Si bien las mujeres ahora están involucradas más en la política, no necesariamente llegan a los puestos o cargos donde se toman las decisiones y donde se ejerce el poder institucionalizado, de ahí que la participación está limitada por los roles de género y los constructos sociales de las comunidades, reveló la experta en temas de violencia de género, Ana Heatley Tejada, durante la impartición de la conferencia virtual “Retos para la libre participación política de las mujeres trabajadoras”.
En su momento, explicó que derivado de trabajos de investigación realizados por ella, encontró que los espacios doméstico y privado son los que más se asocian a las mujeres, más por la idea de que deben permanecer en su casa cuidando de los hijos, lo cual se ha arraigado -desafortunadamente- a lo largo de los años, pues el ámbito político no es para ellas, esto debido a que socialmente tienen la posición de estar detrás de un hombre.
No dejes de leer: ➡️ “Los gobiernos populistas son misóginos”, asegura Rosario Robles
Sin embargo, lamentó que hasta la fecha sufren de violencia psicológica y política, en sus diferentes formas, así como de discriminación y estereotipos de mala mujer o mala madre, además de que se les avergüenza por cualquier polémica o por dar más espacio a lo no familiar, de ahí la idea de que no pueden ser buenas presidentas, autoridades, agentes políticos y se les excluye desde el inicio de su trayectoria y se les carga de trabajo no remunerado.
Asimismo, durante su disertación, la cual forma parte del panel permanente para el análisis y propuestas de los retos de la participación política de las mujeres del Observatorio de Participación Política de las Mujeres en Tlaxcala (OPPMT), criticó que exista la violencia política en el país en la integración de los tres niveles de gobierno, en donde no encabezan la mayoría de dependencias clave ni tienen el nivel de negociación y decisión que los hombres.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
De esta forma, invitó a los participantes a analizar sus entornos para detectar posibles barreras que se imponen a las mujeres en su desarrollo personal e institucional, al detectarse la necesidad de respaldarlas para alcanzar sus metas.
Sugirió la modificación de las políticas institucionalizadas que permitan a las mujeres ejercer su rol en el lugar desde el que se desempeñan profesionalmente.