no contaban con instalaciones físicas apropiadas”, explica Flores Gracia en su libro.

De instituto a universidad

En su paso como director del IESE, Antonio Flores acudió al secretario de Educación Pública, Víctor Bravo Ahuja, para exponer las necesidades apremiantes, por lo que derivado de esta gestión, la institución tlaxcalteca se integra a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, y de esta forma Tlaxcala accedió a los recursos federales para la mejora del sistema educativo.

“Teníamos por aquellos años un presupuesto de 26 mil 500 pesos que el estado destinaba para la operatividad de las escuelas, por lo que los recursos eran insuficientes”, recordó Flores en la charla con este Diario. Además de las memorias que recopila este libro, también reúne material fotográfico de aquellos años, propiedad de Antonio Flores, el cual da testimonio de la transformación y construcción de los inmuebles que hoy día conforman las facultades de la UAT, por ejemplo, los edificios de Enfermería, Odontología y Derecho.

En esta publicación, también se aborda el papel de la Federación de Estudiantes Tlaxcaltecas y su encuentro con el aún candidato a la Presidencia de la República Luis Echeverría Álvarez, durante una de sus visitas a Tlaxcala, a quien le externaron la necesidad de los jóvenes tlaxcaltecas de contar con su universidad.

Confrontamientos con Emilio Sánchez Piedras

Flores Gracia, no deja de lado en este libro la confrontación con el gobernador de aquella época, Emilio Sánchez Piedras.

“Su palabra era la ley y no consideraba bueno, benéfico y provechoso nada que no se le hubiera ocurrido a él. Si la creación de la Universidad no había sido idea suya, entonces no era buena idea”, describe el autor en una de sus páginas

6 de noviembre de 1975, la consolidación del proyecto

A pesar de la oposición del gobernador Sánchez Piedras, como lo describe el libro, el 6 de noviembre de 1975 se llevó a cabo una junta extraordinaria del Consejo Técnico del IESE, en la que el punto 5 del orden del día fue: Transformación del Instituto de Estudios Superiores en Universidad, y sería a partir de este momento que se consolidaría el proyecto.

Flores Gracias comparte que una de las máximas satisfacciones de su vida es el haber contribuido a que Tlaxcala lograra contar con su propia casa de estudios superiores.

“La creación de la Autónoma de Tlaxcala, de la cual fui uno de sus protagonistas, significa dos asuntos esenciales para mí. En primer término, fue una forma de rendir un homenaje de gratitud a la institución de la que fui alumno. Por otra parte, fue la respuesta a mi inquietud por abrir oportunidades a la gente del pueblo, quienes asistían a cursar la preparatoria con la clara aspiración a un grado mayor de estudios”, enfatizó.

“La Universidad Autónoma de Tlaxcala, un anhelo alcanzado” es una obra que le llevó un año de escritura a su autor, y que realizó de forma independiente. Fue presentada recientemente en las ahora instalaciones de la Secretaría de Cultura, que originalmente fueron las aulas del IESE y contó con la asistencia de quienes fueron maestros, directores, así como ex alumnos que compartieron con Antonio Flores el camino hacia la consolidación de la universidad.


El libro puede adquirirse directamente con su autor en calle Ignacio Picazo, número 8, en la ciudad de Santa Ana Chiautempan, o bien en la librería Donceles, ubicada en calle Zitlalpopocatl, número 21 en la ciudad de Tlaxcala.


NO DEJES DE LEER

“A comienzos de los años sesentas, el estado de Tlaxcala se encontraba lleno de dificultades y de pocas soluciones... era notable la desigualdad entre las personas, y los débiles tenían pocas probabilidades de progresar. Tlaxcala mostraba las heridas de los movimientos sociales, especialmente de la Revolución y de la Cristiada.

Estamos hablando de un estado en soledad y abandono... La población entendía, desde ese entonces, que la educación era la única posibilidad de mejorar sus condiciones materiales de existencia y lograr con ella salir de la penumbra, de la pobreza y del aislamiento”. Con estas palabras, Antonio Flores Gracia comienza un recorrido narrativo y visual por las circunstancias y peripecias que hace 45 años hicieron posible la creación de la máxima casa de estudio de los tlaxcaltecas, memorias que plasma en el libro “La Universidad Autónoma de Tlaxcala, un anhelo alcanzado”.

Flores Gracia, en su carácter de pieza fundamental en la creación de la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), comparte con el lector -desde sus memorias como maestro y posteriormente como director del IESE- una cronología sobre la transformación del Instituto de Estudios Superiores del Estado de Tlaxcala (IESE), fundada en 1933, en una institución de educación superior.

En entrevista con El Sol de Tlaxcala, Antonio Flores recordó cómo fue su paso como profesor en el IESE y posteriormente su ascenso al cargo de director, lo que le permitió conocer las carencias, pero también las fortalezas del instituto, y de esta forma iniciar el arduo trabajo hacia la consolidación de la universidad, como él mismo refiere.

“Los ingresos del IESE eran muy raquíticos. No cubrían ni su cuenta corriente, sus instalaciones se encontraban en pésimas condiciones. Las Escuelas de Derecho y de Enfermería no contaban con edificios propios y las Escuelas Preparatorias de Huamantla y Calpulalpan no contaban con instalaciones físicas apropiadas”, explica Flores Gracia en su libro.

De instituto a universidad

En su paso como director del IESE, Antonio Flores acudió al secretario de Educación Pública, Víctor Bravo Ahuja, para exponer las necesidades apremiantes, por lo que derivado de esta gestión, la institución tlaxcalteca se integra a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, y de esta forma Tlaxcala accedió a los recursos federales para la mejora del sistema educativo.

“Teníamos por aquellos años un presupuesto de 26 mil 500 pesos que el estado destinaba para la operatividad de las escuelas, por lo que los recursos eran insuficientes”, recordó Flores en la charla con este Diario. Además de las memorias que recopila este libro, también reúne material fotográfico de aquellos años, propiedad de Antonio Flores, el cual da testimonio de la transformación y construcción de los inmuebles que hoy día conforman las facultades de la UAT, por ejemplo, los edificios de Enfermería, Odontología y Derecho.

En esta publicación, también se aborda el papel de la Federación de Estudiantes Tlaxcaltecas y su encuentro con el aún candidato a la Presidencia de la República Luis Echeverría Álvarez, durante una de sus visitas a Tlaxcala, a quien le externaron la necesidad de los jóvenes tlaxcaltecas de contar con su universidad.

Confrontamientos con Emilio Sánchez Piedras

Flores Gracia, no deja de lado en este libro la confrontación con el gobernador de aquella época, Emilio Sánchez Piedras.

“Su palabra era la ley y no consideraba bueno, benéfico y provechoso nada que no se le hubiera ocurrido a él. Si la creación de la Universidad no había sido idea suya, entonces no era buena idea”, describe el autor en una de sus páginas

6 de noviembre de 1975, la consolidación del proyecto

A pesar de la oposición del gobernador Sánchez Piedras, como lo describe el libro, el 6 de noviembre de 1975 se llevó a cabo una junta extraordinaria del Consejo Técnico del IESE, en la que el punto 5 del orden del día fue: Transformación del Instituto de Estudios Superiores en Universidad, y sería a partir de este momento que se consolidaría el proyecto.

Flores Gracias comparte que una de las máximas satisfacciones de su vida es el haber contribuido a que Tlaxcala lograra contar con su propia casa de estudios superiores.

“La creación de la Autónoma de Tlaxcala, de la cual fui uno de sus protagonistas, significa dos asuntos esenciales para mí. En primer término, fue una forma de rendir un homenaje de gratitud a la institución de la que fui alumno. Por otra parte, fue la respuesta a mi inquietud por abrir oportunidades a la gente del pueblo, quienes asistían a cursar la preparatoria con la clara aspiración a un grado mayor de estudios”, enfatizó.

“La Universidad Autónoma de Tlaxcala, un anhelo alcanzado” es una obra que le llevó un año de escritura a su autor, y que realizó de forma independiente. Fue presentada recientemente en las ahora instalaciones de la Secretaría de Cultura, que originalmente fueron las aulas del IESE y contó con la asistencia de quienes fueron maestros, directores, así como ex alumnos que compartieron con Antonio Flores el camino hacia la consolidación de la universidad.


El libro puede adquirirse directamente con su autor en calle Ignacio Picazo, número 8, en la ciudad de Santa Ana Chiautempan, o bien en la librería Donceles, ubicada en calle Zitlalpopocatl, número 21 en la ciudad de Tlaxcala.


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