/ sábado 3 de febrero de 2024

Los avatares de nuestro tiempo | Índice de percepción de la corrupción en el mundo

El Índice de Percepción de la Corrupción fue publicado recientemente y presenta algunos hallazgos relevantes para los países que tienen -frente a ellos- el gran reto de crear y fortalecer instituciones dedicadas al combate a la corrupción.

El Corruption Perceptions Index es una medición realizada anualmente por Transparencia Internacional. La edición correspondiente al año 2023 (publicada el 30 de enero de 2024) recupera información de 180 países. El documento indica lo alarmante del declive global de la justicia y el Estado de Derecho en el mundo. Las causas de este contexto desfavorable -como prácticamente cualquier problema público de esta complejidad- son diversas e interrelacionadas, destacan: los sistemas de justicia socavados y libertades cívicas restringidas. Esto significa que, el debilitamiento y baja eficacia de los sistemas de justicia impiden la sanción adecuada a actos de corrupción.

La preocupación central en el mundo -tras la publicación del Índice- está puesta en la conformación y funcionamiento de los sistemas de justicia y el procesamiento de los casos de corrupción. Esto, sobre todo, porque si se analizan los resultados históricos del Índice, se comprueba que en las últimas doce ediciones: 28 países del total de 180 lograron mejorar sus registros, mientras que 34 países empeoraron significativamente. Además, el Índice abona a la tesis de que las democracias fuertes son regímenes políticos que controlan de mejor manera el problema de la corrupción. El CPI clasifica a los países analizados en democracias fuertes, democracias debilitadas y formar no democráticas.

El CPI demuestra que la corrupción está ligada a otros problemas estructurales como el bajo desempeño económico, contextos de inseguridad o baja confianza institucional, etc. Quizás sea una explicación convincente señalar que contextos poco favorables para el desarrollo propician mayor crecimiento en las percepciones de corrupción. Por tanto, es notorio que países con economías en crisis y problemas sociales también registran puntajes alarmantes en el Índice. Esta lógica es evidente en la comparación de los países mejor y peor evaluados del CPI. Ahí la breca es -para sorpresa de pocos- impresionante. En el bloque de los mejor evaluados están países como Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda, mientras que el bloque de los peor evaluados está comandado por países como Yemen, Sudán del Sur y Venezuela.

En este sentido, conviene destacar una de las conclusiones que arroja la medición: la necesidad de que los Estados inviertan en la formación de capacidades e instituciones dedicadas al combate a la corrupción y la impartición de justicia para aplicar sanciones a quienes están involucrados en la gran corrupción; y ofrecer justicia a las víctimas de la corrupción.

Los índices e indicadores internacionales son valiosos por dos razones fundamentales: la primera es que tienen la capacidad de marcar una agenda política internacional; la segunda es que buena parte de las decisiones políticas o de inversión económica, desde el exterior, están basadas en la información que organizaciones internacionales colocan libremente a disposición del público. Por tanto, el ejercicio de Transparencia Internacional tiene incidencia en las posibilidades de mejora o crecimiento de la calificación general de los países en los indicadores -por ejemplo- de competitividad.

En el corto plazo es previsible que se conforme una gran agenda internacional en favor del fortalecimiento de las instituciones de justicia. En el caso de México, las estadísticas del CPI deben orientar la toma de decisiones sobre cambios en la legislación y en políticas públicas para el combate a la corrupción.


Facebook: Luis Enrique Bermúdez Cruz


Twitter: @EnriqueBermC


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02-02 21:09 - RACHEL RAMIREZ

El Índice de Percepción de la Corrupción fue publicado recientemente y presenta algunos hallazgos relevantes para los países que tienen -frente a ellos- el gran reto de crear y fortalecer instituciones dedicadas al combate a la corrupción.

El Corruption Perceptions Index es una medición realizada anualmente por Transparencia Internacional. La edición correspondiente al año 2023 (publicada el 30 de enero de 2024) recupera información de 180 países. El documento indica lo alarmante del declive global de la justicia y el Estado de Derecho en el mundo. Las causas de este contexto desfavorable -como prácticamente cualquier problema público de esta complejidad- son diversas e interrelacionadas, destacan: los sistemas de justicia socavados y libertades cívicas restringidas. Esto significa que, el debilitamiento y baja eficacia de los sistemas de justicia impiden la sanción adecuada a actos de corrupción.

La preocupación central en el mundo -tras la publicación del Índice- está puesta en la conformación y funcionamiento de los sistemas de justicia y el procesamiento de los casos de corrupción. Esto, sobre todo, porque si se analizan los resultados históricos del Índice, se comprueba que en las últimas doce ediciones: 28 países del total de 180 lograron mejorar sus registros, mientras que 34 países empeoraron significativamente. Además, el Índice abona a la tesis de que las democracias fuertes son regímenes políticos que controlan de mejor manera el problema de la corrupción. El CPI clasifica a los países analizados en democracias fuertes, democracias debilitadas y formar no democráticas.

El CPI demuestra que la corrupción está ligada a otros problemas estructurales como el bajo desempeño económico, contextos de inseguridad o baja confianza institucional, etc. Quizás sea una explicación convincente señalar que contextos poco favorables para el desarrollo propician mayor crecimiento en las percepciones de corrupción. Por tanto, es notorio que países con economías en crisis y problemas sociales también registran puntajes alarmantes en el Índice. Esta lógica es evidente en la comparación de los países mejor y peor evaluados del CPI. Ahí la breca es -para sorpresa de pocos- impresionante. En el bloque de los mejor evaluados están países como Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda, mientras que el bloque de los peor evaluados está comandado por países como Yemen, Sudán del Sur y Venezuela.

En este sentido, conviene destacar una de las conclusiones que arroja la medición: la necesidad de que los Estados inviertan en la formación de capacidades e instituciones dedicadas al combate a la corrupción y la impartición de justicia para aplicar sanciones a quienes están involucrados en la gran corrupción; y ofrecer justicia a las víctimas de la corrupción.

Los índices e indicadores internacionales son valiosos por dos razones fundamentales: la primera es que tienen la capacidad de marcar una agenda política internacional; la segunda es que buena parte de las decisiones políticas o de inversión económica, desde el exterior, están basadas en la información que organizaciones internacionales colocan libremente a disposición del público. Por tanto, el ejercicio de Transparencia Internacional tiene incidencia en las posibilidades de mejora o crecimiento de la calificación general de los países en los indicadores -por ejemplo- de competitividad.

En el corto plazo es previsible que se conforme una gran agenda internacional en favor del fortalecimiento de las instituciones de justicia. En el caso de México, las estadísticas del CPI deben orientar la toma de decisiones sobre cambios en la legislación y en políticas públicas para el combate a la corrupción.


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