/ miércoles 28 de febrero de 2024

El Espectador / Las batallas clave en la CDMX

Después de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, hay dos alcaldías que resultan los principales terrenos de batalla entre Morena y la oposición. La primera es Iztapalapa, que resulta de suma importancia por su numeroso padrón electoral. La segunda es Miguel Hidalgo, por su aportación económica-productiva para la capital del país. A detalle, en esta última demarcación, al poniente de la capital, se crean uno de cada tres empleos de la capital; ahí se genera también hasta el 25 por ciento del PIB de la CDMX. Aquella zona resulta entonces el destino más llamativo para invertir, por los servicios públicos y la certeza jurídica que se ofrece, al menos para la iniciativa privada.

La alianza del PRI, PAN y el PRD tiene muchas posibilidades de retener esa alcaldía, está en manos del panista Mauricio Tabe y todo indica que éste repetirá como alcalde. Por su lado, los morenistas decidieron enviar a Miguel Torruco —hijo del secretario de Turismo federal y controlador de los youtubers presidenciales desde su época en la Ibero— a buscar el triunfo en la boleta, esto ante la negativa del exalcalde Víctor Hugo Romo de volver a ir a la contienda.

La ventaja de Tabe Echartea sobre Torruco Garza se ha pronosticado en dos dígitos, aunque el morenista cuenta con el apoyo de cierta élite avecindada en esa demarcación; sobre todo porque su hermana, María Elena Torruco, está casada con Carlos Slim Domit, el primogénito del magnate consentido de este sexenio, el ingeniero Carlos Slim. Y también por su cercanía con los Sulaimán y por ende con El Vaticano.

No obstante, al menos un centenar de promotores morenistas en esa zona se han sumado recientemente al bando panista, convencidos de que Mauricio Tabe se quedará con las riendas de ese gobierno. Se dice que el único que podía enfrentarlo era el exalcalde Romo Guerra, pero éste decidió asegurarse un lugar en el Congreso capitalino, al que buscará llegar como representante del Distrito 5.

En el caso de Iztapalapa, la candidata morenista será Aleida Alavez, una cercana colaboradora de René Bejarano y contraria al grupo de la exalcaldesa Clara Brugada. En tanto, el frente opositor tratará de arrebatar este bastión a la 4T con Karen Quiroga, consciente de que tienen una oportunidad de victoria ante las divisiones del otro bando. Las pugnas de Bejarano con los “dueños de Iztapalapa” son un reflejo también del distanciamiento que Brugada, candidata morenista al gobierno de la CDMX, tiene con la aspirante del mismo partido que buscará la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo. Hay quienes dicen que quien puntea en las encuestas para ser presidenta prefiere que gobierne en la capital una fuerza opositora.

Razones hay muchas para sostener estas afirmaciones, pasando por los agravios que el equipo de Clara Brugada le hiciera al exsecretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch; pero aseguran que la principal razón de Sheinbaum Pardo para apostar por Taboada es que con él como gobernante se aseguraría una mayor gobernabilidad, y también más independencia con respecto a AMLO.

Después de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, hay dos alcaldías que resultan los principales terrenos de batalla entre Morena y la oposición. La primera es Iztapalapa, que resulta de suma importancia por su numeroso padrón electoral. La segunda es Miguel Hidalgo, por su aportación económica-productiva para la capital del país. A detalle, en esta última demarcación, al poniente de la capital, se crean uno de cada tres empleos de la capital; ahí se genera también hasta el 25 por ciento del PIB de la CDMX. Aquella zona resulta entonces el destino más llamativo para invertir, por los servicios públicos y la certeza jurídica que se ofrece, al menos para la iniciativa privada.

La alianza del PRI, PAN y el PRD tiene muchas posibilidades de retener esa alcaldía, está en manos del panista Mauricio Tabe y todo indica que éste repetirá como alcalde. Por su lado, los morenistas decidieron enviar a Miguel Torruco —hijo del secretario de Turismo federal y controlador de los youtubers presidenciales desde su época en la Ibero— a buscar el triunfo en la boleta, esto ante la negativa del exalcalde Víctor Hugo Romo de volver a ir a la contienda.

La ventaja de Tabe Echartea sobre Torruco Garza se ha pronosticado en dos dígitos, aunque el morenista cuenta con el apoyo de cierta élite avecindada en esa demarcación; sobre todo porque su hermana, María Elena Torruco, está casada con Carlos Slim Domit, el primogénito del magnate consentido de este sexenio, el ingeniero Carlos Slim. Y también por su cercanía con los Sulaimán y por ende con El Vaticano.

No obstante, al menos un centenar de promotores morenistas en esa zona se han sumado recientemente al bando panista, convencidos de que Mauricio Tabe se quedará con las riendas de ese gobierno. Se dice que el único que podía enfrentarlo era el exalcalde Romo Guerra, pero éste decidió asegurarse un lugar en el Congreso capitalino, al que buscará llegar como representante del Distrito 5.

En el caso de Iztapalapa, la candidata morenista será Aleida Alavez, una cercana colaboradora de René Bejarano y contraria al grupo de la exalcaldesa Clara Brugada. En tanto, el frente opositor tratará de arrebatar este bastión a la 4T con Karen Quiroga, consciente de que tienen una oportunidad de victoria ante las divisiones del otro bando. Las pugnas de Bejarano con los “dueños de Iztapalapa” son un reflejo también del distanciamiento que Brugada, candidata morenista al gobierno de la CDMX, tiene con la aspirante del mismo partido que buscará la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum Pardo. Hay quienes dicen que quien puntea en las encuestas para ser presidenta prefiere que gobierne en la capital una fuerza opositora.

Razones hay muchas para sostener estas afirmaciones, pasando por los agravios que el equipo de Clara Brugada le hiciera al exsecretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch; pero aseguran que la principal razón de Sheinbaum Pardo para apostar por Taboada es que con él como gobernante se aseguraría una mayor gobernabilidad, y también más independencia con respecto a AMLO.