/ miércoles 6 de marzo de 2024

Nada Personal / No prenden

Si en estos días usted se encuentra a alguno de los candidatos de la coalición “Seguimos Haciendo Historia”, dele un pedazo de estopa bañada en gasolina y un cerillo para ver si así prenden sus campañas.

Bastante tinta y saliva se gastó en los medios de comunicación y corrillos políticos para saber quiénes serían los flamantes candidatos al Senado de la República y, una vez que el misterio se resolvió, los abanderados del morenismo y sus aliados no han hecho otra cosa más que decepcionar.

Una de dos: o tienen flojera y no quieren gastar suela ni requemarse al pedir el voto de casa en casa; o es tal su confianza que, una vez más, le apuestan a la marca del partido en el poder, del que el presidente Andrés Manuel López Obrador no solo es su líder moral y dueño, sino también su principal operador y estratega político.

Solo así se entiende que el exgobernador de Tlaxcala por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y actual senador de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), José Antonio Álvarez Lima, y su compañera de fórmula, la experredista y actual presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera Rivera, anunciaron que solo harán campaña los sábados y domingos… eso si tienen tiempo.

Su pretexto, ¡perdón!, su argumento es no descuidar la labor que tienen en el Senado, aunque a todas luces lo cierto es que, una vez que ambos fueron impuestos para la reelección, se sienten muy confiados de ganar al apostarle al voto a ciegas de quienes son favorecidos con los programas sociales, al grado de que tampoco invertirán en colocar anuncios espectaculares ni gastarán dinero en otras estrategias publicitarias.

No sé ustedes, pero esa actitud soberbia es una falta de respeto para miles de electores que se quedarán esperando a que sus actuales y futuros representantes populares toquen a su puerta para decirles qué han hecho por ellos y qué más quieren hacer. Y lo más importante: por qué creen que merecen la reelección.

Más allá de avalar en paquete y con voto mayoritario las reformas enviadas por el mandatario mexicano, habría que cuestionar qué más han hecho los senadores por el pueblo de Tlaxcala. Evaluar sus logros personales, si es que los tienen, no estaría nada mal.

Si bien es digno de destacar que la presidenta del Senado es originaria de nuestro estado, específicamente de Calpulalpan, eso no basta porque el hecho de que documentos oficiales de la Cámara Alta lleven su nombre y firma en nada beneficia en términos reales a los tlaxcaltecas. ¿O si?

Ahora se entiende a qué se debe que la senadora Ana Lilia Rivera arrancó campaña en tacones, pues solo caminará unas cuantas cuadras cada fin de semana y con eso se deben conformar quienes apoyan al morenismo.

Por cierto, hay quienes afirman que la confianza de Álvarez Lima es tal que por eso impulsó al exalcalde capitalino Jorge Corichi Fragoso como su suplente, pues bien sabe que no le aportará más que unos cuantos votos de su familia y de uno que otro amigo, pero el objetivo era hacer enojar a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, quien no logró colocar en las candidaturas al Congreso de la Unión a alguno de los suyos.

LOS ALIADOS

Sergio González Hernández y Rodrigo Cuahutle Salazar, abanderados al Senado por los partidos Verde y del Trabajo, respectivamente, arrancaron su campaña en desolados eventos, lo que ha hecho pensar que su postulación de relleno más que restarle votos a Morena, favorece a la oposición que encabeza Anabell Ávalos Zempoalteca.

Aunque el exsecretario de Gobierno se haga ilusiones y diga que no es la opción C, sino la A al Senado, lo cierto es que sin el apoyo gubernamental está destinado a que incluso el propio alcalde con licencia de Teolocholco y candidato al mismo cargo por el PT, logre más votos que él, pues el partido de la estrella tiene mayores adeptos que el del tucán, de ahí que la apuesta del originario de Texoloc es casi suicida.

Lo criticable a Rodrigo Cuahutle es que le mienta a la gente al decir que gestionó un cuartel de la Guardia Nacional, cuando sus gobernados saben que es un tema exclusivo de la Federación y está asentado en un terreno con problemas legales.

Estamos en la primera de 12 semanas de campañas electorales a nivel federal y seguramente con la designación de los abanderados a diputaciones locales, integrantes de ayuntamientos y presidencias de comunidad, saldrán del letargo en el que ahora están y resulten interesantes para los ciudadanos.



Si en estos días usted se encuentra a alguno de los candidatos de la coalición “Seguimos Haciendo Historia”, dele un pedazo de estopa bañada en gasolina y un cerillo para ver si así prenden sus campañas.

Bastante tinta y saliva se gastó en los medios de comunicación y corrillos políticos para saber quiénes serían los flamantes candidatos al Senado de la República y, una vez que el misterio se resolvió, los abanderados del morenismo y sus aliados no han hecho otra cosa más que decepcionar.

Una de dos: o tienen flojera y no quieren gastar suela ni requemarse al pedir el voto de casa en casa; o es tal su confianza que, una vez más, le apuestan a la marca del partido en el poder, del que el presidente Andrés Manuel López Obrador no solo es su líder moral y dueño, sino también su principal operador y estratega político.

Solo así se entiende que el exgobernador de Tlaxcala por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y actual senador de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), José Antonio Álvarez Lima, y su compañera de fórmula, la experredista y actual presidenta del Senado, Ana Lilia Rivera Rivera, anunciaron que solo harán campaña los sábados y domingos… eso si tienen tiempo.

Su pretexto, ¡perdón!, su argumento es no descuidar la labor que tienen en el Senado, aunque a todas luces lo cierto es que, una vez que ambos fueron impuestos para la reelección, se sienten muy confiados de ganar al apostarle al voto a ciegas de quienes son favorecidos con los programas sociales, al grado de que tampoco invertirán en colocar anuncios espectaculares ni gastarán dinero en otras estrategias publicitarias.

No sé ustedes, pero esa actitud soberbia es una falta de respeto para miles de electores que se quedarán esperando a que sus actuales y futuros representantes populares toquen a su puerta para decirles qué han hecho por ellos y qué más quieren hacer. Y lo más importante: por qué creen que merecen la reelección.

Más allá de avalar en paquete y con voto mayoritario las reformas enviadas por el mandatario mexicano, habría que cuestionar qué más han hecho los senadores por el pueblo de Tlaxcala. Evaluar sus logros personales, si es que los tienen, no estaría nada mal.

Si bien es digno de destacar que la presidenta del Senado es originaria de nuestro estado, específicamente de Calpulalpan, eso no basta porque el hecho de que documentos oficiales de la Cámara Alta lleven su nombre y firma en nada beneficia en términos reales a los tlaxcaltecas. ¿O si?

Ahora se entiende a qué se debe que la senadora Ana Lilia Rivera arrancó campaña en tacones, pues solo caminará unas cuantas cuadras cada fin de semana y con eso se deben conformar quienes apoyan al morenismo.

Por cierto, hay quienes afirman que la confianza de Álvarez Lima es tal que por eso impulsó al exalcalde capitalino Jorge Corichi Fragoso como su suplente, pues bien sabe que no le aportará más que unos cuantos votos de su familia y de uno que otro amigo, pero el objetivo era hacer enojar a la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros, quien no logró colocar en las candidaturas al Congreso de la Unión a alguno de los suyos.

LOS ALIADOS

Sergio González Hernández y Rodrigo Cuahutle Salazar, abanderados al Senado por los partidos Verde y del Trabajo, respectivamente, arrancaron su campaña en desolados eventos, lo que ha hecho pensar que su postulación de relleno más que restarle votos a Morena, favorece a la oposición que encabeza Anabell Ávalos Zempoalteca.

Aunque el exsecretario de Gobierno se haga ilusiones y diga que no es la opción C, sino la A al Senado, lo cierto es que sin el apoyo gubernamental está destinado a que incluso el propio alcalde con licencia de Teolocholco y candidato al mismo cargo por el PT, logre más votos que él, pues el partido de la estrella tiene mayores adeptos que el del tucán, de ahí que la apuesta del originario de Texoloc es casi suicida.

Lo criticable a Rodrigo Cuahutle es que le mienta a la gente al decir que gestionó un cuartel de la Guardia Nacional, cuando sus gobernados saben que es un tema exclusivo de la Federación y está asentado en un terreno con problemas legales.

Estamos en la primera de 12 semanas de campañas electorales a nivel federal y seguramente con la designación de los abanderados a diputaciones locales, integrantes de ayuntamientos y presidencias de comunidad, saldrán del letargo en el que ahora están y resulten interesantes para los ciudadanos.